Chicago, 4 años antes
Por supuesto que una vez que se quedó solo empezó a desconfiar en cada una de las palabras de Charice. Esa mujer era una zorra mentirosa, claro que podía haberse inventado algo como eso e incluso la creía capaz de pagar a empleados de la casa McKitrick para que le mientan cuando busque información.
Estaba decidido a llegar a la verdad, por eso envió a alguien a la mansión McKitrick de Washington. Todos los supuestos intentos de suicidio de Amelie habían sido ahí y solo en ese lugar iba a encontrar información verídica. Su informante tardó varios días en volver y cuando lo hizo fue con las noticias que jamás hubiera querido escuchar. Durante la espera deseó con todo su corazón que Charice haya mentido como siempre, que eso no sea otra cosa que un chantaje idiota, que solo lo haga por molestarlo y por asegurar su fortuna.
Pero su informante le contó la verdad. Al principio fue bastante difícil conseguir quien quiera hablar, solo habían cinco empleados en la mansión durante la ausencia de sus señores. Ninguno quiso hacerlo, ni cuando dobló la oferta de dinero. Al parecer todos habían visto crecer a Amelie y la querían mucho, ninguno iba a hablar en contra de ella ni dar información privada. Iba ya a recurrir a otros "métodos", cuando se encontró en una cantina con el jardinero. Le invitó unos tragos y se aseguró de dejarlo bastante mareado pero con la capacidad de hablar. Y mucho. Confirmó de esa manera que Charice no estaba mintiendo, que ya Amelie había tenidos dos intentos de suicidio y por eso su padre la cuidaba mucho, cumpliendo siempre a todos sus pedidos para evitar se entristezca.
Para Orlando fue un terrible golpe enterarse aquello de Amelie. Jamás imagino que tras esa sonrisa, de esos ojos siempre tan llenos de vida y de su tierna expresión se escondía una suicida. Y no habían sido juegos, fue en serio. Cuando tomó aquel veneno en verdad estuvieron todos seguros que no la contaba, y cuando intentó ahorcarse fue salvada a tiempo de pura casualidad. No quería creer algo como aquello y ya no sabía qué hacer.
Por un lado estaba seguro que de no ceder al chantaje de Charice la muy desgraciada acabaría provocando la muerte de Amelie de alguna forma, atormentándola con la idea de que él era un malvado que solo se estaba aprovechando mientras se divertía con ella. No podía dejar a su Amelie en las garras de ese monstruo, esa mujer era capaz de cumplir con todas sus amenazas. ¿Pero y qué había de él? ¿Qué sentía ahora que sabía toda la verdad sobre Amelie?
La confusión no lo dejaba decidir su siguiente paso. Amaba a Amelie y tenía que salvarla de Charice, ¿pero en serio quería eso? ¿Compartir su vida con alguien capaz de suicidarse? Casi podía imaginar discusiones en las que ella amenazaba con matarse si no hacía lo que quería. Si tenía en sus manos a un hombre tan poderoso como su padre, ¿por qué no haría lo mismo con él? Charice había dicho con mucho asco que Amelie era una zorrilla manipuladora. ¿Y acaso no tenía parte de verdad eso? Tener a la gente dominada solo porque amenazaba con quitarse la vida. ¿No había acaso forma de controlar a la gente más baja que esa? Por Dios, ¿qué iba a hacer ahora? ¿La seguía amando acaso? ¿Seguía amando a Amelie a pesar de saber quién era en verdad y lo que era capaz de hacer?
Y si, la seguía amando. Claro que no iba a dejar que Charice le hiciera daño o que la use para su chantaje. Esa desgraciada no tenía nada que perder, todo lo contrario, iba a ganar mucho. Si se salía con la suya y Orlando hacía lo que le pedía se libraría de la heredera del viejo McKitrick, pero si igual no lo hacía y se ponía firme, Charice acabaría por revelarle la verdad a Amelie. provocándole tal sufrimiento que la empuje a tomar una terrible decisión. No dudaba que Charice era capaz de ponerle o un veneno o alguna soga al alcance de la mano para lograr deshacerse de la heredera. En ambos casos la desgraciada ganaba.
Estaba indeciso sobre cuál sería el primer paso, y claro que le confió toda esa información a Bert. Él podía tener el juicio nublado por lo que sentía por Amelie y su repulsión a Charice, pero Bert no y siempre era buena una segunda opinión. Él tampoco quiso creer aquello de Amelie, pero si Orlando estaba tan seguro no vio razón para no tomar aquella información como una mentira.
—Lo importante es la vida de Amelie —le dijo Bert finalmente—. Esa mujer está loca, ¿y sabes qué más creo? Todo este tiempo ha estado esperando la oportunidad de deshacerse de su hijastra, ya sea que se vaya con un hombre o provocando su suicidio. Ahora que ha encontrado la oportunidad no la va a desaprovechar, hará lo que sea para sacar a Amelie de su camino.
—¿Entonces sugieres que acepte su chantaje? ¿Qué vuelva a ser su amante y huya con Amelie? ¿Es eso?
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Editado: 08.01.2020