Engativá. Barrio Quirigua, 6:30 pm, Ferney está arreglando su ropa para ir a la Iglesia en la mañana siguiente. Cuando su padre entra en la habitación, y le expresa:
— Oh, veo que ahora te has vuelto una persona muy importante.
— Hola papá, ¿porque lo dices? Yo solo estoy arreglando la ropa. Para mañana salir bien temprano y hacer unos trabajos en la Iglesia. Y con eso ayudar a los hermanos.
— Lo digo, porque no paran de llamarte.
— ¿Y eso es bueno o malo para ti?
— Es bueno, a que padre no le gusta que su hijo salga adelante... mejor ven a la sala, tu madre te está esperando para cenar.
— Bueno, ya voy...
Ferney termina de planchar su camisa y de arreglar sus zapatos y pantalón, y va a cenar con sus padres...
Wilson se sienta en la mesa junto a su esposa Carmen. Cuando se sienta Ferney y ve el plato de comida, y les dice a sus padres:
— Esto se ve muy bueno mamá.
— Gracias hijo.
De inmediato, Ferney se pone a orar antes de comer. Cuando Carmen le dice:
— Oras de mañana, al medio día y en la noche antes de comer, ¿no te cansas de hacer eso?
— No, lo haré hasta el último día de mi vida, Dios es todo para mí, y espero que algún día ustedes dos acepten al Señor Jesucristo como su salvador, y vayan junto conmigo a la Iglesia.
— Ni loca iré a la iglesia.
Wilson le dice a su hijo:
— Mejor come, que la comida se te enfría.
Ferney los mira a los dos, y les expresa:
— Cuando ustedes se ponen en esa postura, realmente que me entristecen, porque yo sé que, si las personas no aceptan a Jesús como su salvador, se van a perder... pueden decir lo que quieran, pero es así
Carmen se queda callada mientras come, pero Wilson le responde a su hijo:
— Hijo, por favor, ¿será que nos puedes dejar comer tranquilos? Nosotros ya te hemos dicho que no creemos en Dios.
En seguida, Carmen le dice a su hijo:
— Come, y no hagas enojar a tu padre.
Ferney se sonríe un poco al escuchar a sus padres y comienza a tomarse la sopa de ajiaco.
Luego de dos minutos, Ferney y sus padres escuchan unos gritos de la vecina de al lado, y todos se levantan muy exaltados de la mesa, y salen de la casa para ver lo que le pasaba a la mujer...
Los vecinos de las otras casas también escuchan los gritos, y salen a ver que pasa con la vecina.
En ese momento, Ferney y su familia llegan a la puerta de la vecina. Cuando esta y su esposo salen de la casa en una tremenda discusión.
Ferney intenta ir a donde están ellos, pero Wilson su padre coge de su hombro derecho, y le dice:
— No te metas en problemas de marido y mujer.
Ferney no le hace caso a su padre, y atiende su sentir de ayudar a la gente, mientras los demás vecinos ven la discusión.
En seguida, Ferney se mete entre medio de los dos, y les dice:
— ¡PAREN DE PELEAR! ¡NEYTHAN Y FERNANDA!
Fernanda le dice a su esposo que ella no hizo nada. Cuando Neythan toma de la camisa a Ferney, diciéndole:
— ¡Quítate del medio!
Los padres de Ferney también se meten para auxiliar a su hijo. Cuando Ferney le expresa a Neythan:
— ¿Tan enojado estas que quieres golpear a un pequeñín de Dios? ¿Aun sirvo de Jesucristo? Quita tu ira, y busca el amor. Busca el amor de Dios, para que no reacciones así, y te lo digo desde lo más sincero de mi corazón, no le des cabida al enemigo, para que no vayas hacer algo que te puedas arrepentir toda tu vida.
Neythan suelta de la camisa a Ferney, y le dice:
— De ninguna manera yo voy a pelear contigo Ferney, solo quiero arreglar unas cosas con esta mujer.
— Si amas a tu esposa, confía en ella y escúchala.
— La encontré en la tienda coqueteando con otro.
De inmediato, Fernanda le dice a su esposo:
— No, no, no, ya te dije que el vecino solo pago un saldo que quede debiendo en la tienda.
— Yo no te creo nada, ¿y porque ese hombre tiene que pagarte las cuentas? Tu esposo soy yo.
— Yo no te estoy mintiendo, tienes que escucharme Neythan, el vecino se ofrecio, porque yo le dije al dueño de la tienda que ya volvía para apagarle.
En ese instante, Ferney coge el hombro derecho de Neythan y el hombro izquierdo de Fernanda, y les habla del amor de Jesucristo, de la vida eterna, de no estar en contiendas en su matrimonio...
Luego de unos minutos, Ferney llama al vecino Nelson, el cual se ofrecio para pagarle la deuda a Fernanda, y este le explica a Neythan lo que sucedió. Y todo se resuelve de buena manera. Haciendo que Neythan y Fernanda se reconcilien ante todos.
Ferney y sus padres vuelven a casa. Cuando Wilson le expresa a su hijo:
— ¿Qué paso allá afuera?
— ¿Qué paso de qué?
— ¿Por qué te metiste en el medio de esa pareja? Pudiste a ver recibido un golpe de parte de Neythan.
Carmen le dice a su hijo:
— A mí me gusto la manera que hiciste para tranquilizar a esa pareja. Tu viste mucho valor para meterte así.
— Gracias mamá. El valor me lo dio Dios.
Wilson le dice a su hijo:
— Bueno, bueno, pero una próxima vez, yo no quiero que te expongas así, puede ser peligroso.
— Si las personas necesitan ayuda, pues yo buscaré la manera de ayudarlos, eso nadie me lo puede negar.
— Como quieras, mejor me voy a seguir comiendo lo que tengo en la mesa.
En ese momento, Wilson se va acompañar a su mujer al comedor para terminar de comer, mientras Ferney aprovecha esa hora para entrar al garaje de la casa. Donde tiene su moto, la cual lleva a todas partes. Y pasa su tiempo revisándola para que todo esté en buen estado...
6:20 am, Ferney se despide de sus padres, y sale de la casa. Cuando ve a su vecino Geraldo pasando trabajo para abrir su propia casa.
En seguida, Ferney le ayuda a su vecino de setenta y ocho años, y este le agradece bastante.
Luego de eso, Ferney se monta en su moto, y se va directo a la Iglesia. Cuando va por la carrera 92, ve a un joven tirado en el suelo con múltiples heridas, y se detiene diciendo: