Cap. 11 Amor entre sombras
El camino de regreso a su casa, Ichabod fue uniendo pistas y generando todo un proceso mental de recreación de hechos, así como un plan de acción que le permitiera vincular los decesos con lo relacionado a la situación de la herencia.
Cuando llegó a su casa, Rebecca estaba dormida junto a Mandalay en la cama de Masfat.
- Está tan débil y Mandalay tuvo tanta afinidad con ella que no tuve corazón para quitárselo de los brazos...además quise esperar a que llegaras para que observaras el cuadro...-dijo Katrina abrazándose a Ichabod.
Ichabod no cabía en sí al contemplar a su hijo en brazos de su propia madre. Tal vez, le parecía recordar el tiempo en que él mismo, teniendo la corta edad de su pequeño, se quedaba dormido en ese hermoso regazo hasta pasar a los brazos de Morfeo.,
- Ha sufrido tanto....-señaló Ichabod...- la incomprensión de mi padre...su intransigencia y su crueldad, incluyendo sus malditos celos estúpidos.
- ¿Celos, dijiste?- observó Katrina, buscando la respuesta en los dulces ojos del condestable.
- Si, Katry- señaló Ichabod, tomando entre sus dedos la suave y delicada mano de Katrina- mi padre tuvo celos enfermizos de mi madre, celos enfermizos e injustificados.
- Por eso siempre la tenía encerrada- comentó Katrina, sacando con cuidado de entre los brazos de Rebecca al pequeño Mandalay.
- Así es- continuaba Ichabod, acomodando la manta que cubría a su madre.
- ¿Pero...celos de quién?- preguntó Katrina.
- Al parecer...un caballero de gran estima en la sociedad de entonces conoció a mi madre en una fiesta de disfraces que mi padre organizó con algunos amigos. Nunca supe bien...pero todo apunta a que mi padre notó el interés especial que ese hombre tenía en mi madre, situación que ella no favoreció; todo lo contrario...ella misma procuraba evitar la familiaridad con las amistades cercanas al juez Crane.
- ¿Pero eso fue el motivo suficiente para tanta amrgura a un ser tan noble?- prorrumpió consternada y dudosa Katrina.
- Tú no conociste a mi padre, Katrina...pero...si le preguntas a Rebecca sabrá darte hasta el más mínimo detalle de la forma inclemente en la que fuimos objeto de sus villanías.
- No te atormentes- susurró Katrina entre los labios pálidos y recortadfos de Ichabod quien suspiró levemente al sentir la boca delicada de su esposa.
Como un acto reflejo, cubrio la cintura de Katrina con sus brazos y mientras la besaba fue retirando de su cuerpo el lindo vestido color canela que ella lucía...a la luz de la pálida luna de Sleepy Hollow Ichabod en mangas de camisa acurrucó entre sus brazos a su tierna esposa en su habitación. La prendita que bajo su vestido decoraba su esbelta figura salió gracias a las manos delgadas del condestable...los cabellos rubios y rizados de su amada encontraron cobijo entre aquellas. Minuto tras minuto, el cuerpo de Katrina se volvió el lugar más hermoso y sagrado de la tierra pra Ichabod, y como fiel y amante esposo, llenó de pasión y amor todo su ser...el juego completo que conformaba para él la esencia de esa bella mujer...
"Nadie como ella"-pensaba Crane... "nadie como tú"-musitaba Katrina...era impresionantemente dulce verlos morir de un amor tan puro uno en brazos del otro, para ver juntos a las nubes apagar la lámpara de la noche en el momento justo del éxtasis divino que los envolvía.
- No quiero que la luna vea que la mujer más hermosa del mundo es sólo mía...-decía Ichabod al oído de Katrina, abrazando a su silueta breve y delicada.
- Yo no quiero que la luna se asome a tus ojos...porque no deseo que su brillo los distragia y prefieras mirarla a ella...-señaló Katrina acariciando el pecho del condestable.
- Mi esposa tiene celos de la luna- continuo Ichabod.
- Ya no...-señaló a la ventana- ella me los tuvo a mí, por eso cerró su cortina de luz.
Ichabod sonrió y entre besos a Katrina comenzaba a quedarse dormido, hasta que el joven Masfat tocó a la puerta.
- Condestable...tenía un poco de miedo...quería pedirle que...me dejra dormir aquí, junto a su habitación, en el sillón del hall.
Ichabod y Katrina rieron y añadió:
- Claro, Masfat...quédese aquí cerca...y descanse.
Lejos estaba Ichabod de imaginar siquiera lo que ocurriría posteriormente .