Cap. 19 El tercer dia
El tercer día de plazo comenzaba. La mañana pintaba negra y tenebrosa. Ichabod se despertó más nervioso que de costumbre y ni el té favorita preparado por las amorosas manos de Katrina lo relajarían ésta vez.
Su nerviosismo fue notado principalmente por el joven Masfat. Había pasado muy poco tiempo para el juicio y para el dichoso "sacrifico de sangre" que aquella vieja había vaticinado como necesario.
Masfat ensilló el caballo del condestable, mientras Katrina le arreglaba el traje en su alcoba. Sabían que las palabras sobraban pero parecían más que indispensables.
- Ichabod...¿qué crees que suceda?
- No lo sé...pero...necesito que estés a mi lado en el momento del juicio, no soportaría tanta presión sin ti.
- Claro que estaré...no podría quedarme aquí pensando en el resultado, tal vez creyendo que...
- No...no lo digas...eso no sucederá...tengamos confianza. El joven Masfat me recomendó a un buen hombre que sabrá defenderme y van Garret ya tiene apalabrados a varios testigos. Todos hablarán en mi favor.
- Pero tengo miedo, Ichabod...temo mucho...
- Nada pasará...
- Y...¿qué hacemos con el mensaje?
- ¿Cuál?- argumentó Ichabod tratando de no preocuparla, aunque sabía perfectamente de qué se trataba.
- El mensaje que ignoraste...el sacrificio del...
- Escogido...¡pamplinas!...eso no puede suceder...hagamos caso omiso de gente desquiciada...me voy amor...mandaré por ti para que estemos juntos.
- Allí estaré, mi vida...
El beso esperado llegó, aunque con sumo dolor para los dos. La esperanza de que todo se resolviera favorablemente los mantenía despiertos.
En la tarde un viento helado se apoderó de Sleepy Hollow.
Ichabod llegó a casa de van Garret y recogió algunos documentos que necesitaba.
-¿Estarán sus testigos?- preguntó.
- Sí...-dijo con un poco de desgano.
- No lo noto muy seguro, recuerde que...hay algo que yo sé...
-¡Maldita sea! No sé cuantas veces me lo ha repetido...sé cuánto le importa lo sucedido con la madre de Katrina...si no fuera por eso, no sé cómo se defendería, condestable, sólo piense en eso...que su...secreto condicionante hacia mí en lugar de perjudicarme...lo ayuda más a usted...¿cómo se pueden ver las cosas desde la otra cara de la moneda, verdad?
Ichabod lo miró con seriedad y continuó.
- Van Garret...siento por usted un profundo respeto, pero mi familia y su felicidad están primero antes que la propia mía, así que...¿usted que me asustaría la prisión, si no fuera por Katrina y mi hijo? Sólo no quiero dejarlos desamparados...es todo...
- Y no lo hará...se lo juro que no lo hará.
- Entonces...mañana a primera hora en el juzgado.
- Así es...a primera hora. Por el momento descanse...partimos al amanecer.
Ichabod se iría a dormir. Pero el asunto del escogido no lo dejaba descansar tranquilo. Le daba mil vueltas y trataba de mover las letras para acomodarlas de acuerdo a un nombre.
- ¿M? ¿Masfat? ¿Para qué? El chico no tiene vínculos directos en éste asunto...pero ¿quién?
Repasando posibilidades notó que había una que no había considerado y se asustó sobremanera.
-¡Cielo santo! ¡Mandalay! ¡Es mi hijo el que corre peligro!
Pero no podía informar de ello a van Garret porque no le inspiraba confianza y ya estaba lejos de casa.
- Joven Masfat...le suplico vaya a ver a Katrina esta noche y cuídela...a ella y a mi hijo.
Sin embargo, el joven Masfat llegó tarde.
Regresó lo más rápido que pudo.
- ¿Qué ocurrió?
- Condestable...alguien se llevó a la señora Katrina y a su hijo...
Ichabod palideció aún más y se desmayó.