desde que mi padre murió en la casa todo cambio, mi madre nunca estaba, nunca hablaba con migo, empezó a salir de noche, y llegar en plena madrugada, borracha, con el cabello echo un asco, y la ropa sucia, empecé a alejarme de ella, las únicas personas en las que solía confiar eran en mi mejor amiga, y en su hermano, Noa era alta, de pelo negro, y ojos cafés, le gustaba bailar, y también practicaba natación, nos conocimos en la escuela de niñas y desde entonces somos inseparables, Cristian el hermano mayor de Noa, tenía los ojos azules era rubio y muy inteligente, al igual que a mi le gustaba la música, la playa y los libros, al morir mi padre ellos fueron las únicas personas que hicieron que mi vida fuera un poco mejor, pero al cumplir los quince Noa se distancio un poco de mí, pues ella disfrutaba de las fiestas, el alcohol, y el sexo, cosas que a mí me parecían mundanas, Cristian se fue a vivir lejos, le ofrecieron una beca y de nuevo la soledad me acompañaba, mi madre cada vez se volvía mas alcohólica recuerdo esa noche que llego a las dos de la mañana, sostenía sus zapatos en una mano, se le veía parte del sostén, estaba tan ebria que al acercarse a mí me golpeo tan fuerte, que aunque gritara y llorara, mis lágrimas no podían calmarla, mi madre al verme al siguiente día todas llena de moretones dijo
- quien te hizo eso
- es enserio, no lo recuerdas
- Lizz de que hablas dijo mi madre acercándose a mí
- no me toques
me encerré en mi habitación mientras mi madre me imploraba que le abriera la puerta, yo me abrase a la almohada hasta quedarme dormida, mi madre sigue llegando borracha, y cada vez era más violenta con migo, deje de ir al colegio, lo que causó que Noa fuera mi casa a preguntar por mí pero la realidad era que no quería ver a nadie, o más bien que nadie me viera con estos horrendos moretones, llegue a un punto donde yo pesaba que la vida ya no tenía ningún sentido, refugiada en la oscuridad de mi cuarto, tome una gran cantidad de pastillas para dormir, cerré mis ojos y pensé en mi padre, te necesito susurraba, mientras me quedaba dormida, recordaba mi vida junto a el recordaba mis pies delscalsos sobre la arena de la playa y el corriendo tras de mi para atraparme y evitar que mis torpes pies chocaran con las olas del mar, papa bailando con migo al son del jazz, de papa junto a mi viendo el atardecer junto a mi, vi a mi padre peinadome el cabello, mientras la vida se me apagaba yo sonreia, senti que la vida se me apagaba y vi a mi padre en una hermoso jardin de flores lilas, corriendo hacia mi con sus brazos abiertos, y al desperte estaba en el hospital, la cara de mi madre reflejaba angustia, mientras repetía
- todo esto es mi culpa, soy la peor madre del mundo
sus ojos me miraron con un amor que hasta entonces ya sentía olvidado, prometió no volver a tomar, e ir a una sociedad de alcohólicos anónimos, pensé que por fin todo mejoraría, Noa fue a verme al hospital, y al verme así solo puedo sentarse en el borde de mi cama y llorar
- todo estará bien amiga
Mientras secaba mis lágrimas exclame
- eso decía papa y no nada salió bien
- no seas tan negativa Lizz ya verás que todo saldrá bien
Regrese al colegio y la profesora al verme me mando con la sicóloga
Agache mi cabeza y pensé
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Editado: 29.07.2018