La piel de un desterrado

Encuentros

Aunque no puedo negar que las historias del viejo guardia me parecían fabulosas, no olvidaba el motivo por el cual lo seguíamos. La que hablaba más con la era Freyka, las historias eran nuevas para una joven Vastar y al pasar tiempo con ella me daba cuenta la curiosidad que sentía por el mundo más allá de nuestros territorios, muchas veces cuando duerme los sueños que tiene la despiertan bruscamente y camina alrededor de nuestra tienda.

He leído de su pueblo antes que casi desapareciese por completo y escuchado del motivo por el cual llego a formar parte de los Guardianes del Linaje, su historia la marco pero siempre es tan expresiva y alegre que por mi mente continuamente pasa la pregunta de qué pasaría si ese día no hubiera sucedido ella estaría preocupada en otros dilemas de su corta edad.

Al pasar una semana con el viejo nos dimos cuenta de que solo nos llevaba por pueblos pequeños sin una dirección específica y cuando le preguntaba siempre me evadía. Al décimo día acampamos afueras de un pueblo llamado Duan y el viejo comenzó su discurso como estaba planeado, pero este tenía muchos soldados reales, por un noble amigo del nuevo tirano, en un bar comenzó a hablar sobre su causa.

Escapamos, pero en la persecución alteramos todo nuestro plan y para distraer a los soldados nos dividimos en el puerto y nos dio un mapa y nos dijo que seguiríamos la ruta trazada hasta la ciudad portuaria llamada Parrey en el punto noroeste más alejado del reino. Y así comenzó un nuevo camino que según las estimaciones llegaríamos al cuarto anochecer.

En el camino las preguntas de Freyja no tardaban en surgir.

- ¿Por qué te uniste a la guardia? ¿Son ciertas las historias de como regresaste? ¿El antiguo soberano era pariente tuyo? …

- Si respondo una de tus curiosas preguntas, prometes estar callada el resto del viaje- Dijo al estar corriendo alrededor.

- Si lo prometo - Respondió alegremente saltando en el proceso.

- Está bien, escoge una y te responderé sinceramente - Respiro profundamente.

- Déjame pensarlo - Tardo unos minutos deliberando cuál sería una pregunta más acertada - Ya sé cuál ¿La historia de lo que hiciste en tu juicio es cierta? - Pregunto con una voz más seria.

- Primero Freyja ¿Qué es lo que dicen de mí? - Giro y la miro.

- Al llegar a la guardia me advirtieron de ti, me dijeron que no me acerque porque eras capas de matar a tu propia sangre, que ya lo habías hecho en la ciudad central, los recién llegados tienen miedo de la historia que nos contó un guardia ebrio - Respondió.

- ¿Y te contaron de quién derrame la sangre en esa ciudad?

- Del antiguo soberano, padre de la nueva cabeza de la casa Nartel.

- Derrame su sangre por el palacio hasta la plaza y es lo que haría de nuevo si surge un ser como él, por eso dije esas palabras para que tengan en mente que no hay paz cuando la sangre Vastar es entregada fácilmente y esclavizada por una hipócrita idea erronea de acuerdo.

- Pero amenazaste a todos y a pesar de todo no te mataron - Dijo mientras trataba de imaginar mientras le hablaba.

- Si lo hubieran conseguido, pero el miedo les aconsejo no hacerlo - Regreso la mirada al camino.

- Yo no te imagino matando Vastar - Dijo mirando con su inusual actitud.

Después de responder su pregunta, Freyja se calló un largo rato y me pareció que se puso a imaginar cosas mientras me miraba. Y al atardecer encontramos un refugio al lado de un puente de piedra.

- Acamparemos aquí - Dije mientras dejaba lo que llevaba.

- Entendido Mourat, iré por madera para la fogata - Y salió despreocupado.

- Habló rápido porque parece que lloverá.

- ¡Está bien! Si encuentro frutos traigo para los dos - Dijo mientras se alejaba por el espeso bosque.

Al regresar llego con algunos rasguños y unos arándanos los cuales me los entrego con su enorme sonrisa satisfactoria, aunque la mayoría los guardo ella, se olvidó de la madera para el fuego, pero no importo así que fui por ella.

Al regresar a lo lejos escuché una canción que sonaba con una voz dulce, Freyja cantaba y a mi parecer lo hacía muy bien.

 

En el manto de la noche brilla mi estrella que susurra sueños

los cuales no puede evitar soñar

estrellas fugaces la acompañan concediendo deseos mortales

anhelos que con el corazón quiero realizar

la oscuridad entre constelaciones 

forman la imagen de murales

mientras con calma aguardo en la penumbra 

espero a que un día brillara al fin

 

A la mañana siguiente un fuerte sonido, pensaba que era Freyja al despertarse de una de sus pesadillas, pero era el sonido más estruendoso, el cual era la puerta rompiéndose y de un grito me levantó de golpe y al salir veo corriendo descalza y sin abrigo en la fuerte lluvia

Agarre las armas y equipo y sin pensarlo fui detrás de ella.

- ¡Freyja espera! - Grite pero no escucho.

Al llegar a la mitad del puente vi como de un fuerte salto se aventó al río, vi como se perdía entre la fuerte corriente. 

- Mierda no va a poder salir - salte detrás de ella.

Pasaron unos infantes y salí con ella escalando las paredes del alto puente porque al costado del río estaba lleno de obstáculos.

- Te volviste loca ¿Por qué hiciste eso? - Grite pero vi que no reaccionaba.

Ella no solo respondía así que rápidamente hice que reaccionara se aferraba, al recobrar la conciencia volví a gritarle pero ella no hacía caso y solo buscaba un costal el cual se había aferrado al rescatarla.

- Mourat ¿Dónde está el costal? - Pregunto desesperadamente.

- Lo tienes al costado - Respondí.

Freyja no se había recuperado del todo pero saco sus garras y con cuidado abrió el pequeño saco, del cual salió un cachorro que parecía estar muerto.

- Reacciona por favor, reacciona por favor - Decía llorando mientras trataba que respirara.



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En el texto hay: fantasia, romance, aventura

Editado: 29.11.2023

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