- ¡Sigue en el maldito barco!. - Entre dolor y desesperación, mi cuerpo reacciona inconscientemente. Pero me detuve justo a tiempo, cuando sentí como la piel de mi cuello se escapaba. Eliza me detuvo, tomándome del antebrazo. - ¿¡Porqué no me dijiste que seguía en el barco!?. -
- ¡Porque no está!. ¡Ya entendí como funciona!. - Dijo.
- ¡¿Qué cosa?!. -
- Usa unos dispositivos que disparan el Hilo. Unos dispensadores. Si te acercas, se activan. -
- ¡Es un muy mal momento para darte cuenta!. -
Eliza mete el brazo en la caja de suministros, moviéndose con cuidado, saca un kit de primeros auxilios. Lenta y dolorosamente, venda en donde antes estuvo mi mano.
"¿Dispensadores? Bastardo, ahora tiene sentido que haya podido atacarme estando colgado afuera".
Eliza vuelve a tomar la baraja que antes había dejado en el suelo. Prontamente, se da cuenta que la carta que usó hasta ahora está a punto de cortarse.
- Realmente es muy fuerte... - Concluye Eliza con una mano en el mentón.
- E... Eliza. - Me había dejado apoyado en la pared, me forcé a mi mismo a levantarme.
- ¿Q-qué pasa?. - Respondió, asustada.
- El... El cabello corto te queda bien. - Le sonreí como pude. "Si ese bastardo ya no está en el barco, sólo debo hacerlo volver, ¿no?".
Antes de que Eliza pudiera detenerme, me lancé a la nada, y fuí cortado en la cintura.
"Este sentimiento de oscuridad... Es tan desagradable".
¿?:¿?, Océano Pacífico, 60 horas después de la Conquista de Pequeña Bretaña.
¿?:¿?, Neverland, 72 horas después de los sucesos en Pequeña Bretaña.
Bien, hagamos ésto una última vez.
Plaga N° 942. Hijo de la Plaga N° 1. Tengo tantos hermanos que perdí la cuenta. Fuí categorizado como «débil» y fuí enviado al Torreón 13, donde conocí a N° 2, actualmente N° 8156 y la Chica de los 11 dígitos. Según ellos, mi nombre es Owyn, futuramente Owyn Holmes, y más a futuro Atreus Holmes.
A mis 18 años, con mi firme sueño de superar a mi Padre y ser el N° 1, fuí atacado y engañado por «Virus», un grupo terrorista que intenta ir contra el OAP.
Debido a ello, mi Número descendió y tuve que adentrarme en Seguridad Externa para buscar a los culpables de ello.
El resultado es que N° 8156, Markus Emit, generó el Caos en Pequeña Bretaña.
Al momento de nuestro reencuentro, fuí brutalmente derrotado. Pero, como as bajo la manga, una Plaga usuaria de [Teletransportación] llevó a todos los reclusos del Torreón 13 a su propio Torreón, mientras que a nosotros, nos envió a Neverland, una isla enana, en la que estoy completamente incomunicado con el mundo.
Es de noche, la tercera noche desde el suceso en Pequeña Bretaña.
Neverland es mundialmente reconocido por su atraso tecnológico, no hay ningún tipo de señal, ni llegan embarcaciones, ni vehículos aéreos.
Básicamente, es como una isla fantasma. Lo suficiente como para ni siquiera tener un Torreón propio.
Más al contrario, su sistema de salud resulta bastante efectivo. Las hierbas medicinales que nacen de la naturaleza por estos lares es impresionante.
A pesar de que he logrado recuperarme rápido, eso no quita el hecho de que necesito salir de aquí.
En total, hemos sido telentransportados 90 funcionarios del OAP. De algún modo, algunos se las arreglaron para acampar al aire libre, mientras que otros nos quedamos en los hoteles.
Y aún así, justo ahora, en plena madrugada, no puedo quitarme de la cabeza todo lo que ha sucedido últimamente.
Al menos, el sonido de las olas chocando entre ellas y contra la arena, puede relajarme.
Aunque no engaño a nadie, detesto la arena.
- Ow.. Atreus, - Aquella voz femenina que llama a mi título, pertenece a una desconcertada Lea. - ¿qué haces aquí a esta hora?. -
- Pienso en cómo irnos de aquí. - No pierdo de vista las olas. - ¿Y tú?. -
- A... Buscarte, claro. - Por alguna razón, está sorprendida.
- Vuelve. Te vas a resfriar. - No me hace falta verla directamente para saber que salió en su ridículo pijama de conejos. - Además, no tengo sueño, así que estaré un rato aquí. -
- ¿Ah sí...?. - Sus brazos envuelven mi cuello y su alargado cabello roza mi barbilla. - Que ma~l. Justo hoy, tengo problemas para dormir, ¿podrías acompañarme~?. -
Y, contra todo pronóstico de la situación, me dí cuenta de mi inmensa estupidez. - ¡¿Cómo no me dí cuenta antes?!. - Exaltado, me levanté, y la miré directamente. - ¡Tú puedes hacerlo!. -
Completamente confundida, no sabe cómo reaccionar. - ¿E... Eh? A-atreus, ¿d-de qué hablas?. -
- ¡Soy un ciego por no notarlo antes! ¡Ja-ja!. - Parecerá exagerado, pero en ese pequeño instante, el mundo al fin me mostró una luz de esperanza. - ¡Tu Poder!. ¡Debes tener alguno de esos por ahí!. ¡Un... Un barco!. -