4 de Abril. 08:15, Unión Soviética-Muelle.
Ningún buque se estrelló contra el Muelle a las 08:00. Ni después de eso.
El navío no identificado desembarcó con total normalidad. Siguiendo los protocolos al pie de la letra. Aunque no exactamente, ya que no era normal que el OAP estuviese revisando de arriba a abajo.
En el barco, sólo se encontró con Diane Sheline acompañada de cuatro personas que «se salvaron» del ataque terrorista en Pequeña Bretaña, huyendo y siendo rescatados por la Capitana. Las cuatro personas fueron caracterizadas como vagabundos: Una Ciega, Un Oráculo, Una Vendedora de Máscaras meses antes de Halloween, y un Vendedor de Relojes.
Por algún motivo, ninguno fue reconocido como uno de los fugitivos del OAP hace ya un mes.
Aún así, eso no era impedimento para el sospechar, pues un buque repleto de cinco personas no era normal.
Y ahora, te preguntarás cómo no fuimos reconocidos.
Pues porque Andrew, haciendo uso de su avanzada inteligencia, se nos adelantó en más de un ámbito.
Lo expresaré justo como él dijo: «Expropié los objetos de una tienda de disfraces en Pequeña Bretaña antes de irnos, sólo por si acaso».
Maquillaje, pelucas, falsas cicatrices de nacimiento que se identifican a simple vista, y ropa en mal estado.
Diablos, no puedo expresar el ataque de nervios que tuve al notar que mi peluca se estaba cayendo en plena inspección.
Finalmente, llegamos a la prueba de fuego.
El momento que decidiría convertirnos en un rotundo fracaso, o convertirnos en futuros héroes aún aptos para ser rotundos fracasos.
El Detector Gen no se hizo esperar.
La máquina y su función son simples.
Una base, en la cual debes poner el dedo pulgar, la cual te hará una inyección. En la parte más alta, una pantalla con el análisis de sangre que se realiza en cosa de minutos. Lo cual determina si eres Plaga, o no.
"Andrew me pidió confiar en él, pero, ¿¡cómo piensa sacarnos de esto!?".
Me tocó ser el primero.
Mis ataques de nervios no me dejaban dar un paso al frente, pero uno de los Soldados me forzó a avanzar empujandome con su arma.
"Sólo es un dedo, sólo es un dedo, sólo es un dedo...". Me repetí mentalmente.
Y fue entonces que, al colocar mi dedo sobre la base, dejé de sentirlo. Como si me lo hubieran amputado. Más bien, no dejé de sentirlo, dolía, de algún modo, y se tornaba de un color morado. Tuve que aguantar ese dolor mientras durase la inyección.
El Gen Plaga, también, pertenece a la sangre, el Detector es, sencillamente, una prueba sanguínea.
Es por ello que, al notar lo que le había ocurrido a mi dedo, entendí a lo que Andrew se refería hace unos momentos.
- No pensé que funcionaría, menos mal fuiste tú primero. - Me dijo con [Telepatía].
- ¡Podríamos habernos ahorrado todo esto si me hubieras dicho que podías! ¡Deberíamos estar en Tokyojanai!. - Respondí.
- Repito, no pensé que funcionaría. - Insistió.
"En cualquier caso, detener el flujo de la sangre, aunque sea sólo unos momentos, será suficiente, al menos por ahora".
Todas las pruebas nos detectaron como Humanos. Los Soldados del OAP no pueden actuar contra Humanos, así que sólo nos dan un par de problemas por no identificarnos al embarcar.
"Lo... hicimos. Realmente estamos en otro país... D-de verdad...".
- No te emociones de más, - Arruinó Andrew. - no tenemos idea de lo que podemos encontrar más adelante. -
- ¿Volví a pensar en voz alta?. - Secándome un par de lágrimas que se me escapaban.
- Creo que Andrew tiene razón, no deberíamos relajarnos todavía. Especialmente estando... - Sally deja incompleta su línea, pero su mirada se dirige a Diane.
- No te preocupes, - La consoló Eliza. - debemos ser noticia en todos lados. Todos nos tienen un ojo encima, así que, - Abrazándola. - no te preocupes de nada, todo estará bien. -
- Este... - Dijo Diane. - Creo que yo... estoy sobrando aquí, así que... -
- Deberías... - Intentó responder Andrew.
- Irte. - Dije. - Estar cerca de nosotros te causará muchos problemas, así que... Vete de este país en cuanto puedas. Y no vayas a Pequeña Bretaña, no es seguro. - Por alguna razón que desconozco, todos me sonríen con cierto orgullo. - ¿Pueden no hacer eso?. Me siento incómodo. -
Sally se cruza de brazos, frunce el seño, e infla las mejillas de manera infantil. - Podrías preocuparte así por mí de vez en cuando. -
Por otro lado, Andrew suelta una lágrima de orgullo. - No recordaba que te importara la seguridad, Markus. - En cierto modo, lo tomé como burla. - Quizás podamos compartir este sueño por un mundo seguro. -
- ¡No lo escuches!. - Le interrumpió Eliza, tomándome del brazo izquierdo. - ¡Sólo imagina cuántas veces llorarás por descubrir un país nuevo si viajas por el mundo conmigo!. -