La Plaga que Cambió el Historia y la Negación a lo Vano.

El Número de la Suerte.

5 de Abril. 14:00, Tejado del Hotel.

La puerta se abre por completo. 
Un chico de cabello blanco, sonrisa simpática, camiseta negra con un estampado de calavera blanca, unos jeans campana y ojos igual de blancos que su alborotado peinado se asoma tras la puerta. 
"¡Era un Humano! Que alivio".

- Lindas... luces. - Dijo, con una voz fina, apuntando debajo de mí.

"¡Mi Extensión! ¡No llevo mi disfraz! ¡Qué descuidado!". 
Estuve a punto de usar [12:30] contra él. Para aturdirlo, claro. Pero no lo hice, pues ya me había visto la cara, y por lo tanto, me reconocería.

- ¡Oh~!. - Exclamó con asombro. - ¡Tú eres el que sale en la tele! ¡Markus Emit!. -

- ¡Shhh! ¡C-cállate!. - Respondí en pánico. Cualquiera que lo escuchara podría ser una amenaza.

- ¡Lo siento! ¡Es que soy tu fan!. - Agregó alegre. "Mi fa-qué?".

Me ofreció ir con él a su habitación, que estaba un piso por encima del nuestro. Acepté por dos motivos: Asumí que Eliza habría vuelto en el lapso de tiempo que me encontré con este chico, así que debería estar bien. Y, porque si lo «fanático» se le va de las manos, estaría un problema grave.

La habitación no era muy distinta a la nuestra, excepto por unos detalles. Por ejemplo, que no encendía ni un sólo foco. Todos estarán reventados. Incluso había cristal aún tirado en el suelo.

- Wow. - Dijo. - ¡Nunca pensé que tendría a mi ídolo justo en mi cuarto!. - "Imagino que «fan» es un sinónimo moderno de «admirador»".

- Jeje... Gra... ¿Gracias?. - "Esto es increíblemente incómodo".

Él me mira fijamente, y yo... Lo intento. Su mirada es ciertamente extraña. Por alguna razón, siento miedo al verlo... viéndome. 
"Estoy seguro... Esa Presencia de Terror que sentí antes... Estaba ahí, tras la puerta. Digo, este chico es un rarito, pero no parece una mala persona".

- ¡Ya sé!. - Gritaba emocionado. - Creo que me sobraron unos Shashlik de ayer, ¿quieres?. -

- Sí c-claro. - "¿Shas-qué? ¿¡Será algún veneno!?". - Oh, por cierto, aún no me dices tu Nombre. -

Sacando unas cajas de cartón del mini-refrigerador, responde: - Dante. Sólo Dante. -

- ¿Y tu apellido?. - Pregunté.

- Esperaba encontrarme contigo para que me dieras uno. -

- ¿Por qué tendría que...?. - "A menos que, no tenga apellido por ser..." Doy un paso atrás. "¡Mierda, es una Plaga!. ¿¡Es él!? No puede ser, sus ojos eran rojos, no es posible, no tiene sentido".

Dante soltó las cajas de cartón, abriéndose y dejando caer la comida que iba dentro.

- ¿Ya te vas?. - Dijo, viendo fijamente la carne en el suelo. - Qué mal. Por alguna razón, verte... - Pasó su mano por su cara, y luego por su enredado cabello. - me trae recuerdos. -

Muy parecido a lo que hizo Stephen. Su apariencia, y su Presencia, cambiaron por completo. Y esta vez, no era una exageración. 
Su sonrisa tétrica, su menor corpulencia, su aumento de altura, su cabello tornado en gris y, sus ojos, vacíamente rojos. 
Doy otro paso hacia atrás. 
Pero rápidamente el filo de su Oz roza la parte trasera de mi cabeza. A un leve movimiento de cortarme.

- Ay... Markus Emit, que predecible fue eso. Es decepcionante. - Dijo, en condolencia. Su Oz se desliza a través de su manga, volviendo el filo al bastón y desapareciendo por completo. Como si nunca hubiese estado. - Menos mal no somos enemigos, ¿eh? ¡Ajajaja!. - Añadió amistosamente.

- ¿Q-quién... Qué quieres?. - "¿¡Qué hago qué hago qué hago!?".

- Aliarnos, claro está. - Su voz no abandona el tono más bien amenazante.

- ¿Por qué querrías aliarte conmigo?. - "Debo seguirle el juego, aunque sea un poco más. Necesito que Eliza me vea". Mi respiración se agita.

- Dante ya te lo dijo, ¡somos tus fans!. - Para este punto, en realidad, no sé diferenciar un tono amistoso de uno amenazante. - ¡Adoramos lo que haces!. - "¿¡Y qué he hecho!?". - ¡Por fin alguien se digna a demostrar que las Plagas somos mejores que los Humanos!. -

- Oh... - "¿Eh?". - ¿¡EH!?. - "Creí que este tipo hacía eso para arruinar nuestra reputación, pero... ¿¡Qué diablos!?".

Se voltea, pone las manos en su espalda, dejándolas a mi vista. - Tipos como tú y yo somos los perdedores que esperan destacar... - "¿Quéee?". - Digo, no hay a quién le importe si es que estuvimos aquí y nos olvidan, antes del final. Pero sabemos que si trabajamos juntos, podemos ser más que otra memoria para olvidar. - Da vuelta su cabeza, deslumbrando su aterradora sonrisa opacada por sus lágrimas. - Incluso si hacemos el mal... Lo que importa es el final. ¿No es verdad?. -

"Eso fue tan... No, espera. ¡Este tipo no está bien de la cabeza!. ¿¡Qué diablos voy a creerle!? ¿¡Por qué antes habló de él mismo en tercera persona...!? ¿¡... Qué clase de mounstro tengo en frente!?".



#8915 en Joven Adulto

En el texto hay: misterio, peleas

Editado: 11.05.2020

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