Dante Venter. Adolescente de 16 años.
Su Padre se llama Stephen Venter, científico dedicado a la Genética.
Su Madre no existe ni existió. Dejó de existir cuando el OAP irrumpió en su hogar, cuando Dante tenía 12 años.
Gracias a ello, Dante dedicó su juventud a estudiar las ciencias, al igual que su Padre, en busca de algo, una «cura» para su Madre, y para todos los afectados.
Pero, es entonces que Dante realiza descubrimientos extremadamente interesantes. "No puede ser..." Pensaba. "Este clase de ADN, incluso si las comparase con la mejor genética Humana, no están ni cerca de lo que una Plaga puede hacer, es como si... Fuesen nuestra evolución".
Dante nunca estuvo sólo. A pesar de sus dolencias, era un adolescente normal. Y, como todo proceso biológico en el Ser Humano, se veía atraído de un modo romántico hacia su mejor amiga y compañera de las ciencias, Zaniah Ecaps, especializada en la Astronomía, trabajaba en el Laboratorio de la familia Venter.
Entre los dos se compartían sus ideas estados anímicos, e incluso sus secretos. Hasta que, sin siquiera imaginarlo, Zaniah le confiesa a Dante una situación que la acompleja.
- Verás... Mi Papá es un poco... - Con una voz suave, proveniente de una chica relativamente popular, hace su mejor esfuerzo para no desconfiar de su mejor amigo. - Ya sabes que el es muy religioso y... este, el otro día le dije lo que quería estudiar y... - Dante ya no quería escuchar, pero Loreto no se detenía, ni evitaba llorar. - «¡Todo eso de la Ciencia es una vil mentira! ¡Un invento del Gobierno y el Demonio para alejarnos de Dios!». - Recitó, con rabia que no provenía de ella misma. - Así que él me... - Zaniah recoge el poco cabello de un profundo color negro que cubre su cuello. Se voltea, y deja a la vista la marca que tenía.
Una marca de un rojo muy fuerte. De, lo que parecía, y siguiendo el contexto, la marca de un cinturón.
Se levantó la parte de atrás de la bata de laboratorio, mostrando más de lo mismo.
Por la tarde, a la hora de volver al Laboratorio, después del almuerzo, Zaniah no se presentó.
Por la mañana siguiente, Dante fue a casa de Zaniah, con sueño, debido a que no pudo dormir al pensar en por qué no estuvo ayer.
Poco grata fue la sorpresa de que el Padre de Zaniah abriese la puerta.
«¿Hija? Yo no tengo hija. Nunca la tuve». Le respondió el cuarentón.
- ¿¡Cómo que no, viejo bastardo!?. - Fue su reacción.
Preguntó a los vecinos.
Pero nadie la había visto.
Preguntó a sus compañeros de clase.
Pero nadie la había visto.
Se contactó con otros familiares, y preguntó.
Pero nadie la había visto.
Sólo podía existir una entidad capaz de hacer desaparecer a alguien de un día para otro, de tal forma que nadie lo sepa, y la razón por la que se le niegue su existencia.
El OAP había vuelto a arrebatarle un ser amado.
"¡Todos ellos se merecen la muerte!".
Sin embargo, y aunque pensase eso, Dante era incapaz de matar, pues él no era violento de ninguna forma.
Esa misma noche, es en la que, invadido por el rencor, Dante se presenta en el Laboratorio, esperando pacientemente el momento, fingiendo que todo está bien.
"No puede ser así, no es lo que ellos creen. ¡Las Plagas no son un peligro! ¡Son la adaptación Humana para el ambiente después del terremoto! ¡Son la evolución natural!"
Su Padre, Stephen Venter, quien dedicó años de investigación para crear el Anula-Gen, por fin, estaba dando resultados.
Sólo faltaba esa última síntesis.
El Plaganio. Que generaría una sobrecarga de Gen Plaga, permitiendo así que, la Plaga que lo bebiera, se viese apagada por completo.
Pero una cura para la enfermedad ya no era suficiente.
"La Evolución no puede detenerse". Pensó, justo antes de planear la forma en la que beber el Anula-Gen antes del toque final.
Su Deseo más profundo, e inhumanamente posible, el cual su Gen le concedería, se manifestó.
"Yo soy el elegido, ¡yo debo ser quien dé paso a la Evolución Humana!".
Debido al descontrol de sus nuevos Poderes, sin saberlo, abandona el Laboratorio, terminando en alguna calle que jamás había visto. Había recorrido media ciudad en cuestión de segundos.
Recién pasada una hora, su cuerpo comenzó a sufrir los efectos principales del Anula-Gen. Junto a los efectos secundarios.
El Plaganio no sólo estaba destinado para generar una sobrecarga. Debido a los múltiples usos que se le puede dar, también estaba destinado a reducir el efecto de, no sólo las medicinas utilizadas, sino que de reducir la sobredosis que conllevaba.