La Plaga que Cambió la Historia

Todos y Nadie.

18:30, Distrito Alfa.

 

A pesar de que logré encontrar a Markus, aparte del abrazo de hace rato, no nos hemos dirigido la palabra. Ha sido una caminata muy incómoda.

 

- Huyamos. - Dijo repentinamente.

 

- ¿Q-q-qué? ¿Tú y yo? ¡¿Así como una pareja?!. - Respondí sorprendida.

 

- No te lo creas tan fácil. - Se burló. - No sabía como iniciar esta conversación. - Agregó, poniendo su mano derecha tras su cabeza. - Hey, este... Yo... -

 

- No hace falta. Sé que hablé de más hace rato. Es... Un tema sensible para ti. -

 

- No, en lo absoluto, yo reaccioné mal, no debí... -

 

- Hmmm... Dejemoslo en culpa de ambos. ¿Ok?. -

 

- Eso... Suena genial. - Esbozando una sonrisa continúa su camino.

 

Pero yo no. - Oye... -

 

- ¿Sabes?. - Preguntó mientras se detenía. - Conocí un lugar al que podríamos ir a comer algo algún día, ¿qué dices?. - Extiende su mano derecha hacia mí.

 

- Eso estaría bien... Pero, hay algo que, creo que necesito decirte... - Cruzándome de brazos, voy a la defensiva.

 

- ... - Se acerca a mí con sonrisa risueña. Por alguna razón, vuelvo a abrazarlo, y esta vez, me devuelve el abrazo. - Ya ya... Estoy bien, estamos bien... Todos estamos bien. - Y por alguna razón, no puedo evitar llorar.

 

- Si yo... Si llegara a perderte... Perderte de verdad... -

 

- No me perdiste, sigo aquí, siempre estaré aquí. -

 

- ¿Estarás aquí cuando [Retroceso Absoluto] no funcione?. -

 

- ... Me encantaría poder responder eso. -

 

- Quería decirte que... - Lo solté para secarme. - Quiero que me enseñes a pelear, a pelear como tú. -

 

- No. - Rotundo. - Me niego a que te metas en esto, a partir de hoy, mi cabeza está condenada, quedarte cerca de mí... -

 

- Puedo enfrentarlos, podemos enfrentarlos juntos. -

 

- Tendremos que irnos de Pequeña Bretaña. -

 

- Iremos hasta el fin del mundo. Puedo hacerlo. -

 

- Yo... No puedo asegurarte una vida tranquila. -

 

- Ambos estaremos tranquilos con el otro al lado. Puedo hacerlo. -

 

- Pero... -

 

- Markus, escúchame ahora. Ja, creo que, quizás confundí lo nuestro con amor. Por eso, justo ahora, no quiero tenerte como pareja, quiero tenerte como compañero, como mi mejor amigo. Como siempre debió ser. Porque los dos no funcionamos por nosotros mismos. - Viéndolo fijamente, y él a mí. - Ambos, podemos... Cambiar la historia de este mundo. -

 

Al final, se rindió con un profundo suspiro. - Supongo que ya no puedo deshacerme de ti. -

 

- «Luchemos por Todos...». - Extendiendo mi puño hacia él.

 

- «... para no morir como un Nadie». Sabía que lo había escuchado antes. - Chocó su puño contra el mío.

 

Y la puesta de sol, me confirma que el día terminó, y no había una mejor manera posible. Nada podría arruinarlo.

 

16:35 Distrito Alfa.

 

18:45, Torreón 13, Piso 1.

 

Por fin, logré solucionar mi conflicto con Sally. Me alegra que se haya dado cuenta que no hay amor entre nosotros. Finalmente, el Torreón estaba a un par de calles de distancia, hasta que Sally me frena con:

 

- Ay no... Algo anda mal. -

 

- ¿Mal?. - Pregunté.

 

- Fíjate, Eliza y Andrew están en la puerta del Torreón. -

 

Ciertamente, ambos están fuera, en vez de sacando a las Plagas. "Deberían estar sacando a las... Oh... Mierda..."
Ambos, de brazos cruzados y moviéndose desesperadamente de un lado a otro, se acercan apenas nos ven.

 

- ¿Qué pasó? ¿Q-qué hacen aquí?. - Pregunté, asustado de mis propias teorías de un por qué.

 

- No hay nadie. - Respondió Eliza.

 

- ¿Nadie? ¿Cómo que nadie?. - Reiteré.

 

- ¡Que no hay una maldita cosa con vida ahí dentro!. - Gritó Andrew, enfurecido. - Por eso nadie volvió al Torreón apenas se cortó la luz, ya no tenían nada que proteger aquí. -

 

En un primer momento, quería creer que era una broma. Pensé que... Exageraban. Pero Andrew no es así, no a menudo. Por primera vez en más de 10 años, sentí silencio en el Torreón. Fue escalofriante.

 

- C-cuando entramos... Ya no había nadie... - Dijo Eliza. - Pero... Encontré esto. -

 

- Déjame ver. - Pidió Sally.

 

En mi estado de shock, no consideré la importancia de lo que Eliza había encontrado. 
Era el reverso de un papel de «adopción de Plagas», en el que había algo escrito. 
Sally empezó a insistir en que la leyera, a lo cual, termino cediendo.



#3699 en Ciencia ficción
#9693 en Joven Adulto

En el texto hay: misterio, peleas, poderes

Editado: 08.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.