Riley
¡Maldita sea!
Tenían que estar ellos mordiendo los pasos de Missasar.
— Si Missasar va, yo también voy.
"Si Missisir vi, yi timbin voi" ¡Que irritante es Lanark! ¡Y también su hermano!
Estaba tan emocionada por ir al colegio caminando junto a mi amigo y ellos se han colado. No han dejado a Missasar solo desde mi desayuno. Ya son las siete y debo empezar mi rumbo hacia el colegio. Lo que me ha molestado es que Missasar ha permitido que ellos nos acompañen con la condición de que se vuelvan invisibles a los ojos humanos. Ojalá lo cumplan, pero yo lo dudo mucho.
Caminamos por la calle y veo que ningún transeúnte se ha fijado en mis escoltas. Créanme que si lo hubieran hecho no podrían apartar sus ojos de ellos.
— Tantos humanos juntos —se queja Lanark. Le apesta estar aquí, pero prefiere estarlo a dejar solo a Missasar. Ni que yo lo fuera a morder...
— Tanta sangre fresca —comenta maliciosamente Rius. Missasar los mira con sus ojos carmesí y ellos espabilan.
Llegamos con ágil paso a mi colegio y luego, pues... la escena es un poco extraña.
Estoy en la clase de Literatura y mientras el profesor explica. Missasar, Lanark y Rius están en la esquina de la pizarra mirando a todos con cierto asombro. Ni el profesor ni mis compañeros se pueden dar cuenta de la presencia de ese trío de vampiros sumamente atractivos, excepto, obviamente, Sebastián que está a mi costado derecho.
Puedo ver en su cara de constipado que siente vergüenza ajena al ver a su maestro parado en el rincón observando con gran atención (una que él jamás ha puesto en las clases) al profesor O' Donnell.
— ¿Por qué los has traído? —Me reclama en un molesto susurro— ¡Parecen unos nerds allí parados! ¡Ni saben que hacer!
— Esos dos no debían venir —gruño— ¡Se han colado!
Sebastián rueda los ojos. Luego de unos minutos, me doy cuenta que cuando Missasar cruza miradas con él, Seb las evita.
Missasar se ve tan tierno cuando analiza las cosas a su alrededor, parece un bebé que está descubriendo el mundo. Solo espero que los hermanos no toquen nada. A nadie le gustaría ver flotando los plumones o los cuadernos.
Lila está a mi costado y parece perturbada aunque siempre pone esa cara en la clase del profesor O' Donnell.
<<"¿Qué te pasa?">>, le escribo en un pequeño papel y se lo tiro entre su cuaderno. Ella después de escribir, me lo devuelve pero tirándomelo en la cara.
<<"Nada">>, dice en el papel y ella me sonríe con burla.
La clase ya va por mitad y hasta ahora no hay ningún incidente con los vampiros.
**
Bien, la clase terminó con cero accidentes. Otra clase más y luego será el recreo. Lo que estoy esperando con ansias. Hasta ahora no veo el porqué del interés que tuvo Missasar en querer estar conmigo en el colegio, no es divertido.
En la clase de Matemáticas, todo sigue igual, pero como atrás hay asientos vacíos, los vampiros los están usando. Rius y Lanark también se sienten un poco fuera de lugar, sus miradas preocupadas e inseguras confirman lo que digo. Se comportan como recelosos forasteros mientras hurgan con sus ojos todo a su alrededor.
La profesora Smith sale del aula por un momento, su esposo, el director la ha llamado por medio del transmisor. Nos ordena desarrollar los ejercicios de la página 213 y sabemos que nadie hace caso a eso. El murmullo y los cuchicheos comienzan a hacer eco por toda el aula y Lila y Laurien se ponen a conversar a cerca de la turbia relación del director con la profesora; yo, como buena alumna, desarrollo los ejercicios.
— ¿Te ha salido la 4? —pregunta Ronny. Ya saben que me siento siempre, por pura casualidad, atrás de él.
Lo primero que hago es sonrojarme y luego respondo tímidamente— Es 45 — le respondo y me quedo en silencio mientras él sigue mirándome con sus lindos ojos. ¡Tonta, sigue hablando! ¡Pregúntale cómo está! ¡No más bien por la pregunta 10, esa no te ha salido! ¡Mejor dile que te gusta su lapicero azul indeleble!— Hola.
Escucho atrás de mí a Lila, ha hecho el Facepalm. El estruendo de su palma contra su frente es imposible de no reconocer.
Ronny sonríe alegremente y se disculpa por no haberme saludo primero. No era mi intención decirle "Hola" en primer lugar.
— ¿Ya desarrollaste todos los ejercicios? —vuelve a preguntar.
— Me falta la diez —susurro avergonzada.
— ¡Yo la hice! —Exclama— Si quieres te explico cómo desarrollarla.
Muevo ligeramente mi la cabeza comunicándole mi afirmación y para mi sorpresa se levanta de su asiento y se acerca a mí. Parece que le incomoda estar de pie así que me pide hacerle un poco de espacio en mi silla. Me muevo un poco y así él se sienta a mi lado. Es una carpeta individual, es inevitable que nuestros muslos choquen y nuestros brazos también. Su rostro está tan cerca al mío que puedo sentir su aliento. Y no huele mal. Espero que el mío tampoco.
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Editado: 25.03.2019