La poderosa y divertida sangre de Missasar

Capítulo 28

Rius

—¡Repite lo que has dicho! —Exijo con impaciencia.

—A mí no me gritas... —gruñe Lanark— ¿Estás sordo o qué? Te dije que Kasama pide que regreses, ahora yo me encargaré de vigilar a la humana.

—¿Y por qué ha cambiado de parecer? —inquiero absolutamente contrariado.

—¡Qué sé yo! —Exclama haciéndose la desentendida.

—¡Mientes! Tú si conoces los planes de ese viejo, ¡habla, zorra!

Lanark me lanza otro puñete en la mejilla; sin embargo esta vez no retrocedo y aun así, ella mantiene su puño en mi rostro.

—Se ha enojado contigo, y también conmigo por matar a Badami. ¡Pero no le iba a permitir burlarse de mí! Ahora empezarán a investigar la muerte del lobo, pero jamás descubrirán que he sido yo. He acabado con cada célula de su cuerpo —afirma satisfecha sin siquiera sentir remordimiento por la terrible acción que ha realizado—; sin embargo, esto no debió haber salido así —por fin logro descubrir un atisbo, pero no de culpa, sino de miedo—. Ahora Boissever estará más protegido y pondrá barreras. ¡Todo porque Idris se negó matarlo! —Exclama con enojo. Mi hermana es tan voluble que en ciertas ocasiones llega a marearme con tanto cambio de ánimo—. Para él sería tan fácil...

—¡¿La condición era matar a Boissever?! —Repito con sorpresa—. ¿A un líder lobo? ¿Acaso Kasama se volvió loco?

- Siempre ha sido así —balbucea—, pero sabes que debemos obedecerlo. Lo que sí me entristece es que si Idris acepta, lo matarán. Kasama es despiadado. Sabiendo eso, aun así le ordena tal locura.

—Allí hay algo más, ¿verdad? —Refuto. Lanark ríe y baja su puño.

—¡Solo puedes saber eso hermanito!

Qué desgraciada es, pero es mi hermana. Relajo mis hombres y sondeo el panorama.

—¿Cómo está Idris?

—Bien —responde.

—¿Estás segura que no darán contigo los hombres lobo? —Replico. Al ser mi hermana no puedo evitar sentir preocupación por ella, sabiendo tiene un castigo enorme lo que hizo.

—No, a menos que tú o Kasama me delate —dice guiñándome con picardía.

**

—¿Qué hace ella aquí? —Reprocha Eliot al día siguiente. Está acompañado por Seb y Lila.

He advertido de antemano a Lanark para que no intente nada contra el mestizo, pero no estoy seguro si se controlará o no.

—Vino de visita —responde Riley desmotivada.

—Qué se le va a hacer —dice Seb—, ahora que no está Abel, las ratas salen.

—Cuida tu boca, neosere —salta mi hermana al instante, sus ojos ya se tornaron rojos. Ella no soporta ninguna imprudencia hacia su persona—, o sino terminarás siendo añicos.

—¡Calma, Calma! -tranquiliza la bruja—. Vamos a mirar una película ¿okey? ¿Qué les parece Forrest Gump? Todos aman Forrest Gump, en lo personal, yo lo amo.

En seguida, alentados por la iniciativa de Lila, todos caminan a la sala dejándonos de lado a Lanark y a mí.

—Qué patéticos humanos —critica mi hermana y se limita a observar de lejos junto a mí.

Riley me llama, invitándome junto a los demás, pero yo la ignoro. Lanark se percata de tal acto de cortesía y se vuelve más perspicaz al respecto.

—No le des tanta confianza a la humana —me advierte.

—Yo no daré confianza a ningún humana.

—Te veo más pálido —me dice mientras acaricia mi mejilla—. No te estás alimentando bien.

La verdad es que no. No he mordido a un humano hace tres semanas, pero no me apetece hacerlo. No quiero tener la molestia de matarlo después.

—Vamos por un bocadillo ahora —ofrece.

Busco en mi mente alguna excusa coherente que un vampiro, que se alimenta de sangre como yo, use para no ir a beber sangre.

—Estoy saciado —pronuncio—, por ahora no quiero.

Lanark me observa seriamente, pero no me refuta, solo se desvanece hasta ya no verla más.

**

Lanark es sumamente cautelosa, se dará cuenta que aquí me comporto diferente; que aquí no estoy a la ofensiva; que aquí, por sorprendente que sea, me estoy comenzando a sentir a gusto.

Es sábado y los chicos deciden quedarse a hacer una pijamada. Los niños humanos saben cómo divertirse. Yo a esa edad estaba viajando por valles olvidados y gozando solitariamente del silencio junto a mi hermana e Idris.

Lanark es tan hiperactiva que logra entablar conversación aunque sea para fastidiar a los demás.

Si de apuestas se trata, ella olvida diferencias raciales o de cualquier tipo para entrarle al ruedo. El juego de mesa llamado "monopolio", ha despertado su curiosidad y no ha dudado en pedir ser una jugadora más, mientras que yo —al igual que siempre— observo de lejos.

Después de un rato, ella comienza a disfrutar de la victoria. Los humanos no han contado con que Lanark es una excelente estratega y sumando ello a su personalidad despiadada, es como si fuese un arma letal que siempre consigue su objetivo, que en este simple caso es ganar ese juego.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.