La poesía de la flor

Epílogo

Y digo adiós,
no porque quiera irme,
no porque no te ame o no te necesite,
pero te digo adiós porque me fallaste,
porque te quería y de mí te reíste,
te digo adiós porque la puerta de mi corazón se cerró,
y aunque duela cada paso de lejanía,
sé que será lo mejor.
 


 

Dedicado a un ser anónimo y escrito con el alma.
 


 




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