Ivana
Después de unas vacaciones volver a la rutina es difícil, tenía una agenda apretadísima de pacientes y mas tenía a mi mami como un sirirí con el tema de Franchesco Damiani; me hizo pasar la pena del siglo al estar preguntando referencias de él.
Sabia que tenía una hija llamada Valentina, había perdido a su novia en el parto, el menor de los Damiani, que hacía perfumes, que trabaja con el tío Ian; no quería involucrarme mas de allá de eso que ya sabía, pero no podía negar lo guapo que es, lo atento y entrando en mis sentimientos no quería hacerme ilusiones.
Me obligue a no pensar, me enfrasque en mi trabajo, los pacientes en ese momento son mi prioridad, así que el resto el día despedí a Franchesco de mi mente.
Llegar a la casa ya no es grato, mi madre esta con la idea loca de que me conozca en otros ámbitos con este chico y como me negué a seguir preguntado por él, ahora lo ha hecho ella; está en la cocina pegada al teléfono hablando con la Tía Alice, al verme me llama y yo olímpicamente me devuelvo y me encierro en mi habitación.
No se cuánto tiempo paso, pero el hambre me tiene mal, así que tomo mi teléfono y le mando un texto a Javier mi hermano, me consiga comida, me responde que baje que cenaremos en familia, eso me indica que Rafa está en la casa, bajo y están todos esperándome en a la mesa, conversan entre si
- Buenas noches – todos me contestan con asentamiento de cabeza y mi madre me queda mirando fijamente –
- Ivana, mañana llega Brina, te pido que la instales en tu habitación, se va a quedar unas dos semanas ¿puedo contar contigo?
- Claro que sí, ma
Todos nos sumimos en un total silencio, se escuchaban los cubiertos contra los platos, todo se rompe cuando mi padre habla con rafa de la empresa, siento que me patean por debajo de la mesa, al levantar la mirada, Javier está haciéndome señas para levantarnos de la mesa. Lo hago y respetuosamente nos levantamos y tomamos rumbo hacia nuestras habitaciones.
Me he acostumbrada a levantarme super temprano para ir al trabajo, el hospital me exige bastante, soy oncóloga, además llevo las investigaciones sobre nuevos medicamentos para erradicar el cáncer en etapas tempranas; en los días que tengo mas libres ayudo a una fundación llamada Oleg, se dedica a diagnóstico y tratamientos de cáncer en niños. Mi familia tiene historia con esta fundación por eso desde siempre estoy disponibles para ellos.
Hoy en particular fui hasta la fundación, tenían un niño remitido desde un hospital rural con un diagnostico no favorecedor, al llegar noto que su expresión de alegría, de optimismo, es tan contagioso que todos están con la misma expresión de él. Tras varios estudios sus resultados son buenos y con su estado de ánimo todo será más fácil.
Cada vez que salgo de la fundación quedo con un cansancio mental y recuerdo mi propia experiencia con este asesino silencioso, trato de ayudar a todos los que pueda, porque sé lo que siente.
Llego hasta el hospital y al entrar a mi consultorio una visita pelirroja me espera
- ¡Muñeca! ... - nos saludamos efusivamente –
- ¿Hace cuánto llegaste? – mira su reloj y chasquea la lengua –
- Por ahí 30 minutos ¿Dónde andabas? - camino hasta mi silla –
- En la fundación Oleg, me necesitaban allá y cuéntame que te trae por Londres – bufa –
- Vengo por un curso, tú sabes que manejo los procesos de contratación de las chicas de la Fundación enrejados y pues hay nuevas políticas que rigen en la unión europea y hay como una actualización de procesos
- Que bueno, pero para mi es genial porque tendré tu compañía – bufo y me acomodo el cabello –
- ¿Es impresión mía o algo pasa?
- Mi mami esta con la cosa con Franchesco, le ha preguntado a Alice sobre él, creo que esta con Julia a hablado, me da vergüenza que este en eso
- No creo que le den mucha información, Franchesco siempre esta alejado de la familia, otra cosa fuera que le preguntara a Ian, pero míralo por el lado bueno, la señora Kailam quiere lo mejor para ti
- ¿Por qué la cosa seria distinta si le preguntara a Ian?
- Porque ellos son muy apegados y según tengo entendido Franchesco tiene confianza ciega en Ian, él si puede darle información
- Ay no, peor es la vergüenza con el tío Ian – se carcajea -
- ¿Te gusta Franchesco? – me quedo en silencio observándola –
- Mmm ... no, me parece un chico de buen ver – se sonríe –
- A mi no me mientas muñeca, él te gusta, se te nota
- Se nota mucho – se levanta y me señala –
- Ay caíste ... yo lo sabía – ruedo los ojos al verla reírse de mi –
- Contigo no se puede Brina, pero cuando estés en la mismas te haré lo mismo – cambia el semblante y se coloca seria –
- Ay yo tengo una tormentica en mi cabeza, pero estamos hablando de ti – bufo –
- ¿Ya almorzaste? – se admira de mi cambio de tema y niega – bueno salgamos de aquí y de paso quiero saber de la tormentica
Salimos para el restaurante mas cercano del hospital siempre trato de estar disponible, llegamos y pedimos algo rápido, mientras llega la comida conversamos de la familia, de cómo están en Milán y Florencia, no había terminado la comida cuando me llega un mensaje de texto donde me indican de una emergencia y me requieren en el hospital, me despido de Brina con la firme convicción de seguir la conversación en la noche cuando llegue a casa.
La tarde fue algo lenta para mi gusto entre pacientes y salas de cirugías, ya entrada la noche salgo rumbo a casa, me estoy planteando independizarme, el trayecto de la casa hasta el hospital es bastante extenso y en días como hoy necesito llegar rápido tomar un baño, una copa de vino y relajarme.
Nada más lejos de mi realidad, al llegar a casa mi hermano tenía una reunión con amigos de la preparatoria y el escandalo es colosal, subo hasta la mi habitación y me encierro, alrededor de 2 horas después tocan la puerta y al pasar es mi madre con una bandeja llena de comida