Ivana
Los 15 días más largos de mi vida, entre el hospital y la fundación se me hizo mas llevadera la espera y llevaba el mismo tiempo viviendo sola, Brina se había devuelto a Florencia, así que me encontraba sola en todo el sentido de la palabra.
Todas las noches pensaba en la propuesta que le voy a hacer a Franchesco, las dudas crecían día con día, no nos conocíamos mucho, en todos estos años que nuestras familias han estado unidas nosotros hemos ciegos, nunca nos vimos o mejor nunca detallamos en el otro, siempre busco en mi mente si lo vi alguna vez y mi mente siempre llega al mismo punto ... nada.
Mi estómago se estremece cada que pensaba en él, estoy segura de que enamorada de él no estoy y creo que él tampoco, solamente nos gustamos y hay latente un fuego que nos abraza y arrastra y ante eso no hay solución aparente, si no caer en el fuego y no quemarnos en el proceso.
Hoy se cumple los 15 días, tome la decisión de no tener contacto con él, pero la espera resulta algo compleja. Como nunca tengo doble turno, estoy entre el hospital y la fundación, en ambas instituciones tengo pacientes y los tengo organizados por orden de complejidad, quien me necesite con urgencia allá voy primero.
Al termino de cada turno me siento extenuada, pero contenta porque ayude a alguien a sentirse mejor, este día tenia un matiz distinto ... Franchesco. No habíamos hablado y no sabía si se encontraba en Londres y mucho menos que hacía acá, en realidad no me importaba, lo que quería saber es si estaba aquí y que decisión había tomado él.
Busco entre mis cosas mi teléfono y mi corazón se acelera al encontrar 5 llamadas perdidas de Franchesco, la última de hace 1 hora aproximadamente, me tenso inmediatamente y salgo enseguida para mi apartamento; llegando le devuelvo la llamada, no me contesta y a los minutos lo hace
- Buenas noches Franchesco ... no te puede contestar, estuve sumida en el trabajo
- Hola Ivana, no te preocupes, entendí que estarías ocupada al no contestarme – camino por la estancia con el teléfono pegado al oído –
- Y ¿cuéntame, estas aquí en londres?
- Si ... llegue en las horas de la mañana y pues quedamos en conversar hoy ¿estas ocupada?
- No estoy ocupada, apenas llegue a casa ¿nos vemos? – mis nervios los sentía ya que me estaba mordiendo las uñas –
- Claro ... pero no creo que sea buena idea que nos veamos en tu casa, lo digo, porque tú me dijiste nadie se enterara
- Yo vivo sola Franchesco – por unos segundos todo quedo en silencio y me tense - ¿sigues en línea?
- Si ... tu decides si nos vemos Ivana
- Claro ... te paso por texto mi dirección ... nos vemos
- Ok ... la espero
Texteé la dirección lo más rápido posible y se la envié, la parte racional me indicaba que estaba mal lo que le iba a proponer a un hombre que eventualmente se iba a volver parte de mi familia y eso es un riesgo, pero tambien sentía la necesidad de soltarme, de vivir sin pensar y Franchesco es el candidato perfecto, porque estamos sintiendo la misma atracción.
Sali corriendo a tomar un baño, me decidí por colocarme ropa no formal, estoy en casa y quiero parecer más relajada que las otras veces que nos hemos visto, voy hasta la heladera y noto que no tengo reservas de vino, así que tomo le teléfono y pido dos botellas de vino al supermercado más cercano, ante todo pronóstico llegaron primero que el invitado
Me roció un poco de perfume, me enfoco en el reloj que tengo colgado en la pared, han pasado exactamente 1 hora desde que le envié el mensaje de texto con la dirección, escucho el motor de un auto a las afueras y me asomo por la ventana y lo veo conversando con el conductor del taxi, entro de forma apresurada y me acerco al espejo para verificar si no tengo algo fuera de lugar y tomo varias respiraciones y escucho el timbre de la puerta, camino con extrema lentitud y al abrir la puerta y verlo nuestras miradas se conectan y siento un salto en pecho, trato de disimularlo y le sonrío, él hace lo mismo
- Buenas noches ... Ivana
- Buenas noches ... adelante – trae algo en sus manos –
- No se mucho tus gustos, así que te traje esto - me entrega una botella de vino, le hago señas hacia el sofá -
- ¿Qué te digo? ... has atinado, me encanta el vino – nos sonreímos –
- Bueno ... - nos carcajeamos –
- ¿Qué tal tu día en Londres? – me voy hasta la cocina y regreso con dos copas para probar el vino que trajo –
- No tenia muchas esperanzas, pero ha resultado mejor de lo que pensé y a ti ¿Qué tal tu día? – le paso una copa de vino y la probamos al tiempo –
- Caótico, pero es así casi siempre ... ¿dude que vinieras? – cambie de tema y me fui directo al punto –
- ¿Por qué lo dudaste? – le sonrío y le doy un sorbo al vino-
- A veces suelo ser un poco insegura y más cuando son temas tan personales – asiente –
- Una chica tan bella, uno diría que no podría ser insegura
- Te sorprenderías ... - nuestras miradas vuelven a conectarse y el ambiente se volvió tenso –
- Sorpréndeme ...
El silencio reino por unos minutos, como si estuviéramos estudiándonos a ver quien habla primero o mejor quien cede y cae antes los encantos del otro; mi teléfono empieza a sonar, pido disculpas y voy hasta mi habitación a contestar, al ve quien es me relajo
- ¿Qué paso Javier? – bufa -
- Ivana ... que vengas a cenar a la casa, mamá hizo tu comida favorita – suspiro –
- Javier no puedo ... estoy en el hospital y no creo que salga por ahora, tenemos una urgencia vital ... diles que muchas gracias, mañana voy y cenamos juntos
- Ah ... listo, no incomodo más, hablamos
- Hablamos
Cuelgo ... con algo extraño en el pecho, nunca había utilizado el hospital como escusa para algo, pero Franchesco esta en mi estancia y esta es mi única oportunidad de saber que me pasa con él, así que me regreso a la estancia con esa resolución