Nueve

Franchesco
 

Me sentía extraño, de Londres a Milán, estuve pensando en Ivana, en lo que íbamos a empezar, había cosas que no entendía, pero el deseo y fuego que siento cada vez que estamos juntos me cegó y acepte. Estar con ella fue algo que me dejo descolocado, su entrega fue total, dejo la puerta abierta a que pase algo más entre nosotros, mientras tanto descubriré si quiero ese algo más

Al llegar al aeropuerto de Milán me prometí dejar de pensar en pros y los contras de lo que habíamos iniciado y dejar todo en manos del destino o en lo que nos provocamos. Al levantar la mirada mis ojos chocan con una de mis sobrinas, recostada en la pared de una de las salidas del aeropuerto

- Vas a tener el mejor transporte de todos, tío Fran, esto que va a pasar hoy no lo van a poder igualar – me carcajeo al llegar hasta su lado –

- Estoy seguro de eso, espero llegar vivo ...

- Llegaras ... - me hace una venia –

- Eso espero Julieta – hace cara de asco y queda de pie mirándome –

- De ahora en adelante soy Juliet o Juli ... me siento prehistórica con el "Julieta" – me carcajeo –

- Eso es culpa de tus padres – bufa y voltea los ojos –

- Obviamente, con el afán de ponernos nombres a juego, salí damnificada

Entre Juliana y Julieta eso las diferenciaba, mientras Juliana es madura, increíblemente centrada, amorosa, en cambio Julieta es un alma libre, despreocupada y hasta cierto punto indiscreta, no tiene filtro. Salimos del aeropuerto conversando del tema de los nombres a juego que tiene ella y su hermana, antes de lo previsto llegamos a la casa, desde la entrada veo a mi hermano esperándonos

- Te lo traje sano y salvo, completo ... así que págame – al bajarse le estira la mano a Fabricio y él bufa –

- Me debes la vida Julieta ... - voltea los ojos y se acerca a mi y señala a su padre –

- Mala paga ... - bufa y sube las escalinatas y cuando se acerca a Fabricio, él le extiende un billete, ella con una sonrisa me voltea a ver y me señala el billete – hay que presionar

No aguanto más y suelto una carcajada, Fabricio esta con la cara seria mientras ve como su hija entra a la casa haciendo un baile triunfal y moviendo el billete para todos lados

- Deja de burlarte Franchesco ... - se toma cabello y se lo revuelve –

- No me burlo, es que Julieta es un personaje, ¿Cómo buena negociante? Sácale provecho en el conglomerado

- No creas que no lo he pensado, pero tiene demasiada energía y no quiero presionarla... mejor entremos

Desde que las gemelas llegaron la casa de mi hermano siempre se escucha como si hubiera un ejército de chicos, los gritos de alegría y juegos están por todos lados, aparte de las gemelas hay 2 chicos más, eso hace que Julia este al trote todo el día.

En medio del desayuno conversamos del viaje, del clima, del conglomerado; todos están sentados a la mesa, desde hace años Fabricio ha ido delegando responsabilidades y eso le da un margen para estar con su familia, Julia es la diseñadora estrella y tiene a cargo la casa de diseño y tambien ha ido delegando el trabajo administrativo.

Juliana llega a mi encuentro, es como ver a Julieta centrada, me saluda efusivamente, desayuno y sale disparada para la universidad y en las horas de la tarde tiene a cargo una parte de la fundación, volteo a ver a Julieta que esta sentada al lado de su madre y me sonríe mostrando los dientes.

Fabricio me lleva hasta el despacho que tiene en casa, saco unos documentos y me los pasa

- Fran lee esos documentos – nos sentamos en unos sillones que están en la estancia y con premura los leo –

- ¿Qué es esto? – se sonríe –

- Es el inicio de tu perfumería – dejo caer los papeles y niego –

- No ... no Fabricio, no puedo aceptar – los recojo del suelo y se los entrego de vuelta –

- ¿Por qué no? Dame una razón lógica para que no aceptes

- No puedo ... tú sabes lo que quiero – se levanta y camina hasta el escritorio y saca un esfero, acomoda los papeles, los firma y me estira el esfero –

- Firma Franchesco ... - niego –

- No Fabricio – se sonríe –

- Hable esta mañana con el maestro perfumista y te vio mucho talento, yo te veo una terquedad infinita, Fran en la vida a veces hay que aceptar la ayuda de otros, se escucha bonito eso que pregonas, de ahorrar y montar la perfumería de a poco, pero no es tan así ... déjate ayudar

- No puedo Fabricio ...

- Si puedes, pero los prejuicios te tienen amarrado a no se qué, cómo te dije quien forjo esa personalidad y ese temple que tienes fue Lia Bianco no Idara Santoro – aprieto mis puños –

- No la menciones ... esa señora no merece siquiera ser nombrada

- Entonces Fran ... demuéstrame lo que vales, demuéstrame lo que te enseño Lia Bianco – suspira y se me acerca amorosamente – yo estoy al tanto de muchas cosas de ustedes y sé que esa mujer te exigió pelearas parte del conglomerado y por eso no quieres aceptar nada de nosotros, pero entiende algo, tu no necesitas pelear nada y tu lo sabes

- No se Fabricio ... Franco esta de acuerdo

- Digamos que nos está escuchando – me señala la computadora con video llamada activa con Franco, me ve la duda – entonces vamos a plantearlo de otra forma, escuchemos a Franco

- Hola gente ... Fran eres un chiquillo quisquilloso, pero le tengo una solución, ese documento que te entrego Fabricio es un contrato de cooperación, digámoslo así, donde el conglomerado Damiani es el socio capitalista de tu perfumería y se compromete a llevar tus creaciones por el mundo, entra la promoción y difusión de tu marca, cuando esta esté posicionada, generando empleos y dividendos entonces el empuje inicial será devuelto al conglomerado – me sonrió y volteo a mirar a Fabricio, que se mantiene en silencio –

- Esto tiene algo por debajo – Franco se sonríe –