Veinte

Franchesco
 

Me sentía liviano, como saliendo de una pesadilla, trato de abrir los ojos y no puedo, a los minutos siento como si algo activara mi cuerpo y cada de parte de el me duele, me quejo y siento que alguien se mueve a mi alrededor y al rato ese dolor va menguando hasta el punto de caer dormido.

Abro los ojos de golpe y lo primero que veo es un techo blanco y luces bastantes fuertes, cierro los ojos por unos segundos y al abrirlos trato de enfocar y ahora si logro ver la habitación completamente, lo que tenía puesto en el cuello ya no lo tengo, así que puedo mirar para todos lados, muevo los dedos de pies, mi brazo derecho no lo puedo mover.

Trato de luchar con el sueño, quiero mantenerme alerta por si alguien entra, a los minutos siento pasos a mi alrededor, me tocan y me acomodan en la camilla, cuando ya no siento a nadie cerca, logro abrir los ojos, me enfoco en la ventana lateral que dejaron abierta, hay un sol radiante, no me percato que hay alguien al lado mío

- Veo que despertaste bien – volteo y no creo lo que veo –

- Papá ... ¿Qué haces aquí? – se sonríe y jala una silla y se sienta al lado mío –

- Te voy a arreglar el brazo – bajo la mirada hacia el brazo y sé que está roto –

- ¿Sigo en Londres? ¿Cuánto tiempo ha pasado?

- Sigues en Londres y por ahí unos días – me muevo y siento un dolor intenso que atraviesa todo mi brazo – no te muevas mucho, voy a revisarte un poco

No quería preocuparlos, en sí, no me gusta que se desplacen de Cagliari, puedo jurar que mi madre está aquí; nota mi preocupación porque me observa y se ríe al ver que estoy lejos de esa cama, pensando. Necesito saber como esta Ivana, la última vez que la vi, lloraba mucho y no me gusta verla así.

Toma una planilla que está a mis pies y la lee, se nota que está concentrado, vuelve a dejar la planilla en su lugar y me hace cosquillas en los pies, por inercia los muevo como un acto de reflejo, camina hasta donde están las máquinas, las revisa con detenimiento y luego toca un timbre y las enfermeras llegan de inmediato.

Las enfermeras me mueven y me colocan en posición medio sentando, todo lo hacen ante la atenta mirada de mi padre, ellas se van y él vuelve a sentarse

- Te quiero operar hoy Fran – lo observo –

- ¿Está todo bien? – asiente –

- Al parecer sí, quiero hacerte unos estudios antes para saber si te puedo intervenir hoy – suspiro y creo que debe saber lo que paso –

- Papá quiero que sepas lo que paso ... - niega y me sonríe –

- No quiero que te desgastes, Fabricio me conto todo lo que paso... ya no importa, ya no me queda bien decir te lo dije ... vi como la mirabas Fran

- Cuando me dijiste ya llevábamos algo de tiempo, ya no había vuelta de hoja ... ya me había enamorado de ella, aunque ella solo jugaba – se cruza de brazos y niega –

- ¿Ella te dijo que jugaba? – lo observo por unos instantes –

- Me dijo "el juego término" que me fuera, no me quería ver, después entro a la unidad de cuidados intensivos y me explico que no quiere tener nada ni conmigo ni con nadie, porque a ella le dio cáncer cuando estaba pequeña y su familia tiene la predisposición genética a pasar ese cáncer de madres a hijas y así ... - se cruza de brazos - no quiere condenar a sus "hijos" si los llegara a tener

- ¿Eso te lo conto ahora o ya tú lo sabias? – trato de moverme y su mano me lo impide -

- Desde antes de iniciar con esto, yo lo sabia ... la escuche hablar con la mamá sobre el tema, para mi eso es irrelevante porque esta sana, perfecta; que tenga ese gen no me interesa – suspira-

- ¿Qué piensas hacer?

- Nada ... no la puedo obligar a que me ame, ella decidió acabar con todo y se lo respeto, aunque me duela – se sonríe -

- Si en algunos meses o incluso años, ella reconsidera la situación y vuelve a ti ¿Qué harías? – me quedo pensando algunos minutos y lo observo y tiene una media sonrisa –

- No se ... tendría que estar seguro de ella - asiente –

- Esa es una posibilidad, porque por lo que me cuentas, me da la impresión de que es una chica llena de miedos, no es fácil afrontar un cáncer a corta edad, ponte en su posición, nadie quiere ver a alguien que ama sufrir, sabiendo esto, a veces se toman decisiones por puro miedo ... con esto no te estoy alentando a nada, solamente quiero que analices su situación

Me quedo pensando en las palabras de mi padre, miedo, todos hemos sentido miedo en algún momento, tambien sé que ese miedo nos hace tomar malas decisiones, pero ella fue clara, no quiere nada conmigo. ¿Estaría dispuesto a volver con ella? ... mi corazón de una me indica que sí, pero mi mente que dice que debo estar seguro, ella debe afrontar su miedo y superarlo y eso debe hacerlo sola.

Me vuelvo a quedar dormido, sueño con su voz y su olor, mi padre me dijo que ella le habían dado de alta, pero debería guardar reposo por algunas semanas, eso me tranquilizo; me desperté por movimientos en la habitación, unas enfermeras me están trasladando hacia otra habitación, me llevan por un pasillo largo y cuando pasamos por los ascensores, logro ver que dentro de él está la señora Almoraz, se sorprende al verme y sale del ascensor y hace que las enfermeras paren el recorrido

- Hola ... - su voz se entrecorta – eres un ser muy bueno y todo saldrá bien

- Gracias, señora – se sonríe y tengo que aprovechar para preguntar por Ivana- ¿Cómo esta Ivana?

- Ella está en casa, guardando reposo ... no te preocupes – se sonríe y pone su mano en mi mejilla -

Las enfermeras siguen su camino y ella vuelve hacia los ascensores, ella es muy parecida a su hija y eso me pone nervioso y lo se porque las máquinas se alteraron un poco. Llegamos hasta una gran puerta ahí logro ver a Fabricio, Julia, mi madre y Franco, las enfermeras me dejan ahí por unos minutos y mi madre se abalanza a darme besos, Fabricio toma mi mano izquierda y me aprieta y me da un beso en ella, cuando mi madre deja de darme besos, Franco se acerca, con su expresión rara, mejor dicho, la de siempre y me da un beso en la sien y me dice al oído, "saldrás de está" "eso te pasa por andar de enamorado" y se ríe al ver mi expresión. Me enfoco en Julia y me dice que Fátima me dejo un mensaje de voz y la coloca en mi oído, lejos se escucha la voz de mi hija, ríe y juega, me desespero porque ella solamente tiene a mí y estuve al borde de la muerte, las máquinas empiezan a pitar, Julia al darse cuenta se lleva el teléfono y coloca sus manos en mi pecho y me mira a los ojos y me dice "todo estará bien, confía" se acerca me da un beso en la mejilla, las máquinas dejan de pitar y trato ver a mis hermanos y Franco tiene a mi madre abrazada un poco lejos de donde estamos, les sonrió y las enfermeras siguen hasta llegar hasta la sala de cirugías.