Venticuatro

Ivana
 

No he dormido nada, aparte de que estoy cansada, no he podido pegar el ojo la imagen de Franchesco con esa chica en la revista la tengo grabada en mi mente y para rematar mi hermano tuvo la desfachatez de comprarla y dejarla en el mesón de la cocina.

Doy vueltas y más vueltas en la cama, me rindo y me voy hasta cocina por un vaso de agua y la revista está ahí para martirizarme, la miro de reojo y decido ojearla, error ...

Si la foto de la portada me sorprendió, el artículo que le dedicaron es como un golpe directo al corazón, la chica es muy linda y él se ve realmente contento; noto que hay una fotos de todos, logro ver a Brina del brazo de Adrián, a un costado veo a Javier con el tío Gael.

No sé qué me está pasando no tiene por qué dolerme, él ha avanzado y yo me siento estancada, estoy en medio de la cocina con un vaso de agua en la mano, vestida solo con su suéter y ojeando una revista que me está rompiendo el corazón.

La tomo con rabia y voy hasta el cuenco de la basura y echo ahí y me devuelvo a la habitación, tomo el teléfono y busco su contacto, veo su foto y noto que está en línea y tiro el teléfono lejos de mí y cierro los ojos hasta que logro quedarme dormida.

Amanezco de mal humor y Rafael con la revista en la mano según él leyéndola, está haciéndolo de maldad, paso por su lado con mi vaso de café

- Buenos días hermanita – bufo –

- Buenos días ... - se levanta de donde está sentado y viene hasta mi –

- Mira este artículo que habla de la comida mediterránea – se ríe porque no lo miro –

- ¡Para, Rafael! ... ¡no quiero saber nada de esa revista, a este ritmo ya te sabes todo lo que dice! – se carcajea –

- Me la debes Ivana ... y voy a joder hasta que digas en voz alta que estas enamorada de Franchesco, ¡asúmelo! Míralo -me señala la revista – como guapo él

- ¡Ya, Cállate! ...

- Yo no estoy con la mujer de mi vida y estoy asumiendo mi error con creces ... hazlo tú también, no seas miedosa

- No ... ya pasé la página – se carcajea –

- Cual "pase la página" ... Ivana no hay más hojas, pero te empeñas en maltratarte tu solita – se acerca hasta mí y me quita el café y le da un sorbo – no esperes que sea demasiado tarde

- Que parte no entiendes que por más que yo quisiera, no se puede - bufa –

- A ver ... yo me acabo de enterar que tengo el mismo gen del cáncer que tú y no me estoy quejando, ¿sabes por qué? Porque confió en tu trabajo y sé que vas a lograr tu investigación para el bien de ambos, pero no me estanco pensando en el "no" prefiero vivir y eso incluye el amor y tu hermanita te lo estas negando, estas siendo ruin contigo misma ... piénsalo

Me quedo de pie en medio de la sala con un nudo en la garganta, paralizada ante una gran verdad, así que procedo a huir a internarme en el hospital, para acallar todos mis pensamientos.

Los días fueron pasando y fueron siendo más llevaderos, mi energía desbordante de otros momentos era casi nula, trabajaba más y vivía menos. En la investigación ya teníamos grandes avances, optamos por que mi madre entrara a cirugía y donara su medula para la investigación y a partir de ahí podríamos trabajar, el punto es que esa medula servía solamente para Rafael y para mí, así que los ensayos seguirían con nosotros, de ahí se replicaría con los demás.

Últimamente le dejaba las compras de la despensa a Rafael, pero hoy quise hacerlo yo, así que me fui al supermercado cerca del apartamento, en realidad la actividad es relajante, por momentos te olvidas de todo y piensas solamente en números, pastas, tomates, cebollas y demás.

Dentro de todo me compre 2 botes de helado, que son para mí, ya que Rafa anda haciendo ejercicios, yoga, comiendo saludable, yo si iba a intoxicarme con helado. Llegando a la puerta de la casa escucho risas y se me activan todas las alarmas, ¿será que Juliana está en la casa? Por qué otra chica no creo

No utilizo mis llaves, porque no sé con qué me voy a encontrar, así que toco el timbre y espero hasta que me abren, escucho pasos, Rafa me abre la puerta y frunce el ceño

- ¿Y tus llaves? - me quita las bolsas – tienes visita

- ¿Quién es? – mi corazón se acelera y al notarlo me mira malicioso –

- Descúbrelo por ti misma

Cuando al fin me deja pasar de la puerta, camino con parsimonia y me encuentro con una cabellera roja de espaldas hacía mi

- ¡Brina! – se voltea y su sonrisa me hace sonreír a mí –

- ¡Muñeca! - nos abrazamos y escuchamos a Rafael detrás de nosotras-

- Me voy al trabajo, no hagan locuras ... Brina quedas en tu casa – se sonríen y nos deja sola –

- ¿Cuándo llegaste, Brina? – suspira y se quita los botines que trae puestos –

- Hace algunas horas, ¿Por qué no me contestas el teléfono? He estado llamándote y llamándote – la que suspiro soy yo –

- He ... estoy ocupada con la investigación y con todo lo que ha pasado no he tenido cabeza para nada

- O sea, ni para tomar una llamada mía – hace pucheros –

- No tengo perdón ¿verdad? – niega –

- No, no lo tienes, pero dejando de lado todo, cuéntame ¿Cómo estás?

- Me imagino que estas enterada de todo lo que paso – asiente –

- Si, nos tomó por sorpresa a todos, yo si note la miradas y eso, pero no lo llegue a dimensionar – gesticula de más y abre los brazos -

- Creo que nadie, ni siquiera yo lo pensé, pero se me salió de las manos y mira como termino - se quita la chaqueta y la deja a un lado –

- Casi termina en una fatalidad, pero ¿sientes algo por Franchesco? Porque ustedes iban a hacer padres – me remuevo en el sofá -

- A ti no te puede mentir ... no sé qué siento, sé que lo nuestro no puede ser, pero me molesta que este con alguien más, esa idea no me deja tranquila

- Esa frase "la nuestro no puede ser" nada mas está en tu mente muñeca –

Conversamos gran parte de noche, le di rienda suelta a mis pensamientos, hasta me atreví a preguntar por él, saber que estaba mejorando, fue un descanso, pero saber que la chica que salía en la revista trabaja para él, no me cayó en gracia. Pero en mi mente seguía vivo el hecho de que lo nuestro no puede ser.