Veintiocho

Ivana 
 

El sonido de la taza quebrándose me saca del estado de shock, no sé qué decir y lo único que se me ocurre decir es "No te preocupes no volverá a pasar ... que pasen buena noche" y colgar de inmediato, me quede de pie en silencio analizando que paso, escucho que unos pasos apresurados que vienen a mi encuentro

- Ivana, ¿Qué paso? – ambos miramos al suelo y vemos la taza del café quebrada y los pedacitos de porcelana regados por el piso –

- No ... nada – me mira extraño y empieza a buscar para recoger –

- No te muevas hay muchos pedacitos de porcelana y te puedes hacer daño

No le contesto, más bien tomo el teléfono y los números de contactos de Franchesco y el de la niñera los bloqueo, no quiero tener problemas y que la niña tampoco los tenga. Mientras recoge el reguero mi hermano me observa y sin decir palabras me incita a que le diga que paso, me rindo y después que todo quede limpio, vamos hasta el sofá y ahí nos sentamos con 2 vasos de helado

- Te escucho hermanita, ¿Qué paso? – bufo y empiezo a comerme mi helado – no me digas tiene que ver con Franchesco

- En parte si ... desde lo ocurrido con la niña ya hace casi un mes, yo le di mi número entonces ella siempre me llama, me cuenta como le fue en el colegio, yo ... pensé que Franchesco estaba enterado – me tapo la cara –

- No lo sabía – niego –

- No ... se dio cuenta y le quito el teléfono a la niña y me dijo que sin su autorización yo no podría llamarla, además que yo la iba a lastimar ... no soy un monstruo como para lastimar a una niña

- No eres un monstruo Ivana, pero él tiene razón ... sin su consentimiento no se puede

- Entiendo eso, asumo mi error, pero no le voy a hacer daño – siento los brazos de mi hermano alrededor mío y no contengo las lágrimas –

- Lo de ustedes esta reciente y pues tu no lo trataste bien ... tal vez a eso se refería - me limpio las lágrimas –

- Yo adoro a esa niña Rafael ... jamás le haría daño – me levanto del sofá –

- Deja que todo se calmen, ya después veras como las cosas van tomando su rumbo ... descansa – asiento –

Franchesco tiene razón, pero no era forma, es su papá y yo ahí no soy nada; dormí poco y aleje el teléfono de mí, en la mañana siento a mi hermano hacer sus ejercicios de yoga, hago café para los dos y el desayuno, no me queda tan bueno como a Rafa, pero se puede comer.

Decidí irme caminando para el hospital, cuando voy por la mitad del camino recuerdo que debo ir a la fundación y me regreso, tomo mi auto y me dirigió la hospital, toda la mañana estuve atendiendo los pacientes, almorcé una fruta y en la tarde me fui para la fundación Oleg.

No revise el teléfono en todo el día al hacerlo inconscientemente estaba esperando la llamada de Valentina, suspiro y sigo trabajando, salgo otra vez rumbo hacia el hospital, la investigación estaba en fases finales y debía estar al 100%

Esa semana fui como una ola del mar impelida por el viento de un lado para otro, sacaba tiempo para conversar con mis padres y ese fin de semana necesitaba distraerme así que me arreglé para salir y de paso sacarme de la cabeza Franchesco. Llegué a la casa y empecé a buscar en el armario que ponerme, encontré un vestido negro corto, bastante sugestivo, me coloco y me queda muy ceñido, pero me queda, mientras estoy probándome otros estilos siento que alguien me observa

- ¿Vas a salir Ivana? ¿con quién? – me siento en la cama y esta con el teléfono pegado al oído –

- Si ... necesito distraerme – bufa y sigue con el teléfono pegado al oído –

- Pero ... ¿con quién vas a ir o tienes cita con alguien? – lo volteo a mirar –

- Con nadie, voy sola Rafael ... ¿con quién hablas? – cuelga enseguida y niega –

- Hablaba con un compañero ... necesito tu ubicación, Londres últimamente está muy inseguro

- Eso haré, cuando salga de aquí te marco para que sepas y la ubicación del lugar te la mando por texto ... ¿contento?

- Si ... ¿en cuánto sales? – frunzo el ceño –

- Como en 2 horas – asiente y se retira –

Me quedo viendo por donde se fue y me resulta extraño tanto preguntadera, me enfoco en buscar los zapatos que me voy a colocar, me demoro mas de lo normal hasta que me decido por un vestido color camel bastante ceñido y corto con unos stiletos rojos, moldee un poco el cabello para que no se vieran desordenado y me lo deje suelto, me puse un maquillaje sencillo.

Cuando estoy lista para salir me observo, reitero que me veo demasiados sexi, normalmente no es mi estilo, siempre estoy informal, camino por el apartamento para acomodarme a los zapatos, tanto tiempo sin usarlo no quiero caerme, por último, me observo otra vez en el espejo y tomo un bolso pequeño lista para salir.

Justo cuando abro la puerta, me devuelvo tomo dinero, las llaves de la casa, mi teléfono y voy hasta mi habitación y busco mi perfume y me echo un poco y ahora si salgo, antes le escribo a Rafael, un mensaje de texto sencillo "voy saliendo", bajo las escaleras con toda la tranquilidad que mis zapatos ameritan, al llegar abajo el vigilante me queda viendo y se sonríe, eso quiere decir que la elección de vestuario es la acertada. Le doy las buenas noches y salgo enseguida, al hacerlo una figura del otro lado de la calle me llama la atención, esta con la cabeza agacha, con un morral a su espalda, al reconocerlo me pongo nerviosa, su perfume llega hasta donde estoy, levanta la mirada y al verme suspira y agarra con fuerzas las cargaderas del morral, decido caminar y cruzar la calle hasta su encuentro porque esta estático viéndome, no dice nada simplemente me ve

- ¿Qué haces aquí Franchesco y a estas horas? – se sonríe –

- Hola Ivana ... necesito hablar contigo, he tratado de comunicarme contigo hace una semana y nada - me cruzo de brazo y su vista va directamente a mis pechos-

- Te bloquee – frunce el ceño – me dejaste claro tu posición, entiendo que tu deber es proteger a tu hija, entiendo que debes dar tu consentimiento, pero yo no le voy a hacer nada, asumo mi error en que debí comunicártelo o decirle a la niña que te dijera