La Posibilidad de Amar (enlazados4)

Treinta y tres

Fabricio 
 


No habíamos logrado ubicar la furgoneta, Rafael hasta el momento había hecho un trabajo excelente, pero las horas pasaban y no teníamos nada; las horas pasaban y solamente teníamos el último reporte de las cámaras de seguridad. En la madrugada la desesperación me gano y salí del conglomerado a buscar por mi cuenta, Ian me sigue y me hace entrar en razón, no me podía ponerme en riesgo, pensé en mi familia y regrese a la sala de juntas.

En la mañana teníamos la ruta de la furgoneta, había tomado vía Milán – Novara, entre las dos ciudades eran 52 km, unos 39 minutos en auto, lejos no se encontraban, los que tiene a mi hermano están en esa vía, que es poco transitada y es ideal para no ser encontrados.

Como a las diez de la mañana llega Adrián con un bate en la mano, esa era su manera de apoyar, dispuesto a todo, su padre al verlo lo reprendió y él se fue y se sentó al lado de Rafael, no me gusta la violencia, pero si es necesario y es el último recurso, toca hacer uso de ella.

En las horas de la tarde teníamos imágenes satelitales de la vía Milán – Novara, no sé cómo había hecho Octavio para tener acceso a esas imágenes ya que son confidenciales del gobierno italiano, el hecho fue que las consiguió y lo que vimos fue casitas alejadas de otras, es el sitio ideal para esconder a alguien.

Mi teléfono empieza a sonar y nos alertamos, Adriano me quita el teléfono y me pregunta si conozco el número, niego, lo coloca en altavoz y accede a la llamada, escuchamos la respiración de alguien

- ¿Diga? – volteo a mirar hacia todos y están haciéndome señas que siga hablando –

- ¿Fabricio Damiani?... si quieres ver completo a su hermano, necesitamos 1 millón de euros en menos de 12 horas – es una voz rasposa de un hombre, al ver mi desconcierto Adriano me muestra un cartel con algo escrito "los tendrás, pero quiero escuchar a mi hermano primero, asiento –

- Los tendrás, pero quiero escuchar a mi hermano primero, quiero saber si está bien – del otro lado bufan y no contestan inmediatamente, pero escucho a alguien que grita –

- ¡FABRICIO, ES IDARA, NO LE DES NADA! - cortan la llamada inmediatamente –

Todos nos quedamos mirando y Adrián me quita el teléfono y se los da a Rafael, porque no pensé en esa mujer, ella no quiere ni a sus propios hijos, los abandono muy pequeños; trato de tranquilizarme y pensar. Los chicos no pudieron encontrar la ubicación, pero si el perímetro de donde están y es el mismo donde estamos vigilando, en unas de esas casas tienen a mi hermano.

Las horas pasan y no vuelven a llamar, en la sala nos quedamos solamente Rafael, Adrián y yo, de un momento a otra entra Ian corriendo con su teléfono en la mano, había recibido un mensaje de Franchesco

- ¿Con eso podemos encontrar la ubicación? – le pregunto a Rafael que está pegado al computador –

- Digamos que sí, pero por estar encriptado toma más o menos 1 hora – asiento –

No digo nada más, camino hasta uno de los ventanales de la oficina y me quedo de pie viendo la inmensidad ante mis ojos y rogando que encontremos su ubicación, siento a una palmada en mi espalda, Ian está al lado mío en silencio.

No sé cuánto tiempo pasa, suena una notificación en mi teléfono y al verlo es Julia, su mensaje me tranquiliza "él está bien, le enseñaste bien" me sonrió y al voltear veo que tanto Rafael como Adrián gritan emocionados, se levantan y vienen a mi encuentro

- Ya lo encontramos señor Fabricio – me muestra la computadora- mire la luz roja, ahí está, si lo compaginamos con el mapa, nos da una visual de la casa más alejada de la carretera... ahí hay que ir

- ¿No será peligroso? – Adrián niega y toma el bate que trajo –

- Lo será... pero podemos con eso – Rafael asiente y veo que se coloca la chaqueta, en sus rostros se nota la decisión y también la juventud –

- Iremos no hay tiempo que perder... - voy hasta la caja fuerte de mi oficina y saco un arma, Ian asiente al ver –

- Vamos en 2 autos, tío Ian usted va con el señor Fabricio y Adrián y yo en otro

- Está bien chicos, llamare a Adriano para que esté al tanto y se comunique con las autoridades, pásame la ubicación Rafael – asiente y le toma fotos a la computadora y se las envía a Adriano –

Mientras bajamos en el ascensor voy rogando que no le hecho nada a Fran, esa mujer es un monstruo; en el parqueadero tomamos autos diferentes, Ian toma el mando del auto y veo que Adrián toma el mando del otro. Llueve sobre la parte céntrica de Londres, me recuerda cuando Franchesco llego a nuestras vidas, una noche de un torrencial aguacero y hoy 20 años después parecía que la historia se repetía, pero quiero el mismo final... él sano y con nosotros.

Los chicos van al frente de nosotros de repente paran el auto y Ian frena de forma alerta, vemos como Rafael se baja y toma algo del suelo, Ian los sobrepasa y les pita, Rafael baja la ventanilla y nos muestra algo que tomo de la calle, un tubo de metal, me preocupa esos chicos, volteo a ver a Ian y está riéndose.

Salimos de Milán y tomamos la vía rumbo a Novara, a mitad de camino hay un desvió, una calle destapada y por la lluvia se notan marcas de autos, paramos un momento y Rafa viene a nuestro auto

- Tío Ian, apaga las luces del auto, no queremos que nos vean... la señal viene de la última casa, al final de la calle

- Listo Rafael... mucho cuidado – asiente y se devuelve al su carro y vemos como arrancan y van de forma lenta –

Atravesar esa calle me llenaba de nervios, los chicos paran el auto a una distancia prudencial de la casa en cuestión y Adrián nos hace señas para que parqueemos de una forma que sea rápida la salida, miro para todos lados y hay un silencio y una oscuridad un poco aterradora y hay que sumarle un poco de llovizna, mi teléfono empieza a sonar y todos me voltean a mirar feo, así que miro para ver quién y es Adriano con un corto mensaje "van los refuerzos" "tengan cuidado"




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