Ivana
Conversamos gran parte de la noche y caímos dormidos en la madrugada, la sensación de paz es indescriptible, por más miedo que tuviera en ese momento me sentía cómoda y segura con él.
¿Lo amaba en verdad?
¿Estaba dispuesta a afrontar mi miedo?
¿Podría contemplar la posibilidad de que otro bebé llegara?
Lo amo, de eso estoy segura, tenerlo al lado mío, es más de lo que hace algunas semanas imagine tener, para afrontar mi miedo debía buscar ayuda y en eso mi hermano me ayudaría, un bebé... la posibilidad es factible, pero no quiero pensar en eso ahora.
Siento movimientos en la habitación y tardo en reconocer donde estoy, no tengo la más mínima intención de abrir los ojos y levantarme de la cama, me quedo ahí disfrutando de esa tranquilidad. El lado de la cama se hunde y siento que reposa su mano en mi vientre y segundos después como besa con devoción mi vientre, de forma abrupta abro los ojos, me quedo quieta, no me ve que desperté y unas ganas de llorar se hacen presentes, siente que mi respiración cambia y me voltea ver
- ¿Cómo amaneciste? – se sienta en la cama, niego y me le tiro encima –
- Perdón... lo perdí y no me di cuenta Fran... no lo protegí – siento su abrazo más fuerte –
- Amor... - me separo de él y con una sonrisa trata de calmarme –
- No protegí algo tuyo y mío y ese fue el inicio de perderte y perderme – se levanta de la cama y me jala –
- Ven... - me guía hasta la cocina y me entrega un vaso de café y se queda mirándome fijamente – en algo tienes razón, fue el inicio de perdernos, pero también fue el punto máximo de dolor que ambos pudimos sentir, pero la pérdida del bebé no es tu culpa
- Siendo médico no me di cuenta y para colmo, no me alimente bien en esos días y estuve expuesta a mucho estrés – me toma de la mano y su sonrisa sigue ahí reconfortándome –
- Aun así no es tu culpa dulcezza, sabes estuve investigando del tema y dicen que los abortos espontáneos suelen ser más comunes de lo que parece y casi siempre ocurre en etapas tempranas del mismo, además lo converse con mi papá Donato y con Fátima y me explicaron un poco más a fondo... no es tu culpa – se sonríe -
- Duele Fran... - me quita el vaso de café y me abraza –
- A mí también, cuando Ian me dijo, me sentí eufórico y no medí mis palabras ni mis acciones y luego me explico que no estabas bien, más bien que no estaban bien... perdóname por remover ese sentimiento, simplemente soñé muchas veces en besar tu vientre - me apego más a el –
- Te quiero Fran – siento sus besos en mi hombro –
Nos quedamos en esa posición por un largo rato, hasta que mi estómago hizo acto de presencia y entre risas nos alejamos a buscar algo que desayunar, en realidad no había nada decente de desayunar, así que nos arreglamos y salimos de la casa.
Llegamos a un restaurante cercano y nos dimos cuenta que era medio día, así que almorzamos juntos, de ahí cada uno tomo un rumbo diferentes, Fran se fue para la perfumería y yo me fui para el apartamento, nos despedimos con la firme promesa de encontrarnos en la entrada de la perfumería en 3 horas.
Llegue al apartamento en una nebulosa, tome mi teléfono y tenía llamadas de pérdidas de mi mamá, mientras busco en mi armario que ponerme, la llamo, intento varias veces y no me toma la llamada eso es raro, no le insisto más y me termino de arreglar.
Faltando una hora de la hora indicada, salgo del apartamento rumbo al perfumería que tiene Franchesco aquí en Londres, estoy nerviosa para que negarlo, esto es nuevo, regaño a mi mente ya que no tenemos que escondernos, no hay razón para eso. La congestión vehicular es tal que quedo varios minutos atascada, cuando al fin el taxi sale del atasco, miro la hora y ya voy tarde, justo antes de llegar hay una intersección, logro ver la entrada y ahí logro ver a Franchesco esperándome, habla por teléfono, se ríe y se mueve de un lado para otro, sin más se le acerca Fátima, el cuelga el teléfono y se sonríe con su hermana.
Unos minutos antes de bajarme del taxi los observo, no se percatan de mi presencia, me bajo con una sonrisa en los labios y ahora si me ven, bueno Fran viene a mi encuentro y me toma por la cintura
- Hola – se acerca Fátima y me saluda, al vernos juntos suspira –
- Hola Ivana... un gusto verlos juntos – me dice Fátima y su hermano se sonríe –
- Chicas... se nos hace tarde, voy por el auto al parqueadero – Fran se va y nos deja en la entrada de la perfumería, me volteo hacia a Fátima –
- ¿Tarde, para qué? – se encoje de hombros -
- No sé, yo no tengo mucho tiempo disponible – asiento –
- ¿Tienes guardia en el hospital? – asiente –
- ¿Cuándo vuelves al hospital? – me sonrió y me acerco a ella –
- Mañana... tengo que estar el hospital en las primeras horas y luego a la fundación Oleg y para terminar el día, la investigación
- ¿Cómo le haces para estar en todo? Me refiero a cumplir
- Organización... todo esta medido por el tiempo, el hospital se lleva el mayor tiempo, así que el resto lo reparto entre la fundación y la investigación, hay días que es al revés – me toma del brazo –
- Me gustaría ser así como tú, en unos años – me sonrió y se me viene algo en mente –
- Me halagas – vemos en la esquina a Fran y caminamos hasta allá – mañana tendrás la tarde libre e iras conmigo a la fundación, ese lugar te dará perspectiva y enfoque en esta profesión
- En serio, claro
Caminamos en dirección hacia Fran y no sabría describir lo vi en sus ojos al vernos ir juntas a su encuentro, me hace señas que me suba a su lado, Fátima por inercia se sube en la parte de atrás, el auto huele a él.
No sabía para dónde íbamos, pero Fran sabía moverse en Londres y eso me dejaba pensando, de un momento a otro tomamos un calle que conozco muy bien y empecé a ponerme nerviosa, volteo hacia Franchesco y está tranquilo, su hermana está viendo por la ventanilla.