La Posibilidad de Amar (enlazados4)

Cuarenta y seis

Franchesco

Mientras caminaba a dar el anuncio de los perfumes por una milésima de segundo voltee a ver a Ivana, ella resaltaba sobre todas las mujeres del lugar, su sonrisa nerviosa instalada en sus labios me hizo sonreír. No recuerdo que dije o como lo dije, mis ojos estaban con Ivana todo el tiempo.

El resto de la noche fue sencillamente espectacular… me sentía completo, a mi alrededor se encontraban mi familia, verlos sonreír e interactuar para mi esa era mi más valiosa ganancia. Ni que decir del alcance del evento, lleno total y los perfumes se vendieron en su totalidad y las ganancias no me importaban mucho, pero el reporte es bueno, quería algo en particular, borrar la primera portada que me hicieron, en esa aparecía con Rachel.

Escuchaba que algún teléfono sonaba sin parar, pero días de trabajo sin parar, un cansancio evidente y una compañía agradable, no me apetecía salir de mi cama; aun así el dichoso teléfono no dejaba de sonar, con toda la parsimonia que ameritaba el momento, salí de la cama y empecé a buscar con la mirada y mi teléfono vibraba sin parar y sonar, me levante lo tome y me senté en la cama, miles de notificaciones algunas de felicitaciones y otras de la cobertura de medios que tuvo el evento, nada importante así que volví a mi apacible cama.

No sé cuántas horas habían pasado, pero desperté solo en la habitación, me quedo unos minutos pensando, que viene ahora… no quería pensar en eso, me quedo más que claro que planear no es la mejor opción y nada sale como creemos, más bien es mi momento de aprovechar el tiempo de Ivana en Milán, salgo de la cama rumbo a buscarla, la casa está en total silencio, hay movimientos en la cocina, voy hasta allá y la veo sentada con la taza de café en sus manos y hablando por teléfono, tiene puesta la camisa que yo tenía anoche, me acerco y le doy un beso en la mejilla me voltea a mirar y me hace señas para que me quede en silencio

La observo conversar parece ser con su mamá, se despide y se queda mirándome con una tenue sonrisa, me pasa el vaso de su café y se sonríe

  • ¿Cómo amaneciste, Ivana? – jala la silla y se acerca a mí –
  • Contigo a mi lado, súper bien… - la atraigo y la siento en mis piernas –
  • Quería mostrarte algo – tomo mi teléfono y le muestro la portada de una revista que cubrió todo el evento de anoche, se sonríe –
  • Nos vemos muy bien… me encanta
  • Sí, es la que siempre debió ser… - me abraza y coloca una de sus manos en mis labios –
  • Dejemos claro algo Franchesco… el pasado dejémoslo allá, de ahora en adelante pensemos en nuestro futuro – asiento y la abrazo –
  • Quiero aclararte algo… tome prestado algunas cosillas tuyas a modo de inspiración, eso te lo dije anoche y admito que fue un poco atrevido de mi parte porque en ese momento no estábamos en los mejores términos… pero en mi defensa quería hacer un perfume que te representara y necesitaba una base, tu olor, tu esencia… en fin se me ocurrió tomar prestado el vestido que tenías puesto el día que fui hasta Londres que casi nos arrollan, los zapatos que tenías puestos y pues la camiseta que había dejado en tu apartamento – se sonríe y me señala –
  • ¿Te sirvió?
  • Claro que sí… quería reflejar el amor que tengo por ti y también las etapas que hemos vivido, al inicio éramos más pasionales, ahora cada vez que estoy contigo tengo la sensación de paz y tranquilidad de estar con la persona que amo y que me ama – veo en sus ojos una mezcla de sentimientos –
  • Ahora entiendo los nombres que les colocaste… en Dijon dimos rienda suelta a nuestros más oscuros deseos, me refiero a que éramos fuego en estado puro, una pasión desbordada y descontrolada y en la villa… - no la dejo terminar –
  • La villa es una mezcla de sensaciones, ahí nos perdimos y al mismo tiempo encontramos la paz – asiente –
  • Así es, la última vez que estuvimos ahí fue un nuevo comenzar – le doy un beso que la toma desprevenida –

Los ruidos de su estómago, nos hacen dejar ese beso para otra ocasión y buscar algo de comer, ya que acto seguido mi estómago también se queja de la poca ingesta de comida, miramos la hora y ya es medio día, mi teléfono suena y es un mensaje de mi hermano Franco, nos invita a pasar la tarde con ellos, pero antes vamos a un restaurante a almorzar algo.

Caminar tomados de la mano es una experiencia nueva, antes había temor de ser vistos, ser formales me da la libertad de presumirla, tome la vía más transitada de Milán, habia momentos donde la dejaba caminar delante de mí, verla andar con tanta naturalidad se me antojaba bastante sexi y un tanto adulador, para mí, porque esa mujer me prefiere a mí.

Después de almorzar en un restaurante del centro de Milán, llegamos hasta la casa de mi hermano Fabricio, ahí estaba toda la familia, la sensación de plenitud se instala nuevamente en mi pecho, las dos familias juntas, eso hace algunos meses atrás no se hubiese podido, me enfoco en la mirada de Franco, está sonriéndome, viene a mi encuentro 

  • ¿Qué piensas Fran? – me sonrió y suspiro –
  • Mi mente esta saturada… estoy muy feliz, me siento completo – me toma del hombro –
  • No… no dejes que esa sensación de plenitud y comodidad se instale en ti, siempre busca más… ya tienes a la mujer de tus sueños, ¿ahora que viene? – me quedo pensando-
  • No se…  - asiente –
  • Tanto en el amor como en los negocios, siempre hay que estar reinventándose, sorprendiendo, que el amor no se apague y los negocios no quiebren… - me señala a Ivana – ella merece todo, no quiero escuchar que te me apagas
  • Entiendo… sabes que no lo hare, amo mucho a esa mujer- asiente y nos enfocamos en la familia –

Esa sensación de plenitud se vio interrumpida por la realidad, tanto Ivana su familia tenía que volver a londres; entendía que nos debíamos a nuestros empleos y no me molestaba, ella es excepcional en su trabajo y me sentía muy orgulloso. Mi hermana tambien volvía a Londres, quedábamos mi hija y yo en Milán, obviamente el intenso de Fabricio.




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