Cuarenta y nueve

Franchesco

En el último minuto decidí viajar a Londres, sentía que Ivana me necesitaba. Mientras la tenia abrazada podría decir con toda certeza que estábamos completos, levanta los ojos hacia a mi y fue mi perdición, ella es mi perdición.

La abrace con más ímpetu, cómo si mediante el mismo nos recompensará la perdida del tiempo, le sonrío y note las ojeras, la delgadez ¿Qué pasaba? Fruncí el ceño y nota mi preocupación porque se separa de mi 

- Fran… - sonríe y se tapa el rostro con sus manos- 

- ¿Estás cansada? – suspira y asiente- 
- Logramos… lo logramos – se le empaña la mirada y entiendo todo completamente – 

- Felicitaciones Dulcezza – me acerco y tomo su rostro entre mis manos y la beso de forma lenta, sabe a una mezcla de vino y chocolates – 

- Gracias… - suspira y ahora es ella la que me da un casto beso – 

- ¿Que está pasando, Ivana? – me jala hacia el sofá y nos sentamos – 

- Tengo… una mezcla de sentimientos que no me entiendo, estoy feliz y al mismo tiempo aterrada, es un avance en la medicina y luz para mí familia – suspira y la atraigo hacia mi regazo – 

- Esa es la idea inicial Ivana, ¿Algo más te preocupa? – asiente y se acomodo sobre mi pecho y coloca su mano en mi corazón – 

- Me aterra que algo salga mal… por eso se harán las pruebas conmigo, no puedo permitir que algo le pasase a Rafa o a Javie – la abrazo con fuerza – 

- Ivana… eres la mejor en tu rama, has trabajado mucho por esto, todo va a salir bien, confía… yo confío en ti ¿Para cuándo está programada las pruebas? 

- En 3 semanas  - se remueve y suspira- 
- Estaré aquí contigo – levanta la mirada – somos un equipo y todo va a salir perfecto 
 

Nos quedamos abrazados hasta altas horas de la noche, sentía que ella necesitaba un poco de tranquilidad; En la madrugada pasamos del sofá a la cama. 

No sé en qué momento quedé profundo, bueno ese es el efecto que Ivana tiene en mi, en fin, siento que algo se mueve a mi alrededor, abro los ojos y me topo con Ivana observándome con un vaso de café en las manos, con una tenue sonrisa 

- Buenos días Fran – me desperezo y le sonrío – 

- Buenos días Dulcezza 

- Voy al laboratorio hasta el medio día, necesitamos hacer algunos ajustes – asiento – 

- Paso por ti y almorzamos juntos – se sonríe y se acerca a la cama y me da un beso - 

Debía aprovechar el tiempo en Londres, visite la perfumería, verifique stock de perfumes y a media mañana recibo un mensaje que no esperaba, termino todo lo relacionado con la perfumería y me apresuró para llegar a la cita. 

No hay nada más caótico que el centro de Londres y más si vas en transporte público, en estos momentos anhelo la bicicleta de Rafael. Llegó algo retrasado al lugar y mientras camino más me desconcierta, jamás pensé venir a un mercadillo en Londres, con callejuelas que se unen y que si te distraes te pierdes, cuando siento que ya el perdido soy yo, logro ver a Rafael junto a su padre en un café. 

Todo huele a café recién hecho, están sentados en las afueras del café, los saludo y Rafael se levanta y entra, al regresar trae un café para mí y una silla, me quedo viendo todo a mi alrededor y llegó a la conclusión de que el lugar es muy atípico para mis acompañantes, el señor Almoraz al ver mi desconcierto me aprieta el hombro y me sonríe 

- ¿No pienses que esto es una especie de encerrona?- volteo a mirar a Rafael niega y me sonríe – 

- No… solamente que el lugar no encaja con ustedes – fruncen el ceño y el señor Almoraz se lleva la taza de café a los labios le da un sorbo y me voltea a ver - 

- Bueno… puede que tengas razón, pero la verdad yo trabajé muy duro por obtener lo que tengo y este tipo de lugares son un recordatorio de lo que no se tuvo – Rafael asiente y sigue en silencio, lo volteo a mirar y me guiña el ojo - 

- Así es señor Almoraz … - suspiro le doy un sorbo al café y siento que Rafael estalla en carcajadas- 

- Papá tienes nervioso a Franchesco, fijo tiene planes con tu hija –  dice Rafael y el señor Almoraz se carcajea –

- ¿Tienes planes con mi hija, Fran? – asiento y el tono que utiliza me tranquiliza y me llama como el diminutivo de mi nombre – 

- Tenemos planes, pero Ivana de momento está en el hospital – los dos asienten – 

- Seré directo… hace algunos años obtuve unas acciones del conglomerado, por temas que no les competen a ustedes cómo jóvenes, dichas acciones me han generado rentabilidad a lo largo de estos años, pero en si no las necesito, quiero que retornen a su origen 

- ¿Quiere que las compre? – niega y mira hacia Rafael – 

- No… te las cedo Franchesco  - me toma por sorpresa y frunzo el ceño –

- No las puedo aceptar… Señor Almoraz nunca he estado interesado en ser accionista del conglomerado porque seamos sinceros, no lo merezco, soy el hijo extramatrimonial del Paolo Damiani, un hombre que le fue infiel, maltrato y robo a la dueña original de todo el imperio Damiani… agradezco su intención, me honra que haya pensado en mi, pero no puedo aceptar – levanto la mirada y tanto Rafael como el papá están mirándome de una forma diferente – 

- Entiendo, pero quiero que tengas claro algo, mereces estar en conglomerado tanto o más que tus hermanos mayores, fuiste criado por Lía, por ende eres su hijo me consta que los quiere a todos por igual, no te des tan duro por errores de otros – suspiro y me termino el café – 

- Es una verdad irrefutable – noto que Rafael me palmea la espalda y me dice – 
- Es una verdad, pero has dejado claro de quien eres hijo, cómo dice mi papá, sin errores de otros, además nosotros también somos tu familia – me sonrió – 

- Tienes razón 

Seguimos conversando por un largo rato más y justo al medio día me despido y me encaminó hacia el hospital donde trabaja Ivana, al llegar noto que este hospital está en constante movimiento, a lo lejos logro ver a mi hermana saliendo con un morral en el hombro y comiendo chocolates, detrás de ella viene Ivana conversan entre ellas y me señalan y se encaminan hacia a mi.