La primera dama

CAP 10: Amor a primera vista

El día comenzaba ajetreado en la ciudad. En los vecindarios urbanizados de la capital de país X, una joven señorita de cabello castaño caminaba hacia su centro de educación. Su cabello revoloteaba con la suave brisa de la mañana y, por donde se la viera, era una adolescente hermosa. 

Era extraño ver que viviera en la parte pobre de la ciudad; se asemejaba a una hermosa rosa de jardín que terminó siendo abandonada. Eso es lo que cualquiera pensaría al verla, pero más allá de esa belleza, que aún no había sido revelada por completo, se escondía una joven detrás de un uniforme escolar anticuado y una mirada caída, como si hubiera perdido algo. Esto la rodeaba con un aire de misterio, pero al mismo tiempo la convertía en una joven común y corriente, que había sufrido los malos sabores de la vida a tan temprana edad. 

Mariam caminaba perdida en sus pensamientos y no prestó atención a nada ni a nadie al entrar al colegio. Estos días habían sido difíciles para ella. Desde el insomnio debido a las pesadillas hasta no poder hablar con nadie sobre ellas, las pesadillas se presentaban noche tras noche. Lo más sorprendente fue que el día anterior, la niebla que siempre cubría el rostro de la niña desapareció y reveló un hermoso rostro. Era una niña que cualquiera notaría que tenía una identidad especial. "¿Pero por qué la niña tenía el mismo rostro que yo? Creo haber visto fotos antiguas y, en definitiva, era yo. ¿Pero quién era la mujer a la que llamaba mamá?" Estos eran los pensamientos que atormentaban el corazón de Mariam. 

“Sin embargo, esta situación es difícil de manejar si no puedo pedir ayuda ni respuestas a nadie. Creo que moriré loca. Mis padres están vivos y están conmigo, ¿o acaso fui secuestrada ese año y esa fue la razón de mi pérdida de memoria? Pero mis padres dijeron que fue un accidente, que me golpeé fuerte la cabeza, por eso perdí la memoria. Sí, debe ser eso. No hay forma de que mis padres me mientan. Debo estar pensando demasiado. Mejor me concentro en las clases y debo apresurarme.” 

Con estos pensamientos, Mariam comenzó a apresurarse a su salón, pero antes de poder dar un paso más, apareció delante suyo una hermosa rosa púrpura, tan oscura como la noche misma. Sin embargo, aquello no le quitaba el encanto. En el lenguaje de las flores, la rosa morada significa grandeza y elegancia, pero un significado oculto de esta es que antiguamente se regalaban como símbolo de amor a primera vista. La rosa se encontraba frente a ella, pero la persona que la extendió estaba detrás. 

Mariam tomó la rosa y se dio la vuelta, tenía un breve presentimiento de quién podría ser, pero verlo fue aún más confuso. "¿Por qué Lion se tomaría la molestia de regalarme una rosa y, más allá de eso, ¿qué significa? Ayer, en la conversación, tuvimos puntos distintos, pero con un 'lo siento' bastaba. ¿Por qué tomarse la molestia de traer una rosa?" 

—¿Te gusta, muñeca? —preguntó Lion. 

Mariam lo miró y no pudo evitar sentirse confundida por su comportamiento, pero al ver la rosa, solo pudo articular algunas palabras. 

—¡Es hermosa! 

—Lamento el mal comportamiento de ayer. Fui grosero. Aún si estaba molesto, no debía hablarte de ese modo. 

—Es tan bello... Si es una disculpa, creo que lo hiciste bien. Tiene un aroma único —dijo Mariam, olfateando la rosa y no pudo evitar darle una sonrisa. 

—Así es, es un misterio de la naturaleza, al igual que tú —respondió Lion. 

—¿Yo? ¿Hay algo de misterio en mí? No me había dado cuenta. Pero, ¿por qué siento que me ocultas algo? 

—Eres única. Siempre que creo poder comprenderte a la perfección, aparece una nueva versión de ti que revoluciona todo mi conocimiento sobre ti y me hace ver como un idiota a tu lado. 

—Jajá… así que mi buen amigo volvió y acepta ser un idiota… No lo creo, es algo irreal. 

—Créelo, eres la única que me haría aceptar que estoy equivocado. 

—Bueno, tonto sin remedio —dijo Mariam, tomándolo del brazo y siguieron caminando por el pasillo—. Puedo enojarme, pero solo pocas veces llego a tener un resentimiento lo suficientemente grande como para no hablarle a alguien. ¿Me dirás de dónde sacaste una rosa tan hermosa y qué significado oculto tiene? 

Lion no sabía cómo responder a esa pregunta. Una rosa de ese color era, por decirlo de alguna manera, extravagante. No solo porque era difícil de conseguir, sino porque muy pocas familias podían adquirirla y era algo que una familia pobre no podría conseguir. Además, ¿cómo decirle que con este gesto trataba de mostrar sus sentimientos? Era algo que no aceptaría. Resaltaría más si el color elegido fuera rojo, ya que significa amor y pasión. Pero una rosa púrpura es única y nadie le prestaría suficiente atención como para excavar su significado más allá de ser hermosa y de un color exuberante. A los ojos de las personas, es solo una flor. 

—Bueno, si me interrogas mucho, la próxima vez no te regalo nada —dijo Lion. 

—Ummm… entonces no me lo vas a decir. 

—¿Quieres saberlo? Aun si te digo que me la encontré, no me creerás, ¿verdad? Eres muy curiosa. 

Mariam hizo un puchero en señal de confirmación y Lion solo pudo asentir, pero no sin antes darle un pellizco en las mejillas. Su relación había vuelto a ser la normal. A los ojos de las demás personas, su relación era confusa, pero era difícil pensar que estuvieran en una relación solo por estos comportamientos. Para corroborar los hechos, Lion jamás se mostró cauteloso en sus amoríos; estos eran conocidos por todo el colegio. Coqueteaba con varias chicas y tuvo varios enredos, aun así, Mariam jamás se molestó por ello. Al igual que ella, Blanca era otra joven que siempre permanecía cerca de Lion, muy a pesar de sus amoríos. Muchos decían que estaban en una relación, pero ninguno de los dos lo confirmó y, con la personalidad de Lion, solo se podía decir que tenían una relación abierta. Siempre estaban ahí, pero ninguno de los dos se pertenecía. Esto molestaba profundamente a Blanca, ya que ella no salía con ningún chico aparte de Lion. 




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