La primera dama

No soy cenicienta

Mientras la noche caía y los sueños de las personas se profundizan en una ciudad tranquila, poco a poco el amanecer se hacía presente con los ligeros rayos de sol, la luz se filtraba por la ventana de Mariam…el despertador sonó y dio la orden de levantar el cuerpo que, aunque perezoso aun podía moverse. Se acerco a su hermana y la levanto para que la ayudara con el cabello, hoy en especial quería un peinado reluciente, iría a recoger su vestido con su hermana y luego se alistaría para la fiesta de la noche, tenía pensado ir a recoger a Fernanda con Ricardo ya que el dijo que fuera a verlo a las 5 era tiempo suficiente para ver a su amiga y que la madre de esta la ayudara con el maquillaje.

Lucia se encontraba afanosamente tratando de atar los mechones rebeldes de Mariam quien a pesar de ser solo las 7 de la mañana en un sábado donde acostumbra levantarse a las 9 o 10 de la mañana hoy la levanto bastante temprano para que la ayude con su transformación para la noche.

Lucia: Enserio, necesitamos hacer ejercicios, para eso creo que te hacia el peinado mas tarde, ahora todo mi esfuerzo y crema es desperdiciado.

Mariam: No seas mala, la belleza que desprendo no es para nada un desperdicio.

Lucia: Boba.

Mariam: …

Lucia: Entonces Ricardo te va a recoger a las 5 pm.

Mariam: Dijo que si, voy a la casa de Fer para que me ayuden con el maquillaje y llegar temprano en la fiesta.

Lucia: mmmm… y no se te hace raro el que Ricardo se preocupe tanto por ti.

Mariam: No… creo que antes tuvo una hermana, pero no habla de eso jamás… es un tanto sensible en ese tema.

Lucia: No creo que a papá le agrade que te veas con él.

Mariam: Ni yo creo que le agrade saber más sobre Carlos.

Lucia: Tu pequeñita me estas amenazado.

Lucia la empujo a la cama y empezó a hacerle cosquillas, de esa manera trascurrió su mañana, después de recoger el vestido, Mariam empezó con sus preparativos, tomo una ducha y se realizo una manicura y pedicura sencilla.

Cuando vio la hora solo le quedaban 10 minutos para las 5 pm, se despidió de sus padres y salió de casa con el vestido y tacones en un bolso.

En la tienda de siempre a lo lejos pudo vislumbrar un Maybach negro estacionado. Mariam sonrió y se acercó, cuando estuvo frente al auto toco la ventana para que Ricardo abriese la puerta después de eso subió, se saludaron y sin más Ricardo empezó su recorrido sin preguntar a donde iba.

Mariam: Ricardo este no es el camino.

Ricardo: A donde deseas ir.

Mariam: A la casa de Fer quedamos que nos veríamos ahí antes de la fiesta para arreglarnos.

Ricardo giro su rostro un momento le sonrió y volvió su cabeza a la carretera.

Ricardo: Hoy no podrás, te estoy secuestrando.

Mariam: Es así a donde me llevas.

Ricardo: Te lo dije es un secuestro por ende no necesitas saber.

Mariam: Eres el secuestrador más amable que he visto.

Ricardo: Porque lo dices
Mariam: Bueno no estoy atada, ni tengo una capucha que me cubra la cabeza y puedo ver perfectamente el camino.

Ricardo: Deseas que te ponga esas cosas.

Mariam: Seria un secuestro real, no te parece que si haces algo debes hacerlo bien… jaja.

Ricardo: Parece que nuestra princesita está muy graciosa hoy.

Mariam: Bueno un poco… ahora me dirás a donde vamos debo avisarle a Fer.

Ricardo: No te preocupes ya converse con ella.

“Maldita traidora, se confabulo contigo.”

Mariam se cruzó de brazos y fingió estar molesta. Después de un breve silencio Ricardo suspiro y le conto de sus planes.

Ricardo: Mama quiere verte, así que vamos de compras con ella para un vestido, será un día de madre e hija.

Mariam: Tu forma de hablar es raro, ella es tu mamá no la mía.

Ricardo: Por supuesto, pero si puedes tratarme como tu hermano no es normal que compartamos la misma madre.

Mariam: Eso….

Mariam se quedó sin palabras, realmente no sabía cómo responder a eso.

Ricardo: No le des tantas vueltas, solo van al spa y te elegirá un vestido para que te arregles no es eso bueno.

Mariam: Si, pero eso no incomodara a la señora, recién se está recuperando de la cirugía.

Ricardo: Esta bien, a mamá le agrada pasar tiempo contigo.

Mariam: Pero tengo un vestido.

Ricardo: Seguirás poniendo escusas, solo iremos y ya.
Mira ya llegamos.

Se encontraban frente al spa “New-Fashion” y en la entrada se encontraba esperando Eloísa con una enorme sonrisa.

Bajaron de auto y se dirigieron a la entrada.

Mariam se acerco a Eloísa y la saludo con un abrazo y un beso en la mejilla…no entendía por que incluso un gesto tan simple como un saludo le trasmitía una sensación de familiaridad y calidez.

“Fue incluso así la primera vez porque me siento tan cómoda en sus brazos, es como si hubiera corrido lejos todo este tiempo escondiendo de un monstro y solo en sus brazos encontraba paz y protección, solo quiero disfrutar de esto sin mucho recelo.”

Las tres personas ingresaron a un a una habitación privada donde se encontraban maquillistas y estilistas profesionales.

Mariam: Ricardo no es esto mucho, es solo una simple fiesta.

Eloísa: No te preocupes cariño, después de todo toda adolescente sueña con tener una gran presencia no es así…además considéralo como un regalo.

Mariam: Pero señora me siento apenada con usted.

Eloísa: Nada de eso …ven siéntate aquí -dijo señalado un asiento- para que los señores realicen su trabajo, hoy serán la joven más hermosa.

Mariam llamo a un costado a Ricardo y hablo en un susurro para que su madre no lo escuchara.

Mariam: Oye esto es mucho.

Ricardo: Ya te dijo mamá que no te preocupes, es su corazón no lo aceptaras.

Mariam: No juegues chantaje emocional conmigo, si no se lo hubieras comentado no habría hecho esto.

Ricardo: Es tu madre no merece saberlo.

Ricardo hablo sin darse cuenta aun así no le presto importancia al rostro desconcertado de Mariam.




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