El teléfono timbraba, pero nadie contestaba. Aun si lo intentaba innumerables veces, seguía mandando a buzón. Cansada, Sofía solo pudo dejar un mensaje de voz.
“Lion, sé que no nos hemos visto en años, pero llámame, dime algo… Planean casarme y no sé qué hacer. Por favor, si aún recuerdas nuestra promesa, sálvame de cometer una locura. Aún te recuerdo, tonto. Tu primera dama.”
Sofía se tumbó en su cama recordando sus palabras, aquella noche donde conoció el cielo y el infierno.
...
En una gran mansión, en el centro de la ciudad, alguien escuchaba atentamente el mensaje de voz.
—Tu primera dama.
—¿Quién demonios eres? Si esperabas que él te contestara, estás muy equivocada.
Borró el mensaje de voz y el registro de llamadas, asegurándose de que nadie se enterara de lo ocurrido.
...
Sofía bajó a la sala nuevamente para conversar con sus padres, que se encontraban ansiosos por su respuesta desde el día anterior. Había esperado toda la tarde y noche por la llamada de Lion, pero esta nunca llegó. Por el momento, no debía retrasar más su matrimonio si quería comenzar su venganza y terminar con esto para volver a ser libre de remordimientos.
—Hija.
Los padres de Sofía se levantaron de su asiento cuando la vieron ingresar a la sala de estar.
—Me voy a casar.
—Oh, cariño, ya verás que es lo mejor que puedes hacer. Debes dejar atrás el pasado y vivir correctamente. Ya verás que con el tiempo vas a ser feliz con Santiago. — respondió su madre.
Ricardo iba entrando y, al ver a sus padres abrazando a Sofía, pudo adivinar de qué se trataba todo.
—¿Y para mí no hay abrazo? Después de todo, yo la convencí.
Sofía lo miró y solo pudo asentir. Su hermano siempre la apoyó en todo lo que quería hacer y ahora, como en el pasado, solo podía confiar en que tenía sus razones, pero aquello no impedía que guardase un enorme resentimiento hacia él.
Se alejó de sus padres y se acercó a Ricardo.
—Mi princesita, ya verás que esto es lo mejor.
—Eso creo.
Sofía se encontraba decaída y lo único que Ricardo podía hacer era consolarla.
—Aún hay secretos de ese bastardo que sé. Así que, si te molesta, solo avísame y tu hermano te protegerá. —Habló refiriéndose a Santiago, la persona con la cual Sofía se casaría.
—¿En serio?
—Claro que sí. Si te falta el respeto, lo dejamos sin hijos, ¿qué dices?
—Jaja... gracias, hermano, por apoyarme en todo. Solo que hay algo de lo que quisiera hablar con ustedes. Sentémonos primero.
Todos tomaron asiento como lo solicitó y empezó a hablar.
—Quiero que la boda se lleve a cabo lo más pronto posible, dentro de una semana si se puede. No deseo fanfarria, quiero que sea algo pequeño y lo mejor sería que la ceremonia se lleve a cabo en el país Z, para mantenerlo al margen de este país. No creo que sea necesario que se sepa aquí, ¿o sí?
—¿Es eso lo que realmente quieres, hija? —El primero en responder a su propuesta fue su padre. —Si lo deseas, así será. Hablaremos con ellos y mañana saldremos de viaje al país Z.
—Gracias.
Dicho esto, Sofía tomó la mano de Ricardo y lo llevó fuera para que conversen mientras sus padres arreglaban todo.
En el jardín, Sofía tomó descanso debajo de un árbol. Ricardo se recostó a su lado y la miró con desconcierto, esperando que preguntara lo que desease.
—Puedes hablar.
—¿Quién es él? Es la primera vez que escucho su nombre.
—Es tu ex prometido.
—¿Qué?
Sofía se encontraba aún más confundida. Hace poco supo que se casaría con un desconocido y ahora resultaba que esta persona era su ex prometido.
—El compromiso se rompió hace trece años.
—¿No fue ese el año de mi accidente?
—Sí, pero tu compromiso se rompió antes. Sin embargo, no se llegó a confirmar este hecho a nadie. Dado que después sucedió tu accidente, no tocamos ese tema y entre ambas familias el compromiso se anuló.
—Ya veo. ¿Por qué nunca me lo dijiste?
—Santiago me cae igual o peor que Lion, pero no puedo confiar tu seguridad a nadie más por ahora.
—Eso quiere decir que ambos teníamos sentimientos.
—No, tú lo idolatrabas. Sin embargo, él nunca te quiso. Aun así, siempre te protegió y esa es la razón por la cual lo elegí a él.
—Bueno, si la cosa es así, todo será más fácil. No puedo creer que de pequeña estuve obsesionada con alguien de quien ahora no puedo ni reconocer su rostro.
—¿No has pensado en recuperar tus recuerdos?
—Te dije que no lo deseaba.
—Está bien. Además de eso, él tiene a una mujer que ama, así que te será mucho más fácil luego poder divorciarte. Y si consigues cooperar con él, podremos derribar poco a poco a la familia Cooper y luego a los Iriarte.
—¿De verdad tiene a una mujer a quien ama? ¿Y por qué no se casa con ella?
—Es un secreto.
—¿Por qué me ocultas tantas cosas?
—Lo sabrás después. Ahora me iré porque debo arreglar algo en la empresa antes del viaje.
Al llegar al país Z, se alojaron en una casa conjunta que se construyó con el fin de mantener a ambas familias juntas, una finca a las afueras de la capital, donde se podían ver un establo con caballos pura sangre para recorrer el lugar. Además de eso, se podían ver hermosos viñedos.
La semana transcurrió ajetreada por los preparativos para la boda. Entre elegir el banquete, el vestido y las invitaciones, no tuvieron tiempo para absolutamente nada.
Sofía deseaba reunirse con Santiago antes de la boda. Sin embargo, él se rehusó a encontrarse con ella. Aun si iba a verlo hasta su empresa, siempre era retirada con el pretexto de estar ocupado, y sus padres dijeron que eso era normal en él.
El día de la boda pronto llegó, y la única persona ansiosa por que esto fuera un sueño del que pronto despertara era Sofía. De no haber sido por Ricardo, que removió el pasado con un secreto aún más irreal, Sofía jamás hubiera aceptado casarse. Pero ahora no podía hacer nada. Si deseaba saber qué ocurrió aquella noche con sus padres, solo podía aceptar la estúpida proposición de Ricardo y casarse con una persona de la cual solo sabía que era CEO del “Grupo Imperio” y que estaba enamorado de otra mujer, pero por alguna maldita razón también estaría atrapado en un matrimonio no deseado.