La primera dama

Oscar

En la mansión Rosas la familia se encontraba ansiosa por la llegada de Sofia y Santiago, en la sala Philip, Oscar, Raena y Umberto se encontraban conversando amenamente cuando oyeron los moteres de varios autos entrando.

-esos deben ser ellos-hablo Raena emocionada tras levantarse para ir a la puerta.

Al verla levantarse para abrir la puerta Oscar se adelantó y se interpuso delante de Raena y de la sirvienta que se dirigía a abrir la puerta.

-Calma tía, debería ser yo el emocionado, tú ya conociste a tu nuera, sin embargo, yo aun no conozco a mi cuñadita, quien quita que el próximo en casarse sea yo.

Después de decir esto abrió la puerta y al ver a Santiago lo abrazo.

-hermano ya me contaron que te casaste, donde está la belleza de mujer...ahhh.

-mocoso cuando regresaste porque no me avisaste.

-No podía perderme la oportunidad de conocer a mi cuñada, porque la escondes muévete.

Después de decir eso movió a Santiago a un costado y al ver venir a Sofia detrás de Santiago se quedó estupefacto por lo que solo pudo murmurar.

-Sofia.

Sofia camino y al colocarse al lado de Santiago pudo observar a Oscar mirándola desconcertado, pronto vio a sus suegros y a Philip acercándose por lo que solo pudo saludar.

-Madre, padre es un gusto volverlos a ver. 
Philip.

Al mencionar su nombre este solo asintió en respuesta.

-Oscar, nunca pensé volverte a ver en este lugar.

Este se recompuso al escuchar su nombre y la miro fijamente y cambio la expresión de desconcierto a una más relajada.

-Brujita, te esperé en Europa por dos semanas enteras, al ver que no regresabas vine a ver a mi nueva cuñada, quien pensaría que serias tu.

-Yo también te extrañe.

Después del intercambio te palabras Sofia lo abrazo a la vista de todos los presentes que miraban confusos la reunión de ambos.

El más confundido era Santiago quien rompió el abrazo con un estornudó falso.

-Ustedes tienen una muy buena relación por lo visto.

-Bueno chicos pasemos adentro Rosario nos preparó unos postres deliciosos al saber de su regreso hablo Raena.

Salto de página

Todos entraron a la sala en donde en la mesa de noche se encontraban muchos bocadillos, cada uno tomo asiento en el sofá, Santiago y Sofia se sentaron juntos, al frente suyo y a los costados se encontraban todos.

El primero en hablar fue Umberto.

-cómo le fue en el viaje espero buenas noticias pronto.

-Cariño no te apresures, los estas presionando.

-Si no lo presiono, tendré que esperar muchos años más y luego no podremos disfrutar de nuestros nietos.

-padre no diga eso usted aun es joven y tendrá fuerza y tiempo suficiente para disfrutar de uno o dos nietos, no es así Santiago.

Santiago la tomo de la mano y hablo.

-claro papá, si mi esposa lo dice así será.

-Vaya no sabía que se llevaban tan bien, porque no me invitaste a tu boda Sofia.

Hablo Oscar al ver la armoniosa pareja.

-Fue tan apresurado que no tuve oportunidad puedes pasar un día por nuestra casa para hablar siempre eres bien venido, también tu Philip la boda fue tan ruidosa que no tuvimos la oportunidad de conversar.

-Tienes razón Sofia en el futuro de seguro nos llevaremos bien.

-Así será.

Después de intercambiar unas cuantas palabras Sofia y Santiago salieron de la mansión Rosas y se dirigieron a su residencia.

Al llegar pudo notar que todas las cosas encargadas con anterioridad a Cinthya se habían hecho correctamente.

Pasaron y detrás venia el chofer con las maletas, Sofia tomo la suya luego de que el chofer se retirase y camino a su habitación sin embargo Santiago hablo cuando ella estaba por subir las escaleras.

-Qué crees que pensaran las sirvientas si saben que una pareja de recién casados no comparte la misma habitación.

Al escuchar estas palabras Sofia volvió el rostro y lo vio con desconcierto.

-Vaya, viniste en mi ausencia…y descubriste que no compartiremos habitación dado que no dormiré en la recamara principal.

-Sofia deja el sarcasmo de lado, dijiste que serias la esposa perfecta sin embargo te niegas a dormir conmigo.

-No lo en tientes Santiago dije que sería tu esposa, pero nunca acepte ser tu mujer.

-Qué clase de tontería es esa.

-No es ninguna tontería, no te has dado cuenta...no hay ninguna sirvienta que haya salido a recogernos.

-Eso...que fue lo que hiciste ahora.

-Le pedí a madre que por un mes completo nos dejara completamente solos para convivir y establecer una relación antes de traer a la servidumbre, por lo tanto, el tiempo que queda antes de que se complete el mes que pedí, puedes disfrutarlo con tu amante y no regresar a casa a no ser que sea un asunto importante.

Santiago al verla actuar tan distante y fría hizo que se sintiera molesto, se acercó a ella y la tomo del brazo fuertemente.

-Qué crees que estas tratando de hacer, mandarme lejos de este lugar y haciendo todo a tu manera ahhh.

Sofia vio sus ojos ardiendo de odio hacia ella, normalmente solo lo dejaría pasar por el hecho de sentirse culpable pero hoy no tenía ninguna razón para hacerlo.

-Suéltame.

Después de esa palabra tiro de su mano fuerte para que este la soltara y volvió a hablar.

-Que no nos llevemos bien y que detestes el simple hecho de mi presencia no te da derecho a intentar agredirme, nunca en tu vida lo vuelvas a hacer o de lo contrario no respondo por mis actos.

Dicho eso pretendía marcharse, pero Santiago volvió a hablar.

Porque volviste, 13 años lejos y de un repente regresas a mi vida para atormentarla con tu presencia.

No volví por ti, es lo único que debes saber.

Entonces por que lo hiciste.

Sofia acaricio el añillo en su mano, levanto el rostro y con serenidad respondió.

Volví por tu apellido, aun sin dinero y sin tu apoyo el simple hecho de ser señora De Rosas, le dará la seguridad de que estoy muerta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.