La primera dama

Perdió la memoria

Sentados en la sala los señores De Rosas esperaban por la pareja al verlos entrar juntos supusieron que podían solucionar cualquier problema.

-padre, madre, me alegra verlos.

Al ver la serenidad de Sofia, Raena se mostró aún más preocupada dado que si uno se guarda las cosas, nunca termina bien.

-te encuentras bien cariño.

-Si madre solo estoy un poco cansada y deseo descansar.

Está bien ve.

Sofia planeaba retirarse con esas pocas palabras sin embargo Santiago detrás suyo hablo.

-que pasa Sofia...tan pronto nos abandonas...porque no les dices a tus suegros, lo que su nuera predilecta y perfecta andaba haciendo toda la tarde que ahora se encuentra cansada.

Sofia voltio y camino hasta Santiago, las cosas en su interior se acumulaban y sentía que eso no tendría fin si Santiago continuaba ofendiéndola.

-Porque no les dices tú, lo que tu mente retorcida cree que hice.

Santiago rio de manera sarcástica y hablo.

-No hiciste nada malo, eso es lo que tratas de decir, te fuiste de la oficina toda la tarde y cuando te voy a buscar te encuentro en un hotel cenando con tu amante...que pasa, no había servicio a la habitación.

Probablemente algo en el interior de Sofia se rompía, un contenedor que le prohibía decir cosas sin sentidos o enojarse, pero las cosa no mejorarían incluso si se quedaba callada eso era más que claro.

-Por quien me tomas, no soy yo quien saca los pies del plato...no soy yo quien fue captado por las cámaras.

-Por eso no querías que supiese de nuestro matrimonio para tener una vida libertina como una prostituta.  

-Blum

Un fuerte estruendo sonó en la habitación cuando Sofia le dio una bofetada a Santiago, había llegado un punto donde no pudo contener todo el enojo que cargaba por los comentarios ofensivos.

-Jamás en mi vida recibí tanta humillación, y desde que llegue acá solo tengo reproches y reclamos tuyos, estoy harta, cansada, solo espero que esto proto termine.

Después de esas palabras Sofia camino a su habitación, en la sala raena ya se encontraba llorando por lo que estaba ocurriendo y Umberto estaba molesto, Sofia era una buena chica, siempre lo fue y hoy su hijo no solo cuestiono su lealtad hacia él, sino cuestiono su honor como mujer, era cierto que este matrimonio se realizó contra la voluntad de Santiago pero aun así por ser su esposa debía de respetarla y hoy se acabó la familia perfecta que creyó haber creado para su hijo, al mismo tiempo se dio cuenta que si seguía forzando a Sofia a permanecer en un matrimonio fallido, solo la lastimaría y pronto esa luz en su interior se extinguirá y la volverá solo un títere sin vida que puede ser movido de un lado a otro.

Miro a su hijo parado con furia en los ojos como si desease destrozar todo, así que se acercó y sus palabras eran suficientes para destruir a alguien.

-Divórciate, sé que te lo prohibí, pero no puedo ver como Sofia se marchita poco a poco a tu lado.

Ante las palabras de su padre, Santiago sintió que su pecho se apretaba tan fuerte que le dolía, pero, aun así, no pretendía dejar ir a Sofia.

-Es ella otra vez, que no escuchaste, se encontraba con su amante, quieres que la deje para que corra a sus brazos.

-CALLATE...CALLATE...Santiago porque si no lo haces no respondo, Sofia es una buena chica criada con principios y valores, pudo haberse casado con cualquiera incluso mejor que tú, crees que una dama tan inteligente y hermosa no pudo encontrar un mejor pretendiente.

-Si era así, porque volvió para destruirme la vida.

-Los rechazos a todos...sin siquiera darles la oportunidad de conocerse, cuando llegamos a su casa sin previo aviso y anunciamos su matrimonio con su familia...ella tenía una mirada perdida, no contesto con descortesía por ser los amigos de su padre, pero estaba más que claro que rechazaría la propuesta, debí de darme cuenta ahí que te olvido y no insistir en este matrimonio.

-Tú también padre, porque Sofia es siempre pura y digna, nuca aceptaste a Serena, pero Sofia siempre estuvo en tu corazón.

Ante tal respuesta el enojo de Umberto no podía ocultarse, el pasado le dejó hacer lo que quisiese, pero ahora no lo permitiría.

-Esa mujer no podría ni debería ser siquiera comparada con Sofia.

-Sofia le destruyo la vida.

Umberto al escuchar la respuesta rio y aplaudió como si escuchase el chiste más gracioso del mundo, luego de eso su expresión se volvió fría al igual que su voz al momento de hablar.

-Eres inteligente para los negocios, pero eres necio cuando te tratan de hacer ver tu error, se del circo que montaron Sofia y tú, ella es una buena chica, dale el divorcio cuanto antes y si deseas vete con esa mujer, pero olvídate que la reconozca a ella y a su bastardo como mi familia.

Santiago quería decirle que Serena no estaba embarazada y arreglar el malentendido, pero su enojo era más grande por lo que se quedó callado y solo pregunto.

-Nunca la aceptaras, después de tantos años.

-No puedo reconocer a mi hijo ahora donde esta tu inteligencia, nunca te preguntaste por que ninguna de las conversaciones que tienes con Sofia habla del pasado, esto le corresponde decirlo a ella, pero, así como tú la lastimaste hoy delante mío, como buen padre te lo voy a retribuir, ella perdió la memoria hace trece años, no te ama ni te recuerda, eso es bueno ahora así no se aferrara a ti como en el pasado.

-De que estas hablando...ella no pudo haber perdido la memoria.

-Que pasa, te duele...en aquel año ella sufrió un secuestro y nuestra familia no ayudo en lo absoluto por que la familia Cáceres así lo quiso, a pocos días de su secuestro hablaron diciendo que el compromiso se rompía, después de eso no supimos nada de Sofia hasta hace unos meses atrás.

Dejando a su hijo aturdido Umberto se acercó al sofá donde su esposa se encontraba conversando con Rosario, mientras tomaba un té tranquilizante.

-Vámonos cariño.




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