La primera dama

Déjame ir

-te extrañe a morir, mi hermosa muñeca. – dijo Leandro.

Sofía lo miró y sintió sus emociones descontrolada, una parte de ella quería decirle cuanto lo extraño y abrazarlo, besarlo, pero otra parte estaba llena de resentimiento y dolor, quería reclamarle su abandono, por que no la busco si estuvieron tan cerca, por que Le mintió sobre su identidad.

Leandro le quito la máscara a Sofía y contemplo su rostro de desconcierto, quería decirle muchas cosas y entre ellas cuanto soñó con este encuentro.

Contrario a sus deseos, Sofía uso toda la fuerza que le quedaba, por que por alguna razón se sintió débil a su lado, y escapó de él, con paso firme y apresurado llegó al jardín del palacio del Rey(nombre de la mansión en la cual se realizaban el evento Reigar). Leandro la siguió todo el camino hasta el jardín, y pudo observar a Sofía cerca de la fuente, el tiempo la había convertido en una mujer madura y hermosa, eso lo supo desde el momento en que la volvió a ver.

-Muñeca hablemos, si.-dijo acercándose.

-De qué, de cómo me mentiste todo este tiempo, o cómo es que me olvidaste.-dijo Sofía, su voz contenía odio y resentimiento.

-Las cosas no son como tu piensas. – dijo acercándose a Sofía y tomando ambas manos de ella.

-Entonces como son, yo…. ya no sé nada. – dijo Sofía derramando una lagrimas.

-Eyyyy, no llores… no quiero verte así, es cierto que mentí sobre mí identidad, pero solo lo hice para que no me alejases.-dijo Leandro mientras secaba sus lágrimas.

-Debí de haberlo hecho.

-¿Qué?

Sofía soltó el agarre de Leandro y lo miró luego de secarse las lágrimas.

-Debí haberme alejado de ti, dejé que te acercaras demasiado a mi y no salió bien… mira… - dijo Sofía levantado las manos y mostrando su alrededor con los ojos llenos de furia-mira bien donde estamos, y como estamos, ambos casados, pero con distintas personas.

Leandro la abrazo y volvió a tomarle de las manos.

-Eyyyy… eso se puede solucionar… tu y yo juntos te acuerdas… prometimos que cumpliríamos nuestros sueños.

Sofía por su lado solo tenía la mirada perdida y mostró una sonrisa cansada.

-Enserio todavía crees que hay un nosotros, por qué debería divorciarme… ahhhh… dime. – dijo Sofia mediante gritos, pero finalmente su voz se apago y sonó agotada.

-Sofía esto…que tu dices, nada cambio… aun si pasaron 10 años, mi amor por ti aun permanece y se que aún me amas… estoy segura que Ricardo…

-Basta… no voy a permitir que hables mal de mi hermano.

-Muñeca por favor escucha el lo planeo todo.

-Enserio… el hizo todo… jajá… el te obligó a casarte y tener un hijo.

-Las cosas no debieron pasar así… solo si él…

-Suéltame… no voy a seguir escuchando tus tonterías…se que Ricardo no es ningún santo pero jamás se atrevería a confabular y jugar con la vida de las personas.

-Sólo escúchame. – dijo Leandro tomándola de los hombros.-fue el quien te escondió.

-Suéltame.

-No… no lo voy a hacer hasta que me escuches… por favor muñeca. – dijo Leandro acercándose a Sofía lo suficiente como para que sus frentes se tocarán y la respiración de ambos se escuchara agitada como si hubiesen corrido kilómetros.

***

Unos minutos antes :

Santiago vio como Leandro tenía sujetada a Sofia y se quitaba la máscara, se sentía miserable, si todo era como dijo Ricardo, tenía dudas de cómo actuaría Sofía, la cercanía tanto de ella como de Leandro era notable y más cuando ella no se reusó a que el la tocase.

Quería correr en su dirección, tomar a Sofía y llevársela, quería encerrarla y monopolizarla, pero no podía, y eso lo estaba volviendo loco de los celos.

Camino en su dirección tranquilo pero con los pasos largos, sin embargo las personas se le cruzaban y no podía alcanzarlos, cuando volvió mirar en su dirección, descubrió que tanto Sofía como Leandro ya no se encontraban.

Al no saber para donde se fueron, busco por todas partes, subió a la planta alta del Palacio y reviso cada habitación, pero no encontró a nadie, cuando pensaba en bajar, reviso el balcón al cual aun no había entrado, no encontró a nadie, pero al dirigir su vista abajo, pudo observar a Sofía y Leandro en el jardín de rosales, al costado de la fuente.

Bajo corriendo, llegó al jardín, sin embargo no se atrevió a enfrentarlos, sentía rabia incluso al esconderse para oír, pero cualquiera que sea la decisión de Sofía lo aceptaría o eso quería hacer creer a su corazón.

***

-Te dijo que la soltaras.

Al ver las acciones de Leandro no pudo evitar sus ciegos celos, se acerco con furia y le propinó un puñetazo.

-Santiago. -grito Sofia, no sabía cuanto había oído, ni qué había visto, pero ciertamente no lo tomaría bien, y en su corazón ya se sentía muy culpable por su comportamiento.

-No te vuelvas acercarte a mi esposa.-dijo Santiago, después de golpearlo y se acerco a Sofía para abrazarla.

Leandro lo miró y se limpio la sangre que derramaba su boca a causa del golpe.

-Que pasa Santiago, te aburriste de tu sirena y ahora vienes a pretender ser un buen esposo.

Santiago lo miro y colocó a Sofía detrás suyo y se quito el saco el cual entrego a Sofia y comenzó a remangar su camisa.

Al verlo Leandro sonrió y procedió con lo mismo, si deseaba pelear no se detendría.

Sofía sujeto a Santiago del brazo y lo miró en negativa. Él pensó en asentir, llevarse a Sofía de ahí era su principal objetivo pero la siguiente frase hizo que su sangre hirviera.

-Vamos Santiago, no me digas que te enamoraste de ella, es una lástima que no te corresponda… jajá.

Santiago no lo pensó dos veces y se abalanzó sobre él y lo golpeó, sin embargo debido a su leción pronto Leandro logró derribarlo.

-Suéltalo. – grito Sofía aterrorizada al ver a Santiago sangrar debajo de Leandro.

Leandro desde el principio tenía la intención de provocar a Santiago y ver hacia donde se inclinaba el corazón de Sofía por lo que al oír su voz y preocupación hacia otra persona supo que perdió una batalla.




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