La primera dama

querubín

Santiago bajo las escaleras, luego de esa breve conversación, se dirigió al baño a ducharse y curar sus heridas, tenía tantas cosas en la cabeza, jamás se había mostrado tan sensible con nadie, pero el hecho de perder a Sofia lo volvía incontrolablemente loco y torpe.

Al bajar por completo, vio la luz prendida en el bar de la casa no muy lejos de la cocina, Sofia se encontraba tomando un vaso de lo que por lo visto era tequila, la tenue luz de la lampara la enfocaba dando a relucir sus mejillas sonrojadas por el alcohol.

La botella se encontraba semi vacía, por lo que pudo deducir que ya había tomado una gran cantidad de esta, se acerco a ella, al verlo Sofia se puso de pie y prendió el parlante, con la música a todo volumen era casi imposible conversar por lo que tomo una copa de tequila y se acerco a Sofia para quitarle el control remoto y apagar la música.

Sofia corrió con el control por toda la sala, Santiago la quedo mirando maravillado, tenia una mirada de complicidad, ciertamente era una niña chiquita cuando estaba ebria, pero más allá de eso se fijo en lo que llevaba puesto, era un simple piyama corto en tirantes y una bata de seda la cual cubría solo la parte de atrás, se veía como una diosa eso era cierto.

No se molestó con ella, contrario de eso se sentó y se sirvió otra copa, al ver que nadie la seguía Sofia bajo un poco el volumen de la música y se acerco a Santiago por detrás para abrazarlo.

-Por qué…no…quieres jugar…conmigo, nadie quiere jugar…conmigo. -dijo haciendo un mohín y llorando.

Santiago sintió que estaba cuidando de una niña pequeña por lo que volteo y la miro con unos ojos compresibles, mientras sus manos se deslizaban por sus mejillas limpiando los rastros de las lágrimas, al cruzar miradas no pudo evitar sentir algo electrizante en su interior, se acercó a Sofia más y más, bajo su mirada a sus labios y no pudo evitas querer besarlos, al ver que no se alejaba, la jalo a sus brazos y la beso.

Sofia se encontraba sentada en las piernas de Santiago, el beso fue inesperado sin embargo lo correspondió, esta noche ciertamente no le importaba nada, y estaba preparada para lo que fuera una vez que empezó a tomar, por lo que rodeo su cuello con sus brazos y profundizo el beso.

Estuvieron besándose, hasta que se separaron por la falta de aire, Sofia aún seguía sentada en sus piernas, pero tenía una enorme sonrisa.

-Aun crees que podemos hablar. -pregunto Santiago con una sonrisa en su rostro y Sofia negó con la cabeza como niña chiquita y una sonrisa en el rostro, luego bajo su mirada a sus labios, Santiago al percatarse de esto la volvió a besar, sentía que no tenia suficiente de ella no importa cuánto fuera, la quería a ella y la quería para siempre.

Se encontraba sumidos en eso cuando sonó una canción de “Shakira-ojos así”, Sofia se levanto de las piernas de Santiago y lo jalo al centro de la sala, lo lanzo al sofá que se encontraba en el ella, luego de eso se puso en el centro, se quitó la bata que la cubría y comenzó a bailarle, Santiago se quedo embelesado por el movimiento de los brazos y caderas, ciertamente era una vista única, la había visto bailar canciones sencillas, y si…era cierto que la había visto bailar música hindú y lo hacía bien, pero jamás pensó que realizaría un baile de esa forma para él, sus ojos mostraban coquetería y seducción, sus manos se dirigían a él en un movimiento sutil y seductor que lo llevaba a imaginar cosas inimaginables, quería encerrarla y tenerla para siempre, no sabía hasta cuándo podría soportar sus instintos obsesivos que Sofia había despertado en él, a pesar de saber que en un futuro reclamaría libertad por ahora quería tenerla así.

Sofia camino hasta el aun con un ligero movimiento en su cuerpo y lo halo del brazo, lo coloco a un costado y comenzó a seducirlo de manera abierta, Santiago no sabía cuántas veces se había emborrachado ni bailado de esa forma, pero una cosa era clara, no volver a dejarla sola cuando bebiese, luego de eso Sofia tomo la iniciativa propia para besarlo, Santiago le siguió el beso.

La música termino y sonó otro, una salsa de “Jerry Rivera-amores como el nuestro”, y nuevamente comenzaron a bailar, no había cuando terminasen, Sofia estaba super ebria pero aun así no quiso irse a dormir, no solo fue esa canción, sino que unas cinco mas entre bachatas, salsa, baladas y otras.

Santiago tomo a una seminconsciente y alegre Sofia en brazos y la llevo a su dormitorio, ya era tarde y probablemente mañana se fue a arrepentir de lo que ocurrió, Sofia se acurruco en sus brazos y olio el perfume de Santiago.

-quien eres, por que me tienes cargada, suéltame…mi esposo es muy celoso…no creas que por que eres guapo lo dejare pasar.

Santiago sonrió ante sus comentarios, pero era cierto lo de que él era celoso.

-Así que te parezco guapo.

Si. -dijo mostrando su hermosa dentadura. -pareces un hermoso querubín, tan lindo…pero no tan guapo como el frio de mi esposo.

-Ahhhh, tu esposo es frio y lo quieres tanto, como para que no dejes de hablar de él, delante mío.

-Mi querubín también esta celoso…jaja…me gusta y mucho, pero no lo amo.

Al escuchar esas palabras Santiago casi se derrumba, si no lo amaba, entonces amaba al idiota de Leandro, aun así, creía firmemente que se podía aferrar a sus palabras, ella gustaba de el y eso era mejor que nada, no tardaría en conquistarla y eso era seguro.

Al llegar a la habitación soltó a Sofia en la cama.

La cubrió y se quiso ir, si seguía mas tiempo era probable que consumase su matrimonio esta misma noche, necesitaba un baño frio, para calmar su cabeza…contrario a sus deseos, Sofia se levanto de la cama y lo siguió.

Cerro la puerta con llave y lo miro.

-Donde vas, Santiago en verdad vas a dejarme sola.

-Sofia, esta ebria no sabes lo que haces…uno de los dos debe mantenerse cuerdo.

-No quiero. -dijo caminado y poniéndose delante de él, luego se quitó el piyama que traía. -Hace mucho calor…te ayudo.




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