La primera dama

ve y matate

Santiago la vio llorar hasta más no poder, al momento en el que la vio caer en el suelo y tirarse sobre las tumbas como si quisiera dormir para siempre, en ese lugar, la cargo y la llevo en al auto, manejo hasta la casa en aquella bahía donde habían pasado la noche.

Ingreso por la puerta, la llevo a su recámara…la dejo sobre la cama y bajo a la cocina para hacerle algo de comer, pero Sofía parecía ida aún si Santiago trato de alimentarla ella simplemente no reaccionó.

Dejó el plato sobre el velador y se recostó con ella, en toda la noche no dijo palabra alguna solo se dedicó a abrazarla y consolarla, quería aliviar su carga y si pudiera deseaba sufrir todo el dolor que ella sentía, así podría ser libre y feliz aquel pequeño cuerpo.

***

En la casa de Leandro y Regina, la historia era completamente diferente, alejados de los rumores ellos se encontraban tranquilos en su mundo.

-Entonces, hoy la viste…eso me alegra, además adivina que. -dijo Regina mostrando una sonrisa que Leandro devolvió.

Ella se encontraba secándose el cabello después del baño, mientras que Leandro se sentó en un sofá cerca de ella, al oírla hablar.

-Que pasó.

-Así no cuenta debes adivinar…anda, nunca lo haces bien y yo debo decirlo.

-Si lo sabes porque no me lo dices. -Dijo Leandro acercándose y pinchando su ombligo.

-Jaja… OK... OK te lo diré…hable con el abogado y dijo que si deseamos divorciarnos por mutuo acuerdo entonces solo tomaría un mes…después de eso serás libre y podrás perseguir al amor de tu vida. -Leandro se emocionó y la alzó por los aires, pero luego la bajo.

-Sabes que eres la mejor mujer del mundo verdad.

-Lo sé…por eso te aguanto.

-Jaja…espero que seas feliz al lado de otra persona la cual ames y te ame.

-Lo haré créeme…empezaré a buscar en Grecia…dicen que los griegos son realmente lindos y apegados a la idea de una familia, puede que consiga un nuevo padre para Leonardo en menos de un mes.

-Estas loca…pero me da miedo decírselo al niño…como crees que lo tome.

-Es un niño maduró para su edad, pero estoy segura que ya debe haberse dado cuenta que no nos amamos, pudimos engañarlo de pequeño, pero ahora ha crecido.

-Me da miedo no ser un buen padre. -Ven dijo Regina sentándose en el sofá e indicando su lado, Leandro se acercó y tomó asiento a su lado acunando su rostro en el hombro de Regina.

-Somos buenos padres…solo que no compartimos los mismos sentimientos, además tendremos custodia compartida por lo que no hay problema.

-Gracias.

-Por.

-Por nuestro hijo a pesar de no estar en nuestros planes, por ser tan buena amiga y compañera.

-Eso no me lo agradezcas, además de eso quiero reunirme con tu amor, tenemos que hablar del niño y otras cosas espero estés presente.

-Ensero lo harás.

-Claro debo cerciorarme de con quien tratará mi hijo, aún si la amas no puedo entregarlo a si nada más.

-Bien te pasaré su número y a qué hora será la reunión.

-creo que será como 8 y media o 9 de la mañana.

-Bien las alcanzo luego porque tengo una reunión.

-Está bien…descansemos, mañana será un día excepcional.

***

A la mañana siguiente Santiago se levanto antes y se dirigió a la cocina a cocinar algo para Sofia, había llorado hasta que las energías se le acabaran y durmió hasta muy tarde.

Sofia se levanto y tomo una ducha, no podía pensar con claridad, tenia un nudo en la garganta y un alma vacía, ni siquiera sabía quién era.

Se había cambiado y planeaba bajar, pero recibió un mensaje de un numero desconocido.

‘Hola…soy Regina la esposa de Leandro…hablemos, te espero en la pastelería Delice, Leandro también se nos unirá solo que el tiene un trabajo antes…espero que podamos ser amigas por el bien de Leandro y el niño. -al final del mensaje mostraba un emoji de una cara sonriendo.’

Sofia no quería ir, pero luego lo pensó bien, ya no le quedaba nada en la familia Cáceres, justo ahora se encontraba como hace 10 años, sin casa, familia ni identidad.

Tomo su cartera y bajo las escaleras, se asomo a la cocina y pudo ver a Santiago cocinando, las lagrimas corrieron por sus mejillas, pero cogió las llaves del auto que se encontraban en la sala y se apresuro en salir si hacer ningún ruido no deseaba que Santiago la persiguiese.

Santiago se encontraba muy concentrado tratando de realizar una sopa de verduras para devolverle las fuerzas a Sofia cuando escucho el ruido del auto, salió corriendo, pero solo pudo ver a Sofia alejarse en el auto.

Se dirigió al garaje de la casa, pero para sorpresa suya no había ningún auto. Entonces tomo su teléfono y llamo a su guardaespaldas.

-Ven a recogerme, acabo de enviar la dirección…espero no te demores, porque conoces las consecuencias.

-Si jefe.

“A donde fuiste Sofia.”

***

Sofia llego a la pastelería y pudo observar a una mujer, de cabello rojizo muy hermosa y elegante sentada en una mesa, en el mismo lugar donde se había encontrado con Leandro.

Normalmente se hubiera sentido feo, pero ya nada le importaba.

Se acerco, la mujer la abrazo y dio un beso en cada mejilla, luego de eso se sentaron y realizaron su pedido, solo después de eso empezaron a hablar.

-No te conozco, cuál es tu asunto. -hablo Sofia como si hubiera perdido la paciencia ante tal actitud suya.

-Se que mi primera impresión luego de que nos encontramos no fue buena, pero ahora debemos ser amigas…en el futuro Leandro y tu estarán juntos no deseo interferir, pero una buena relación es primordial por el niño.

-veo que te interesa mucho tu hijo, pero…me es difícil creer que una mujer pueda ser tan permisiva en cuanto a su marido.

-No es lo mismo contigo Sofia, te divorciaras si deseas estar con Leandro y probablemente Serena ocupe tu lugar. - dijo eso con una sonrisa, Sofia le correspondió la sonrisa, pero con la boca cerrada, escuchar esas palabras hicieron que fuera amargo en su interior. -ahhh, disculparas mi confusión, quise decir mi cuñada, debes acostumbrarte a verla, es bueno que todo quedé en familia.




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