Luego de que Leandro se llevará a Regina del lugar, su corazón de alguna manera se sintió culpable y afligido, pero no podía hacer nada, ver como Sofía golpeaba de manera descontrolada a Regina, le hizo pensar si era ella realmente. Sabía que Ricardo se encontraba hospitalizado, a pesar de todo lo que había dicho sobre él, Leandro tenía claro el amor de Sofía por Ricardo, pero nada justificó que desahogara sus frustraciones con Regina quien solo había ido a hablar con ella para que llevasen la fiesta en paz. [Nota: no hubo fiesta, ni tampoco paz.]
Regina lo vio perdido en sus pensamientos mientras que manejaba, sabia que Leandro la había escogido sobre Sofía sólo por culpa y consideración por lo que una ola de rabia azotó su ser. Sin embargo delante de Leandro mostró una sonrisa calmada y de manera considerada hablo.
-Debiste de haber ido con ella, no me perdonaría si su relación se fractura a causa mía, ya demasiado daño te hice al embarazarme.
-No hables asi, fue culpa mía por dejarte ir sola, me pediste que estuviéramos los tres. pero preste más atención al trabajo.
-No es eso, yo entiendo la posición de Sofia, ver a la persona que ama estar con otra mujer no es lindo.
-No se que decirte, pero ahora vamos a casa para que te curen.
-Tú... a irás a ver. – dijo Regina en un tono decaído.
-No, iré a ver a mi padre para hablar de nuestro divorcio.
Regina lo miró y sonrió, tenía claro lo que planeaba hacer, pero también tenía claro el carácter de su suegro mejor que el propio Leandro, a quien se encargo de mantenerlo con una venda en los ojos.
-Espero que te vaya bien.
“Y también, que para mañana, el cadáver de esa pequeña perra aparezca flotando en el río.”
Luego de eso Leandro la dejo en casa y fue a la vieja mansión, donde vivían sus padres.
En todos estos años, la relación con su padre mejoró indiscutiblemente lo cual lo alegro en gran medida, se había dado cuenta que era un rebelde luego de estudiar en un colegio público, además de eso jamás pensó conocer al amor de su vida en un lugar así.
Tal vez y si era cierto que su obsesión por lo que no fue, lo entusiasmo a conocer a Mariam, pero conforme iba conociéndola y dándose la oportunidad se dio cuenta de que la quería y la quería para el.
Lástima que no fue el único en conocerla, cuando Ricardo la vio, noto lo mismo que el cuando la conoció, entonces se acerco a ella, tuvieron un enfrentamiento por eso, pero lo dejaron pasar ya que el siempre se comportó como un amigo o eso fue lo que le hizo creer.
Dejo sus pensamientos de lado cuando cruzó la puerta de la gran mansión, su madre la recibió con un cálido abrazo y su padre también.
-Y donde esta mi nieto por que no lo veo.-hablo Jorge mirando detrás de Leandro.
-Leandro sonrió ante tal gesto y hablo. – el pequeño esta estudiando y…
-Déjalo jugar un poco cariño aún es muy pequeño. – hablo su madre.
-Lo sé, pero es el quien no quiere, no se de quien lo sacó si yo era un perezoso a su edad. – respondió Leandro.
-Jajá …Entonces has venido de visita. – hablo Jorge.
-Así es, además deseo informarles, que me voy a divorciar.
-De qué estás hablando. – dijo Jorge con evidente molestia, le incómoda a él hecho de que su hijo se divorciara por dos razones, una era el escándalo que se crearía y lo otro era que le preocupaba que trajese a una mujer la cual no esté calificada como su pareja.
-Papá, la encontré… creí que estaba muerta, pero la familia Cáceres siempre la había escondido.
Su madre solo lo miró y en su rostro se podía ver el nerviosismo, además de sorpresa.
-Me estas diciendo que la joven de quien te enamoraste en el pasado está en la familia Cáceres.
-Acaso es una empleada.-hablo su Renata.
-No madre por su gran parecido con Sofía, la reconocieron como Sofía.
Jorge miró a su hijo y sonrió de manera feliz.
-Me alegro hijo, pero debes pensar en tu esposa e hijo.
-Ellos lo aceptarán, Regina ya accedió y el niño siempre supo como era nuestra relación.
Jorge no dijo nada solo abrazo a su hijo, ahora tenía dos caminos, lo que siempre quiso, una mataba a los dos hermanos y absorbía el grupo completo o dejaba que se casara con Sofia.
***
Sofia al sentir la caricia en la cabeza, levanto el rostro y observo a un cansado Ricardo.
-Rick…-dijo con lágrimas en los ojos.
- Creí que no vendrías a verme.-Sofía lo vio y noto que en sus ojos aún había amor así ella, por lo que lo abrazo sin pensarlo dos veces. –ahhhh.
Al escuchar eso Sofía se alejó.
-Lo siento…pero… tú…cuando…
-Princesa, lo volviste a hacer mal.
-Ehhh.
-Debes practicar aún más, siempre fuiste mala en el tiro, sin embargo a la próxima debes ser certera.
-Me estás regañando por qué no dispare bien… es la primera vez que me alegro de haber fallado. – dijo Sofía limpiándose las lágrimas de su rostro.
-Claro que si, si es tu enemigo, no importa quien… se familia amigo, conocido o cualquiera… jamás dudes… me entiendes… el mundo es cruel y la única forma de ganarles es siendo aún más cruel.
-Como puedes decir eso casi te mató, si lo hacía jamás me lo iba a perdonar.
-Nada de eso… fui yo quien puso el arma en tu mano… te obligue de alguna forma y lo hice… digamos que como entrenamiento.
-No importa…debiste detenerme…por qué.
-Por qué, para ser más fuerte y no temblar ante nadie abecés hay que caer bien fondo, es ahí cuando conoces a tus amigos y enemigos.
-Tienes razón, Regina me lo contó todo y me insisto a suicidarme.
-Maldita perra… ahhhh.
-No te esfuerces… debes descansar. Dijo Sofía levantándose para retirarse y dejarlo descansar.
Se sentía aliviada al ver bien a su hermano, pero fue realmente crítico su estado.
Ricardo vio como se iba, pero una duda en su corazón no lo dejaría en paz si no lo escuchaba negar.
-Sofia lo intentaste.