La primera dama

en la guerra y en el amor todo se vale

Luego de esa breve conversación Sofia se dirigió a su dormitorio, pero minutos después alguien toco su puerta por lo que se levanto y abrió, se quedo paralizada cuando vio a Santiago con el cabello mojado y solo un pantalón de piyama color azul oscuro.

Sofia se quedo embelesada con su figura, pocas veces lo había visto de esa forma, sin embargo, disimulo bien su s expresión y hablo de manera relajada, sin dejarlo pasar.

-Qué haces en mi habitación Santiago.

-No puedo dormir con mi esposa.

-No. -dijo Sofia en un tono enojado.

-Ok…pero como madre de esos diablillos de caninos que tienes, debes responsabilizarte de mi esta noche, dijo retirando la mano de Sofia que impedía su pase y se tiro en la cama con los brazos debajo de su cabeza.

-De que hablas y ahora bájate de mi cama. - dijo Sofia.

-Bueno yo dormiré acá esta noche, si no deseas dormir conmigo puedes ir a mi cuarto y descansar no me molestare. -dijo Santiago con una sonrisa en el rostro.

Sofia lo miro enojada y se dirigió a la recamara de Santiago, se negaba a volver a compartir cama con él, al abrir la puerta se quedó horrorizada con lo que vio, los perros habían destruido todo, la cama e incluso había rastros de haber querido romper la puerta del armario, el baño, además de los rasguños en las paredes. Ahora entendía por qué Santiago estaba en su habitación, pero eso no cambiaba mucho las cosas, has demasiadas habitaciones como para que se fuera a meter en la suya.

Regreso a su recamara y ahí se encontraba Santiago dormido sin cubrirse.

-Y con este frio que inconsciente. -dijo Sofia acercándose y cubriéndolo, pero antes de que terminase Santiago la jalo y la acomodo entre sus brazos.

Sofia podía sentir su espalda en el pecho desnudo de Santiago, lo cual la ruborizo…Santiago olio su cabello, era algo que le encantaba hacer y hablo.

-Ya que mi esposa se preocupa tanto por mí, porque no dormir juntos.

-Desde cuando eres tan descarado, Santiago déjame ir…hay otros cuartos y si tu no te vas yo lo voy a hacer. -dijo Sofia tratando de soltarse de su agarre.

-Las otras habitaciones están bacias, la mía arruinada…solo podemos dormir así, ahora descansa o de lo contrario voy a empezar a repartir besos por todo tu cuerpo.

Sofia se tenso al escucharlo y no se atrevió a moverse…Santiago antes era tan frio y arrogante que le sorprendía este lado descardo y posesivo.

***

A la mañana siguiente Rosario ya había recibido la noticia de que Santiago y Sofia había regresado por lo que se apresuro en preparan un desayuno para recomponer sus energías.

Cuando de pronto escucho a su nieta llegar, Lina tomo una manzana y comenzó a hablar.

-Abue…prepáralo, yo se lo llevare a su habitación deben estar cansados luego del viaje. -dijo con una sonrisa en el rostro.

-Está bien…primero llévaselo a Santiago que de seguro saldrá a la oficina y luego a Sofia.

-No…ponlo todo en una misma bandeja.

-Por qué dices eso Lina.

-Santiago debió de haber recibido mi regalito…abue hoy es un bien día para ir de compras.

-Lina Pascal Zarate, me dice ahora mismo que hizo.

-Nada solo destruí la habitación de Santiago para que comparta recamara con Sofia mientras se da la remodelación.

-Lina. -grito su abuela.

-Abuela debemos ayudarlos…a este paso jamás podremos ver un hijo de ellos y es probable que el idiota ese traiga a la pesada de Serena.

Rosario solo negó con la cabeza…a pesar de que odiaba tener que ver a esa actriz lo que su nieta hizo estaba mal.

Lina tomo la bandeja que su abuela había preparado y subió las escaleras, luego toco la puerta y al escuchar un pase, con una voz somnolienta ingreso.

-Buenos días a los tortolos traje el desayuno. -Dijo llamando la atención de Sofia quien se levantó de golpe y pego un pequeño grito.

Santiago se levantó despacio y hablo. -Quien grita tan temprano.

-Tu…que haces en mi cuarto. -dijo mirando a Santiago.

-Tan rápido te olvidaste de lo que paso anoche y eso que no bebimos.

Sofia recordó todo lo ocurrido y luego miro a Lina quien tenía una sonrisa en el rostro mientras colocaba la bandeja de comida en la mesita de noche.

-Lina que paso con el cuarto de Santiago. -hablo Sofia, sabía que esto no era una casualidad y Lina tenía que haberlo planeado.

-Yo…jugué con Max y Rex, pero luego me distraje un rato y escaparon, como la empleada se encontraba limpiando la habitación de Santiago ellos pasaron y destruyeron todo.

-No pudieron detenerlos.

-La empleada salió asustada al verlos y yo no me había dado cuenta que desaparecieron.

-Ya Sofia…no la regañes, se lleva bien con los perros y solo los soltó por un momento. -dijo abrazándola y haciendo pequeños movimientos con la mano.

-Pero ayer no dijiste lo mismo.

-Lina puedes salir…luego hablamos.

Le dijo Santiago a Lina, Sofia estaba molesta por lo que no se percató cuanto Santiago le dio un guiño a Lina.

-Bueno ahora desayunemos, creo que deberemos compartir recamara hasta que arreglen la mía, así que hare que pasen mi ropa a tu cuarto.

-Ni se te ocurra…ocupa otra habitación.

-De que tienes miedo, no hemos compartido cama varias veces no le veo nada de mal. -dijo para luego acercarse a la mesita de noche, tomar la bandeja y llevarla a la cama donde aún se encontraba Sofia. -come.

Sofia quería discutir y botarlo de su cuarto, pero tenía más que claro que esto era un complot y no había nada para comer en la cocina y en ese preciso instante tenia hambre por lo que no discutió y comió.

Después del desayuno Santiago se dirigió a su habitación y Sofia cerro el suyo…ambos se alistaron, en pocos minutos termino Sofia y bajo las escaleras para luego ir a la empresa.

Pero antes de eso paso por la cocina para hablar con Lina sobre los perros y ahí vio como Santiago le entregaba una tarjeta de crédito.




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