La primera dama

Hoy uno de nosotros debe morir

Sofia se quedó perpleja al escucharlo, ahora más que nunca estaba convencida de que las cosas nunca fueron como ella creyó, y había más secretos ocultos que quedaban por descubrir.

-Mi amor…mañana tenemos cita con el psiquiatra.

Santiago lo había pensado mucho, la única forma de que Sofia recupere su confianza y sepa quién miente o no, era recuperar su memoria aun si eso significase que ella lo odiase.

-Tan mal crees que estoy. -dijo Sofia con una mirada triste.

-No es eso cariño…quiero que recuperes tu confianza e identidad para eso es necesario que recuperes tu memoria.

Sofia también lo había pensado no importa cuán fuerte sea aún se podía quebrar, había un montón de secretos ocultos alrededor de su familia y ella, por lo que era necesario que recuperase su memoria, pero le daba miedo descubrir cosas que hubiese preferido siguiesen ocultas.

Después de eso Santiago se levantó y saco de uno de los cajones del velador al costado de su cama, un diario.

-Eso…de quien es.

-Es tuyo…lo encontré en tu habitación, bueno en la habitación que ocupaste cuando eras una niña…no lo he leído si eso te preocupa, pero creo que será fundamental para que recuerdes o sepas como eras en ese entonces.

Sofia lo tomo y vio las fotos pegadas en el interior igual que algunos escritos los cuales no se atrevió a leer.

-Está bien…voy a recuperar mis recuerdos. -dijo Sofia con una sonrisa y con el diario en la mano.

Luego de eso Sofia se levantó de la cama dispuesta a irse, pero antes de eso vio el cuadro.

-Pasa algo. -hablo Santiago al verla mirar con intensidad el cuadro.

-Porque acá y no en tu oficina, no quieres que nadie vea que tienes una esposa.

Santiago la abrazo por la espalda mirando el cuadro y hablo.

-Creo que no podre resistirlo…aquel día en la boda quería arrancarle los ojos a cualquiera que te viese con deseo y si ahora lo pongo en mi oficina donde entra cada socio creo que me volveré loco.

-Pero el vestido era lindo. -dijo Sofia fingiendo inocencia.

-Si que lo era, además de revelador.

-Eres un maldito celoso.

-Eso creo…te amo y no soporto verte vestida como lo haces día a día, pero también te respeto, este cuadro es solo mío y preferiría que se quedara así.

-Está bien…ahora me voy. -dijo Sofia girando y dándole un beso en la mejilla para salir del mini departamento.

Santiago la siguió y antes de que pudiera salir de la oficina hablo.

-Las flores para el funeral de tu cuñado ya han sido enviadas por nuestra compañía con nuestros nombres, me hubiera gustado acompañarte para que lo despidas, pero sabes que lo mejor es no abandonar el país por ahora.

-Lo se.

Después de decir eso Sofia salió de la oficina de Santiago y entro a la suya.

El día transcurrió tranquilo, al culminar el trabajo Santiago y Sofia se dirigieron a casa, los próximos 3 días también fueron similares y ya se había acostumbrado por alguna razón a compartir habitación con Santiago, ciertamente su relación había mejorado mucho.

La cita con el psiquiatra fue normal, después de unas preguntas de rutina se le recomendó a Sofia tomar unos medicamentos antes de que comenzase el tratamiento.

Hoy ciertamente era un gran día para su Santiago y su familia, hoy se llevaría a cabo la primera vuelta de las votaciones para saber quiénes pelearían en la próxima, Santiago había dejado descuidado su candidatura y se había concentrado en la empresa, pero por su parte Philip seguía haciendo todo el trabajo duro con la publicidad, las entrevistas y entre otras.

Por lo mismo Sofia y Santiago decidieron ir a votar temprano y luego regresar a casa para ver las noticiadas.

Sofia había ordenado un ramo de flores porque sabía que Santiago pasaría la primera vuelta, ella no estaba de acuerdo con sus decisiones y sus acciones para eliminar a sus oponentes, pero tenía claro que abrir los ojos de las personas no tenía nada de malo, en el tiempo que estuvo al lado de Santiago se dio cuenta de cómo unos 3 candidatos fueron acusados de fraude, corrupción, lavado de activos entre otras cosas, que por lo mismo los dejaron fuera de contienda.

Sofia y Santiago se encontraban en el sofá sentados cuando de pronto el timbre de la puerta sonó y a los pocos minutos una sirvienta se apareció con una caja de rosas al verlo Sofia exclamo.

-Tan rápido llegaron, hubiera preferido que fuese más tarde recién es medio día…-dijo Sofia con sorpresa, al tonarlo y ver el contenido de las rosas se quedó paralizada, quería ocultarlo, pero ya era muy tarde Santiago lo había visto.

Santiago se encontraba sentado cuando Sofía se asomó a recibir el paquete, pero le causo extrañes la reacción de Sofia por lo que se acercó y logro ver el contenido…quería calmarse y tomar un respiro, pero sus impulsos pudieron más, tomo las el paquete de las manos de Sofia con algo de agresividad.

-Santiago…-grito Sofia al ver su actitud.

Sin embargo, Santiago no respondió a su llamado al contrario abrió la caja y ahí estaban, las dichosas rosas moradas, las mismas que recibió Sofia antes de dispararle a Ricardo y podía adivinar perfectamente quien la había enviado.

Tomo una tarjeta pegada que estaba sobre las rosas y lo leyó.

Lo siento por lo de la otra vez…reunámonos en el café Fondac a las 2 y media.

Te destare esperando.                                              

     Lion.

Santiago sintió la sangre hervir luego de leyera el mensaje, era claramente una muestra de descortesía tratar de cortejar a su esposa enviando rosas a su casa y pidiéndole que se encontrasen, cogió el ramo de rosas lo tiro al suelo y lo piso.

-Como te atreves infeliz.




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