La primera dama

Vera Salerno

 La mañana era fría, las calles aun tenían rastros de lluvia, pero eso no le quito o pintoresco o festivo a la ciudad, para las 8 de la mañana ya tenían el escenario armado para que Santiago se presentase, los asistentes del partido no tardaron en presentarse y colocar una buena publicidad en la entrada de la ciudad y a su alrededor.

-Como vas. -dijo Sofia acercándose a Santiago quien tenia colocado un traje color azul.

-Bien…esta lista.

-Yo sí, pero tú no…-dijo acercándose al armario y sacando un poncho de este. -si los piensas representar, muestra que respetas su cultura y su forma de vestir…hazles sentir que eres del pueblo.

-Pero no veo nada distintivo en ti. -dijo mirándola.

Sofia llevaba pantalones negros con una blusa color blanca, una coleta alta y unos botines, después de escuchar eso tomo un poncho y se lo coloco también.

-Ahora si estamos listos.

-Eres única…y creo que cada que descubro algo nuevo en ti me enamoro más. -dijo apegándola a él.

-Así…y a mi me sorprende que siendo tu tan mandón, te deje mandar por mí. -dijo acariciando su rostro.

-Solo tu podrías lograrlo…eres la segunda mujer mas importante de mi vida.

-Así…creo que me voy. -dijo Sofia tratando de zafarse, pero no lo logro. -porque la primera es mi madre…aun así creo que yo ocupo el tercer lugar en tu corazón.

-Bueno si…-dijo Sofia con una sonrisa inocente. -eres el tercero más importante.

-Jaja.

Santiago la beso y Sofia le correspondió, sentía que su corazón se había inclinado hacia este hombre, que la hacia enojar y reír a cada instante.

Pronto llegaron a la plaza donde se reunieron con el alcalde primero antes de presentarse ante las personas.

-Buenos días alcalde.

-Buenos días candidato…señora-dijo saludando con la mano.

-Como va todo. -hablo Santiago.

-Todo esta en orden…las personas van llegando poco a poco, la plaza se está llenando.

-Es bueno escuchar eso. -hablo Santiago.

-Alcalde…las cosas que sobraron de la repartición que se hizo el día de ayer…se dejara todo en la municipalidad y espero que se le entregue a las personas necesitas…además de que trabajaremos a futuro por el bienestar del lugar.

-Espero que así sea señora…tiene buen corazón y si el candidato gana estoy seguro que serán buenos años de gobierno y desarrollo los que le esperan al país.

-Eso es lo que deseamos. -dijo Santiago.

Poco después la plaza estaba llena de las personas que habían ido a ver.

Santiago subió al escenario acompañado de Sofia.

-Buenos días a todos…lamento haberlos hecho presentarse tan temprano en la mañana…pero creo que muchos tienen trabajo que hacer a si que no los retrasare y empezare.

Dicho esto, volteo a ver a Sofia quien lo animaba.

»No estoy seguro si muchos me conocerán, para los que no…soy Santiago De Rosas Cilien candidato a presidencia de este hermoso país…pase la mayor parte de mi vida en la capital y creo que fue un error, por que al salir pude descubrir lo maravilloso que son las ciudades y personas de nuestro país…al recorrer sus calles, conocerlos como personas y sus necesitades creo que serán fundamentales para crear una buena estrategia de gobierno en el futuro, quiero que la ciudad se desarrolle…

***

En Italia

-Vera Salerno Rinaldi, como te atreves a engañar a tu abuelo. -dijo un hombre de edad avanzada, sentado en un sillón y frente suyo se encontraba una joven de unos 27 años sentada con las piernas cruzadas.

-Abuelo en que he mentido. -dijo la joven con evidente sarcasmo.

-Como te atreves a decir eso, deberías pedir perdón pronto y dejar la dirección de la empresa Salerno en mi disposición. -dijo un hombre de mediana edad.

-Tío seamos sinceros…siempre codiciaste las empresas de mi padre, pero no te lo voy a dar.

-Pero que malcriada…mentiste, diciendo que tu esposo estaba muerto, ahora que descubrimos su paradero y que no esta muerto aun deseas hacerte la loca. -hablo el hombre.

-Vera…Matteo aun es pequeño y desea conocer a su padre. -hablo Giovanni Salerno, el abuelo de vera.

-Abuelo cumplí con las clausulas del testamento para heredar dignamente las empresas de mi padre, en cuanto a lo de mi matrimonio es algo en lo cual no permito que nadie se meta…puede ser el padre de Enzo, pero mi hijo no lo necesita.

-VERA…eres igual a tu padre y te gusta hacer todo a tu antojo, pero por respeto a este anciano viajaras al país Z a encontrarte con tu esposo y espero que fortalezcan su relación o de lo contrario le entregare el mando a tu tío.

-Abuelo no puedes hacer eso…las empresas son de mi padre y por derecho mías.

-No olvides de quien fueron antes que de tu padre…ahora toma estos pasajes y lleva a conocer a Enzo a su padre.

Vera tomo los boletos de avión y salió de la antigua mansión enojada, subió a su coche y se dirigió a la guardería a recoger a su hijo…cuatro años y un poco más había pasado desde que no supo nada del hombre con el que se casó…en ese momento necesitaba desesperadamente casarse para heredar las propiedades de su padre, no tubo ni siquiera tiempo para llorarles adecuadamente para tomar riendas de los negocio y empresas de su padre.

-Nuestra reina, se ira de viaje y no aviso, no crees que es descortesía. -hablo un hombre tocando la puerta de su coche, Vera se había estacionado en la puerta de la guardería y al ver a aquel hombre le confirmaba algo, su hijo estaba en peligro.

Bajo del auto dispuesta a correr dentro de la guardería.

-No tan rápido preciosa…los negocios son buenos…mi futuro hijo estará bien porque no nos divertimos primero mientras mis hombres los llevan a casa. -dijo el hombre mientras la tomaba del brazo.

-Piérdete Luca…jamás voy a ser tu mujer. -dicho esto le escupió en el rostro.

-Maldita perra. -dijo tratando dándole una bofetada a Vera, ella lo no lo esquivo, la bófeta le dio tan fuerte que la hizo caer. -hash porque tienes que ser así, podríamos pasarla bien, pero te la das de digna.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.