A un solo día de las elecciones, era el día perfecto para ir a comprar algo o pasar tiempo en familia. No solo eso el cumpleaños de Sofia por alguna razón seria el mismo día de las elecciones lo cual causo mucha conmoción en la casa.
El día transcurrió normal hasta que.
-Mi amor…hoy iremos a mi departamento. -dijo Santiago mientras la abrazaba.
Sofia lo miro un buen rato y luego hablo.
-Así que el señor tiene departamento de soltero, quiero saber a cuantas tipas habrá llevado ahí.
-Eres la única así que no seas tan celosa. -dijo Santiago tomándola del rostro.
-Solo cuido lo que es mío. -dijo asiendo un puchero.
-Está bien…cuando vayas veras que en la sala tengo un cuadro de nuestra boda al igual que en la empresa. - Dijo riendo y dándole pequeños picos. -ahora puede mi esposa dejar de gruñir.
Sofia lo miro y correspondió sus besos.
-Que debería ponerme…-dijo Sofia, mirando expectante a Santiago.
-Por mí no te pongas nada…pero no creo que de esa forma podamos salir de esta habitación.
-Santiago. -reprendió Sofia.
-Jaja…está bien cariño no te enojes, luego de eso se acerco al armario de Sofia donde se levantaban estantes con todo tipo de vestidos, trajes, zapatos, carteras y joyas. -qué te parece este dijo acercando a Sofia un vestido rojo…muy suelto en la parte baja, ajustada y llena de pedrería en la parte de superior. Sofia eligió unos tacones y maquillaje que combinasen y luego de eso volvió a mirar a Santiago quien tenía un traje a rallas color azul, con una camisa blanca y una corbata del mismo color del traje.
Sofia se acerco y lo ayudo con la corbata. -soy a la única que se le permite hacer esto entendido, dijo jalando de la misma corbata para tenerlo a la misma altura, ya que ella es mas baja que Santiago.
-Ok. -dijo dándole un beso. -quiero que nos apresuremos o perderemos la función.
-De que hablas.
Luego de eso Santiago la halo y la llevo al auto para encaminarse a la parte residencial más exclusiva del país, duraron una hora antes de llegar.
Subieron aquel edificio por unos minutos y llegaron al pent-house, desde la entrada había un camino lleno de flores y velas que hacían lucir romántico un lugar hermoso, tenía decoraciones similares a su oficina con unos toques elegantes como el, y en la sala de una manera imponente un cuadro con una fotografía de ellos, pero contrario a lo que había dicho Santiago esta era una foto la cual fue fotografiada en el evento de apertura del orfanato, el día en el cual el recibió un disparo. Santiago la dejo observando la fotografía y otras partes de su departamento, pero después de eso se acercó.
-Te gusta. -pregunto Santiago.
-La foto es hermosa, pero por que esta.
-Quiero que me recuerde…cuanto me costó tu perdón, cuán difícil fue conquistar tu corazón…-luego la jalo y la llevo al balcón, Sofia vio una mesa llena de comida y velas en el centro. -te gusta. -pregunto expectante.
Sofia lo miro y respondió con otra pregunta…- ¿tú lo cocinaste?
Santiago rio ante su comentario. -no esta vez es digerible, nana me ayudo con la comida y Lina con la decoración, quería que todo fuera perfecto.
-Son tus cómplices…me gusta como quedo. -dijo estirando sus brazos y rodeando el cuello de Santiago.
-Si lo son…pero todo es por tu felicidad.
-No lo dudo.
Santiago aparto la silla para que Sofia se sentase y luego de eso se sentó, la cena trascurrió de una manera tranquila entre conversaciones, cuando de pronto Santiago se acerco a Sofia con una caja en mano.
Santiago quería que aquella noche fuera perfecta e inolvidable, se había perdido tantos años de ella, no estuvo presente en muchos de sus cumpleaños por lo que en este quería compensárselo de la mejor manera y esta era una de sus tantas sorpresas.
Sofia lo miro, cuando él abrió la caja, se dejó ver un collar hermoso con diseños únicos, conocía el nombre de aquella joya, tan hermosa y perfecta que nadie pudo comprar, dado que fue comprado cuando solo era un boceto era imposible que otras personas pensaran en codiciarla… ‘ETERNO’…ese era su nombre y con sutilezas únicas en la mano de obra se podía decir que el que la poseyera seria envidiada.
-Santiago…esto. Tú.
-Feliz cumpleaños amor.
-Pero mi cumpleaños es…
-Solo faltan unos minutos…Quiero que uses este collar cuando nos presentemos ante todos como los nuevos gobernantes de este país…entonces serás tú…mi emperatriz…mi reina…mi primera dama…mi amor en esta vida y en todas las que tenga.
-Te amo…-dijo Sofia. -siempre espere por esto, pero tenía tanto miedo.
-Yo fui el culpable…lo eché todo a perder.
-No es así. -refuto Sofia.
Vuelvo enseguida. -luego de eso Santiago se dirigió a la cocina y Sofia miro el exterior por el balcón, era increíble como se veía la ciudad desde esa altura…una noche helada pero por alguna razón se sentía cálida…ha pasado tantas cosas en su vida, descubrir una mentira tras otra…saber que la traición era algo que podía esperar de cualquier persona a su alrededor lo era más, al mismo tiempo recordar cuan duro y hostil fue su matrimonio a causa de mentiras.
Estaba tan encimada en sus pensamientos cuando sintió unos cálidos brazos rodear su cintura. Sofia volteo y vio a Santiago, esos ojos tan hermosamente peligrosos, un rostro perfeto y hermoso…era algo que la tenia embobada día a día lo cual le causo gracia y rio sin darse cuenta.
Santiago la pego mas a él y la miro tan fijamente para luego preguntarle.
- ¿Que le causa tanta gracia señora De Rosas?
-Era tan superficial de niña…-dijo Sofia, respirando agitadamente al tratar de controlar sus ganas de reír.
-Así…como por qué.
-Estaba tan enamorada de ese hermoso rostro tuyo…creo que mi yo pequeño adoraba tanto las caras bonitas…ahora que lo pienso mi yo adulto también…creo que me buscare una carta blanca cuando estes feo y arrugado. -dijo en tono burlón.