La primera dama

es tan fácil para ti votar mi amor

cap. 97: 

El vuelo de Santiago al país Z aterrizo a las 22 horas, se dirigió al hotel. Estaba realmente molesto consigo mismo y con Sofia. Lo había planeado todo desde la primera vez que la vio en aquel club, supo que deseaba estar con ella por el resto de su vida, quien diría que ella ya lo tenía todo planeado pero no con él, si no con otro hombre a su lado, cuando conoció acerca de la muerte de Sofia el sufrió al lado de Ricardo, como buenos amigos o hermanos, siempre que escapaba de casa, él era su refugio, el único que fue tan cercano a Sofia como para saber que gustaba y que no, cuando la volvió a ver en la escuela segundaria después de dos años de su supuesta muerte, creyó que solo era obra divina, una joven con el mismo rostro de su amada, de cierta forma fue su Consuelo, se acercó a ella con el deseo egoísta de ser el único en su vida, la trataría como una sustituta para su amor no realizado, pero cuando la fue conociendo se volvió a enamorar de ella, aunque en su debido momento no lo supo. Ricardo la conoció y después de una noche fantástica e infernal, decidió esconderla y alejarla de él, sin considerar los años que ambos sufrieron por su supuesta muerte, sin considerar que Lion siempre lo trato como un hermano y nunca hizo nada malo ni para lastimarlo a él, ni a su familia. El sueño pactado que tuvo con Sofia se cumplió para ella, pero de la mano de otro, era como si un cuchillo lo atravesase impidiéndole respirar, quitando todo el oxígeno de su cuerpo y dejándolo solo. con un incesante dolor. 

 Se dirigió a su habitación y se dispuso a dormir, el día siguiente seria sin duda agotador para él. De solo pensar en eso no pudo conciliar el sueño sino hasta pasada la medianoche. 

En el preciso momento que Leandro había conciliado el sueño la pantalla del teléfono brillo y en esta apareció un mensaje. 

“Mañana aterrizare en el país Z, ayudémonos mutuamente.” 

*** 

Sofia espero a que Santiago saliera a la empresa, para de esta forma salir. 

Al llegar al hotel Darian, Sofia ya se encontraba nerviosa, después de meses se sentaría a conversar con él y dar por terminado todo aquello que una vez tuvieron. Al entrara al ascensor, a medida que esta subía, su corazón temblaba...tenía lindos recuerdos con Leandro, recordar todo aquello como si fuese una reproducción en su cerebro aun si no lo desease, aquello provocó confusión y dolor, sin embargo, no podía retroceder. 

Se abrió la puerta del ascensor y se dirigió a la habitación, toco la puerta y Leandro abrió. 

No lo había visto en meses, su aura y belleza permanecían intactos, pero su semblante era tan sombrío, siendo tan joven y con esa tez daba a entender que no le estaba yendo bien o las preocupaciones lo atormentaban, deseaba darle un abrazo y consolarlo como en los viejos tiempo, pero o podía, eso había quedado en el pasado y ahora tanto el como ella se encontraban casados. 

-Siéntate te traeré una te...sé que el café no es de tus favoritos y prefieres el té. -Dijo Leandro dirigiéndose a la mesita de noche donde se encontraba un juego de te cuidadosamente preparada. Leandro lo había pedido unos minutos antes de que Sofia llegara. 

-No es necesario...yo...-Sofia saco de su cartera el anillo de promesa en forma de corona y el anillo que le regalo por su cumpleaños.-solo vengo a despedirme y a entregarte todos tus presentes...dejemos el pasado atrás y vivamos bien de ahora en adelante, come bien. -dicho eso Sofia giro para irse. 

Leandro camino y la tomo del brazo antes de girarla y hablo en un tono interrogatorio y a la vez enojada. -es tan fácil para ti, tirar mi amor de esta forma, ¿vive bien?, ¿olvidemos todo?, eso es lo único que vas a decir. Es así como votas mi amor por ti. 

-No es así...no fui yo la que lo tiro todo desde un principio, solo le pongo fin. -dijo Sofia con la voz quebrada. 

-Si no lo hiciste tu quien lo hizo, en aquel entonces te confesé mi amor, prometí estar contigo...nos casaríamos y luego seriamos los gobernantes de país...entonces tu solo te desapareciste, si no es tu culpa y no es la mía a quien debo culpar porque no me resigno a perderte. 

-No fui yo quien se casó primero Leandro, espere diez años, nuestra promesa termino en ese plazo espere por ti, pero nunca apareciste. - dijo Sofia de manera acusatoria. 

-Yo no sabía que estabas viva...por cuanto tiempo debo repetirlo.  

-Diez años te resultaron largos...eres un maldito desgraciado Leandro, un cobarde eso es lo que eres. -por sus ojos corrieron lagrimas que se las limpió casi de inmediato. - nunca te ame, pero si te llegue a querer mucho, te quise tanto que lo confundí con amor, te quise tanto que te llame cuando recibí la propuesta de matrimonio, quería escuchar tu voz, que me dijera, voy por ti no hagas nada estúpido, aun cuando escuche lo de mi familia y estaba cegada por el odio, pensé en ti que tonta. 

-Yo... 

-Aun eso no me importo... esperé hasta el último momento en que llegaras a mi boda y lo detuvieras, estaba dispuesta a escapar contigo, lo hice en verdad, te quise al punto de pensar en dejar de lado mi venganza y vivir una vida armoniosa y llena de alegría contigo. 

-Aun lo podemos hacer.-dijo Leandro tomando de la mano a Sofia. 

Sofia retiro sus manos y seco las lágrimas que habían corrido por sus ojos. -es muy tarde, tú tienes un hijo y yo amo a otra persona, mi cariño por ti ha caído tan a fondo que no hay forma de que lo nuestro funcione, no soy lo suficientemente fuerte y no te quiero lo suficiente como para abandonar a la persona que amo por un futuro incierto y sin amor. 

Leandro la miro, los ojos de Sofia que en un pasado le montaron las estrellas con una sonrisa ahora le mostraban el más frio de los abismos con sus lágrimas. Entonces supo que debía dejarla ir, aun si eso le dolía. 

-Solo dime una cosa, cuando lo empezaste a amar, fue cuando recuperarte tu memoria o antes. -pregunto Leandro de una manera tranquila aun si se estaba muriendo de dolor. 




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