La primera dama

¿Vivir con tu amante? no lo creo

Cap. 103: 

Sofia no despertó en dos días, lo que mantuvo preocupado a toda la mansión, Santiago no se alejó de su dormitorio en esos días, al tercer día despertó y logro ver a Santiago en traje sentado a su lado. Este tenía los ojos cerrados, se levantó con sorpresa y trato de no hacer mucho ruido, pero al bajar de la cama cayó al suelo. Después de estar un tiempo en cama sus piernas se encontraban totalmente adormecidas. 

Santiago se acercó, contrario a sus actitudes comunes alzo un poco la voz y hablo. - mi hermosa primera dama y compañera se acaba de despertar luego de dos días de coma, pero porque siento que trata de huir. -dijo tomándola del mentón y obligarlo a verlo.  

Santiago sabía que lo que hacía estaba mal pero su resentimiento por su engaño cegaba su amor y volvía sus comportamientos fuera de sí...el solo pensar en Sofia yéndose con Leandro, hacia que su corazón temblara y su mente se nublara. 

Nadie necesitaba decirlo, era claro que los ojos llenos de ira y reproche de Santiago no había cambiado, a pesar de que él había hecho algo peor que solo besar a otra persona...había llevado a esa otra persona al hogar que compartían. 

Sofia escucho sus palabras, y respondió de una manera dolida y enojada...-que planeas, destrozarme...has traído a esa mujer a mi casa, la has besado delante mío y yo debo callar. -era como si Sofia hubiese abandonado todo su anhelo por arreglar su relación. 

Santiago la escucho y solo pudo reír con desenfreno y apretar más fuerte su agarre y hablar. -debes si...recuerda que no fui yo quien empezó esto...espero que no pienses en hacer nada tonto, ahora ve a duchar o necesitas ayuda. 

Sofia escucho esto y sintió frio. -Santiago De Rosas, te quiero lejos de mí. -luego de eso se escuchó el sonido de una puerta al cerrarse. 

*** 

Al bajar pudo observar a Serena en el comedor sentada, se había acomodado tan bien que acostumbro a comer con Santiago los dos días que Sofia estuvo en coma. Y al parecer hoy también lo haría, se sentó como de costumbre, el desayuno se sirvió sin demora y después de unos minutos Sofia apareció, pero tan pronto como llego se retiró. 

-Nana, se me quito el apetito.-dijo Sofia a Rosario. 

Aquel comentario enojo a Santiago quien dejo su cubierto a un lado, se limpió los labios con la servilleta y levando la vista, viéndola directamente a los ojos. - come, no lo volveré a repetir. 

Sofia rio y luego hablo. -no comeré en la misma mesa que la querida de mi esposo, tampoco he caído tan bajo. Respétame como tu esposa y si no lo harás al menos como la futura dama. 

Santiago se levantó, camino en dirección a Sofia y la tomo del brazo, la llevo a la mesa, donde la sentó sobre sus piernas y la alimento cual niña...sin embargo Sofia se negó a comer un solo bocado, Santiago insistió con diligencia, pero pronto perdió la cordura y puso fuerza en su mano, para tratar de abrir boca, estaba por meter la cuchara cuando Sofia tubo arcadas y salió corriendo al baño. 

Santiago la persiguió, pero no sin antes decir que llamaran al médico de manera urgente...abrió la puerta donde se encontraba Sofia lavándose y hablo. -Vendrá el medico dentro de unos minutos...estarás bien, se acercó y retiro su cabello de su rostro. - ¿cómo te encuentras? 

Sofia sintió sus manos en su rostro y de una manera tosca la alejo.-no me toques. 

Santiago estaba realmente preocupado por ella, pero al ver su actitud hacia el enfureció y la tomo del mentón y acerco. -soy considerado, no creas que mi enojo se fue y puedes ser caprichosa, no pruebes mi paciencia Sofia. 

Sofia rio descontroladamente ante su comentario y hablo de manera sarcástica.-disculpe señor De Rosas, soy yo la que debe comer en la mesa con tu amante y estoy probando tu paciencia, tu solo tacto me da asco...siento repudio hacia tus acciones y palabras para conmigo. -dijo llena de odio y rabia. 

Santiago la tomo del brazo y la jalo, la llevo a rastras por todas las escaleras a vista de todos. -me lastimas Santiago...suéltame, con esto solo logras que te odie más.-dijo Sofia de manera desesperada en su afán de zafarse de Santiago. 

Santiago la miro y le hablo la empleada. - llama al doctor, cancela la cita y tú. -dijo dirigiéndose al guardaespaldas. -encárgate de que nadie suba ni nos interrumpa. -después de eso siguió jalando a Sofía. 

Las palabras de Santiago hicieron que Sofia reflejara terror en su rostro. - ¿qué piensas hacer?, te lo advierto no me siento bien...Santiago respóndeme. 

Sus palabras cayeron al vacío, ya que Santiago no le prestó atención y siguió jalando y al entrar al dormitorio se pudo escuchar el sonido de la puerta al ser azotada además de uno que otro jarrón roto, habían limpiado y colocado nuevos adornos, pero tal parecía que tendrían que volver a hacerlo. 

*** 

A la mañana siguiente Santiago bajo para irse a la empresa, pero no sin antes pasar por la cocina y dejar ordenado que se llevara el desayuno a la habitación principal para Sofia, nadie en la cocina se atrevía a decir algo y cada vez que Rosario quería hablar este la callaba y se iba. 

Estaba por salir de la cocina cuando Serena apareció con un piyama corto dejando a relucir gran parte de su cuerpo, se acercó a Santiago de manera sensual. - ¿cuánto tiempo me tendrás abandonada? - Alargo su mano y con su dedo índice ahueco el pecho de Santiago, era como una niña mimada en busca de atención. 

Santiago tomo su mano y la miro, sus ojos no denotaban ningún sentimiento...sin embrago el desprecio se notaba. Pero Serena no estaba dispuesta a perder, así que sacó a relucir la falta de Sofia para llamar la atención de Santiago. -sabes que si te quedas conmigo te trataría mejor que esa mocosa y claro jamás te seria infiel. 

Santiago la acerco a él y la rodeo por la cintura, habiendo conseguido lo que quería Serena se empino para poderlo besar, pero Santiago retiro su rostro y lo acerco a sus labios a su oído antes de susurrarle. -no eres diferente a ella, un divorcio no habla bien de ti o si...ahora quítate y nunca olvides que estas aquí solo porque yo así lo quise, no te lo dije...estas vivan por que aun eres de utilidad, pero cuando dejes de serlo teme. -luego de eso el retiro de forma brusca. El terror y miedo estaba dibujado en el rostro de Serena, creyó que su pasado lo había enterrado bien pero tal parecía que este volvía para atormentarla. 




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