quiero el divorcio

Cap. 104: 

Me necesitas...-escuchar esas palabras hicieron sonreír sarcástica y malévolamente a Santiago. 

- ¿Te necesito? ...yo que tengo a todo el país y continente en mis manos...crees que algo menor no sería posible sin ti...te tienes en alta estima a mi parecer. -dijo Santiago para luego retirar la mirada. 

-Puedes dominar a todos a excepción de tu esposita...que patético, de no ser por mi...tal vez, luego la podrías llamar concuñada, claro si te quedabas conmigo. Porque estaba más que claro que ella se iría con mi hermanito...es que admitámoslos, él tiene su encanto. -dijo de manera sarcástica y burlona, si él pensaba que la iba a ofender y salir inmune estaba equivocado, si ella sufría el también. 

Santiago la volvió a sujetar, pero esta vez de forma agresiva y amenazante. -no estás aquí por temor a tu padre, ten cuidado de haber escapado de la cueva del león para ir directo al infierno. No me provoques...cósete esos lindos labios, antes de hablar pestes de mi esposa. -dijo enojado. 

-Pero si es tu esposa la que se pasea como ramera tentando a cualquier hombre, no solo eso...fijarse en uno casado y con hijo.-grito enojada Serena, esto solo aumento la ira de Santiago, quien la tomo del brazo y la llevo a rastras al sótano...dejando ordenado a un guardia que la vigilase y cuidase que nadie se acercase. 

-Te quedaras ahí un día entero...a ver si aprendes a no contradecirme y si no estas contenta, vas por tus maletas y te largas. -dijo de la manera más tranquila y educada posible, era ciertamente increíble los cambios de personalidad que adoptaba a cada momento. 

-Sabes que no me iré. -dijo Serena con una voz tranquila, pero a la vez suplicante. 

-Bien...disfruta tu estadía en el sótano. -Dijo antes de darse la vuelta e irse. 

-NO...SANTIAGO...SÁCAME DE ESTE LUGAR...SANTIAGO...NO ME DEJES AQUÍ...SANTIAGOOOO...NO PUEDES HACERME ESTO...SANTIAGO...-los gritos resonaron por toda la casa y la única que no logro escucharlo fue Sofia...-santiago pudo proveer los desánimos que causaría Serena por lo que pidió poner una música lo suficientemente fuerte, pero a la vez relajante en la habitación por lo que Sofia jamás se enteraría de lo que ocurría a su alrededor. Tal y como supuso, Sofia despertó al medio día...no quiso comer nada, se sentía desanimada...al mirar por la ventana pudo ver a sus dos cachorros ser alimentados por su nana y correr por todos lados mientras jugaban...era tan hermoso, cuanto tiempo había pasado desde que jugo con ellos. 

Se coloco una ropa cómoda y decidió bajar, pero antes de que pudiese cruzar la puerta de la habitación, el guardia la detuvo. 

-Lo siento primera dama, no tiene permitido salir de la habitación. 

Sofia lo escucho y grito con indignación.-COMO TE ATREVES...SOY LA SEÑORA DE ESTA CASA Y LA PRIMERA DAMA ELECTA, MIS ORDENES TIENE EL MISMO PESO QUE DEL PRESIDENTE, COMO TE ATREVES A NEGARME EL PASO. 

-Lo siento son órdenes del presidente...sin su autorización no puede salir de la habitación. 

Sofia volteo y regreso a su habitación donde se sentó a pensar cuál sería su siguiente paso a seguir...la sirvienta subió con la comida, en vista de que no quiso probar el desayuno creyó que tal vez tuviese hambre y quisiese comer algo. Al entrar pudo ver el ambiente tenso, por lo que pudo percatarse con facilidad que Sofia no se encontraba bien a pesar de aparentarlo. 

-Ocurre algo señora.-pregunto la mucama. 

-Eva...has sido una fiel seguidora mía desde que te traje...serias capaz de arriesgar tu vida y ayudarme a cruzar por el fuego. - la sirvienta no entendió muy bien el significado complejo de sus palabras, pero tenía claro que podía entregar su vida por el bien de Sofia. 

-Así es señora.-hablo de manera firme. 

Sofia sonrió y se acercó a ella. -tu futuro es grande...si deseas desistir dilo ahora, las cosas podrían salir mal y tu saldrías lastimada no te importa.-hablo Sofia. 

-No señora.-dijo sin retractarse. 

-Bien...que así sea, colócale la correa a mis hijos y sácalos a pasear... 

-Esto señora...no la entiendo. -dijo confundida. 

-Envíalos a la casa de mi suegra...ella los aprecia mucho y es un lugar el cual él no se atrevería a pisar si está en falta...además a mi sobrino le encantara.-dijo Sofia. 

-Así será señora. -dicho eso la mucama salió sin perder tiempo alguno. 

El guardaespaldas no llego a sospechar nada, por lo que no hubo problemas. 

Unas horas después Sofia tomo sus maleta y lleno lo más importante entre documentos, ropa esencial y una que otra joya. Y lo que nunca enseño a nadie, pero siempre tuvo con ella...un arma de fuego(Airsoft Derringer Maxtact Gold 6mm), tan pequeña, fue un pequeño presente de su hermano luego de que le disparara...extrañaba a su hermano con todo su corazón, pero no era el momento. 

Entonces camino así el tocador y tiro uno de sus jarrones favoritos, el único que se salvó de la noche de locura de Santiago, luego grito.-AHHH, DUELE...DUELE...AYUDA. 

El guardaespaldas entro casi corriendo y cuando estuvo adentro busco con la mirada a Sofia antes de darse cuenta que fue engañado, sintió un metal frio en su espalda y quedo helado. 

-Cuidado con lo que hace...no mueva sus manos que no juego.-dijo Sofia antes de tomar el revolver que tenía el guardia, después de eso lo obligo a quedarse en la habitación antes de salir y cerrara la puerta con una sonrisa en el rostro. -he notado que te gusta mi habitación de lo contrario no estaría tanto tiempo en la puerta...ahora descansa.-después de decir eso Sofia salió de la habitación y bajo las escaleras con maleta en mano, los guardaespaldas al pie de la escalera la vieron y se sorprendieron, pero fue demasiado tarde, Sofia ya había puesto el arma sobre la cabeza de ambos. 

Consiguió derribar a aquellos dos hombres que fueron amarrados por Eva, sabía que su nana podría estar en un conflicto y tal vez negarse por lo que espero el momento preciso en el que ella saliera para poner en marcha su plan, ninguno de los sirvientes intervendría porque Eva se había encargado de encerrarlos en la cocina con engaños.