Shin despertó para ver a la cara de Kacper sobre él, alguien lo estaba moviendo por una escalera. La luz del sol estaba sobre él y ahora sabía que su piel brillaba bajo la luz. Miró hacia adelante para ver a Myśliwy llevar sus pies, las últimas máquinas estaban derrotadas en el suelo. Władysława los estaba custodiando con la atención digna de una madre. Lo apoyaron en el suelo para que su cabeza se rindiera. A su lado estaba Keyfour, tenía un agujero que lo atravesaba y estaba desactivado. Shin había olvidado que el dolor solo era dolor. No era poder, no era energía, era solo dolor. No tenía sensibilidad en los dedos y lo único que quería era encontrar a Alara. Estaba sangrando y lo único que pudo hacer fue cerrar sus heridas con su dosificador de kolto. Kacper estaba preocupado y lo estaba ayudando a sentarse. Shin quería sentir la Fuerza, pero no había nada para él a su alrededor, todo lo que recordaba como propio no era más que un mero sueño perdido en sus recuerdos. Miró a su amigo para luego acercarse a Keyfour. No dijo una sola palabra mientras sentía sangre correr por una herida en su pecho. Sacó su hydrospanner para desarmar una plancha de su amigo. Keyfour había tenido suerte.
“¡Shin!” Gritaba Kacper a su lado. “¿Estás bien?”
“Estás sangrando.” Aportó Myśliwy.
Shin lo miró por un segundo.
“¿Qué pasó?” Preguntó mientras seguía reparando a su amigo.
“¿Qué pasó?” Preguntó sorprendido el enon. “Estabas peleando como un demon…”
“¡Kacper!” Gritó ofuscada Władysława. “Kurwa!” Gritó al aire. “¿Quieres matarme? ¿Cómo rayos vas a correr así hacia las máquinas?”
Kacper se puso de pie para apretar las manos de su esposa.
“Lo siento, hermosa.” Dijo con sumo cuidado. “Necesitaba salvar a Shin…”
Władysława lo abrazó con fuerza y cariño.
“Yo iba a salvarlo, Kacper… ¿Qué haría sin ti?” Dijo acongojada la cazadora.
“Gracias por salvarme.” Dijo con seriedad Shin.
El gris se estaba sintiendo de una manera en particular, vacío, pero no quería detenerse en eso, ya que necesitaba reparar a su amigo.
“Tu máquina te ha salvado, Shin.” Dijo con seriedad el cazador mientras la pareja se acariciaba.
Sus colas se tocaban con mucho cariño, cosa que solo hacían las parejas.
“Nunca la había visto así, usó una especie de estaca electrificada y un lanzallamas.” Agregó con prestancia. “Terminamos corriendo hacia aquí y si no fuera por él…”
Un chispazo revivió a su amigo, este perdía un poco de aceite que tapó con un pedazo de su túnica. Unas luces anunciaban su reinicio.
“Mi esposa derrotó a las máquinas que quedaban.” Agregó Kacper mientras ambos miraban al astromech. “¿Es cierto lo que me dijiste? ¿Qué estas máquinas son… nuestros ancestros?”
“Los brujos encontraron una estación espacial de los… Arquitectos.” Dijo con seriedad Shin. “Allí encontraron a esta tal Madre. Por lo que nos dijo estaba estudiando este cúmulo de estrellas.” Agregó mientras se apoyaba contra un escalón. “Los brujos cambiaron su directiva porque querían recobrar la magia. Ellos fueron sus primeras víctimas, ya que solo la vida puede manipular la Fuerza.”
Kacper estaba asombrado mientras Keyfour pitaba muchas veces.
“Gracias por salvarme, amigo.” Dijo con seriedad Shin. “¿Dónde está la nave que decías?”
Keyfour empezó a andar por el costado del edificio inundado mientras anunciaba que estaba del otro lado. Shin tocó un botón en su amigo para que abriera un pequeño compartimiento, de allí sacó un holo que dejó entre las manos de Kacper.
“Salgan de esta ciudad, Kacper. Liberen a esos animales y síganlos por el planeta.” Dijo con seriedad Shin. “Aquí tienes mi… introducción a la Fuerza. La estaba grabando para los Grises. No tiene dogma, solo técnicas de meditación y concentración. Es básicamente lo que hacen los jedis. Algunos de ustedes empezarán a sentir la Fuerza pronto, lo más probable es que sean niños. No los transformen en armas.”
Sus amigos intercambiaron unas miradas.
“Te prometo que haremos lo correcto, Shin.” Dijo con solemnidad Kacper. “No te preocupes por nosotros…”
“No sé cómo… agradecerte por esto Shin.” Dijo con cuidado la cazadora. “Siempre asumí que nunca iba a… terminar contigo.”
“Agradézcanle a Keyfour. Él fue quien cercenó la movilidad de esa inteligencia. Solo tienen que prometerme que van a terminar de destruir ese lugar. No queríamos matar a los animales.” Dijo con seriedad Shin.
Keyfour se detuvo frente a un extraño misil plateado. Su estilo era particular y no podía compararlo con nada en la galaxia. La nave que había usado para llegar al planeta era del mismo estilo y parecía que esta era su base original. Keyfour estaba seguro de que no lo necesitaba para cruzar la barrera y no sabía cómo leer la información que tenía, pero ya estaba programada para viajar a la Joya. Myśliwy y Władysława subieron a Keyfour justo después de que volviera a apagarse. Había lugar para él y poco más. Sentía dolor en todo su cuerpo y estaba preocupado, tendría que estar feliz por volver a casa, pero no sentía nada, tampoco sentía tristeza por despedirse de sus amigos. El monstruo todavía estaba en él.
“Shin… no tienes que marcharte ahora mismo.” Dijo con cuidado Kacper. “Especialmente si ya derrotaste a las máquinas.”
“Lo sé, pero necesito volver a casa, Kacper. Estas máquinas eran drones, destruyan todas las que encuentren… No las usen para nada, puede que revivan a esta inteligencia si lo hacen.” Dijo con seriedad Shin. “Estaré esperando a que la barrera se desvanezca para venir a visitarlos, según los cálculos de la inteligencia solo debería durar unos años más.” Dijo con seriedad Shin mientras se subía a la nave.
Los componentes eran todos holográficos.
“Gracias por todo, amigos. Si puedo entender esta nave tal vez vuelva con amigos a ayudarlos a explorar las estrellas.” Agregó cansado.
Sus amigos se miraron entre ellos.
“Shin, nunca te olvidaremos.” Dijo con tristeza Kacper. “Todos escucharan lo que hiciste por nosotros.”
“Solo tienen que pensar en el futuro, Kacper.” Dijo Shin mientras la cúpula se cerraba sobre él.
Sus ojos pesaban toneladas y lo único que pudo hacer fue dejarse llevar por el sueño que lo arrastraba hacia la oscuridad.