La Primera Mirada

II

 

Christopher.

 

Llegando a la ciudad abordo otro vehículo. León va por Mila mientras yo me dirijo al apartamento de Blake. Saco un cigarro recorriendo las calles de madrid, el humo sale y el tono de llamada me espabila.

 

— ¿Si?

— Hey, amigo ¿por qué no me has dicho que estás en la ciudad? — No ha pasado ni un día cuando Ivan ya está jodiendo.

— Acabamos de llegar, pensaba llamarte para reunirnos luego — respondo como si de verdad me alegrara escucharlo.

 

Ivan no es mas que un idiota lame botas. Se las da de dueño del mundo cuando ni controlar su vida puede. Si no fuera por que su padre quien sí es importante no sería nadie. Me toca soportarlo ya que la relación entre nuestras familias es fundamental para nuestras compañías y porque anda de lambiscon cerca de Blake, sus intenciones no me cuadran. Solo estoy contando los días para que se le ocurra hacer algo en su contra para de una vez alejarlo.

 

— ¿Por qué no lo hacemos hoy? He notado como Emm necesita un respiro y creo que ir al club es buena idea ¿qué te parece? — Lo que necesita es a su familia, no a ese aparecido.

— No lo sé, las cosas no están como para salir. Le digo a Leon y te llamo al rato.

— No será ne… 

 

Lo dejo colgado llegando al edificio. Entro por la parte trasera sacando la llave de repuesto. Introduzco el pin que me da vía libre al ingresar. Todo está a oscuras, una leve luz proviene de la habitación. Entro dejando la chaqueta en el mesón soltando un poco mi corbata. Apenas me siento y ya tengo al perro frente a mí mostrando los colmillos.

 

— ¡Perro tonto, soy yo! — le hablo y acerco mi mano para que me reconozca.

 

Unos pequeños pasos se escuchan y me quedo perplejo con la persona que se queda en el marco de la puerta inspeccionando su alrededor.

 

— Cariño. — Suelto quitando al perro queriendo ir por ella.

— ¿Quién eres? — Siento como algo se atora en mi pecho. Doy otro paso pero ella se refugia tras de la puerta ocasionando que el perro se ponga de nuevo a la ofensiva protegiéndola. — ¿Quién eres?

— ¿Julie? — Aun no me cabe que ahora esté frente a la pequeña hija de Marco. Largos rizos adornan su cabellera, la piel morena y los grandes ojos miel que esperan una respuesta. 

 

Todo este tiempo creí que estaba con Lucy pero no, ha estado aquí. Cómo es que Blake lo supo. Es sorprendente verla y que Emmily la haya cuidado, el miedo de Marco de pensar lo que Blake le haría a la pequeña donde la última vez que vio tenía alrededor de un año, era una completa estupidez. 

Todos pensábamos lo mismo excepto él que tiene no se que cosa en la cabeza como para pensar así. La última vez tratamos de hacer de todo para que él eligiera la otra opción pero no, él eligió huir sabiendo que si tan solo se pusiera a hablar y no darle largas al asunto podría haber tenido el respaldo de Emmily y estar con su hija. Lamentablemente no fue así, él ya había decidido el cómo hacer las cosas y no podíamos hacer nada al respecto, es algo que por muy amigo mío no le voy a perdonar.

 

Me agacho hasta quedar a la altura de la niña que no debe tener más de tres años y me presento.

 

— Mi nombre es Christopher… Christopher Betancourt. — estiro mi mano y ella la toma — Soy un gran amigo de tu padre pequeña.

 

Una gran sonrisa le ilumina la mirada.

 

— ¿Conoces a mi padre? — pregunta emocionada.

— Claro que sí cariño. — Me limpio el rostro y saco mi teléfono enseñándole varias fotos que tengo con él esperanzado a que lo reconozca.

— Yo también tengo una de él. — Me toma del brazo para que la siga. — Ven, vamos.

 

Me adentra en la habitacion y no se porque se me comprime el pecho. Tiene el olor del perfume de Blake. No lo he visto en mucho tiempo y mucho menos haber hablado con ella. Julie me lleva de la mano por toda la habitacion y se detiene en el escritorio donde alcanza un portaretrato que me muestra una foto de Marco con Blake dentro del viejo auto que utilizabamos en el instituto. Creia que ella no tenia nada de él. Me vuelvo hacia a la pequeña cuado jala mi manga para que la vea.

 

— Tambien me dejo esto. — Saca una pequeña cadena que el solia usar. — ¿Es muy linda no lo crees?

 

Asiento y apenas le voy a preguntar algo cuando el golpe de que algo se ha caido me hace voltear a la puerta.

 

— Blake…— Digo por instinto al verla. No se mueve.

— ¡Mami, mami! Es un amigo de mi papá! — ¿mami?

 

Me quedo mal con lo que ha dicho y vuelvo a mirar a Julie.

 

— ¿Mami? — pregunto conmocionado.

— Si. — Responde firme y fríamente Blake para después irse por donde llegó.

— Espera aquí cariño, ahora vengo. — Le digo a la niña que se queda sentada sobre la cama.

Salgo de la habitación y Blake está cruzando la entrada. La fuerza con la que camina se nota con el sonido de sus tacones apresurados — ¡Blake, Blake! ¡Dios espera!

 

Corro hacia ella que está apunto de abordar el ascensor. La tomo del brazo y la volteo.

 

— Ya me lo hicieron una vez ¿no les fue suficiente? — Me gruñe con una expresión que me hiela.

— ¿No fue suficiente, qué? — Le contesto de la misma manera quedando a centímetros de su rostro.

— Nunca hacen lo que yo digo. ¡Siempre llegan de la nada sin saber si yo los quiero devuelta!

— No te tenemos que pedir permiso.

— Eres un maldito egoísta. — Me golpea el pecho alejándome de ella. —  ¿Qué va a pasar ahora? Cada vez que llegan no es para traer más problemas de los que ya tengo.

—  Sabías que pasaría de que te sorprendes. — Se lo digo con una sonrisa lo que hace enfurecerla más pero no me contesta devuelta.

— Lo sabías, así que ahora trágate el enojo y regresa al departamento. — La reprendo caminando hasta quedar a un paso. — Ya no eres una niña como para hacer estos berrinches, así eres siempre? ¿Pasa algo que no te gusta y huyes? ¿Dejas sola a la niña?




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