La primogénita del Diablo

Parte tres. ¿Ella me calmo?.

Después de casi cuatro horas sentada revisando la carpeta, la cual debo decir que esta demasiado completa. Había fechas, nombres, direcciones, apuntes de movimientos de los últimos veinte años del Señor del pecado, todo menos una simple foto de su cara, o algo relacionado a su forma física. Tanta información me parecía sospechosa, algo no cuadraba y me daba mala espina. Me estire en la silla notando a través del vidrio de la sala de conferencia como Pierce y Lucifer hablaban nuevamente.

En eso me llego un mensaje de Stiles, se encontraba en un bar bebiendo con algunos compañeros después de una redada de drogas. El me envió una foto en la que se veían muchos cuadros en la parte de atrás, se notaba que eran cuadros de hace mucho años. Yo tenia una manía en mirar todo el fondo primero y luego la imagen central, no se pero me ayudaba a concentrarme o algo así. Pero mirando uno de los cuadros me pareció ver algo muy raro, le pedí a Stiles que me enviara una foto de ese cuadro en especifico y así lo hizo. Era Pierce, ¿Como era posible?, ese cuadro mínimo tiene sesenta años, eso no era posible, Marcus tiene cuarenta y dos. ¿Sera un ser sobrenatural?, ¿Un vampiro o algo así?. Si de algo estaba segura era que soy un puto imán de cosas sobrenaturales.

Deje de lado lo de Pierce para concentrarme en lo que pasaba en la sala de conferencia. Podía ver las miradas de Marcus y Lucifer concentradas en un hombre de compleción pequeña, cabello castaño largo un poco mas abajo de los hombros, y con una barba muy desalineada, dos oficiales lo metieron en la sala de interrogatorio. Un par de minutos después Lucifer entro a la sala de interrogación.

Vi a Pierce meterse en su oficina y no lo resistí, quería ver que pasaba ahí dentro. Así que apresure el paso y me metí en la sala que usa para espiar la sala de interrogatorio. Y ahí estaban ambos hombres sentados hablando sobre el "Hombre del pecado".

-¿Quien diablos es "El hombre del pecado"?- le replico el hombre a Lucifer-

Este sonrió.

-Bien. Juguemos un jueguito, ¿Si?- lo animo ladeando su cabeza- Mírame- le ordeno- Dime...¿Porque deseaste la muerte de Sam?- le pregunto parándose de su asiento y acercando a el con una mirada intimidante-

¿Quien es Sam?, me preguntaba.

-No quería que mi novia siguiera acostándose con el- le respondió el hombre-

Lucifer se sentó en el borde la mesa, y sus ojos se abrieron a tope.

-¿Y...?-

-Y eso es todo. Me enoje mucho. Lo mate al estilo medieval para enviar un mensaje. Nadie toca a mi chica-

La cara de Lucifer mostraba enojo y frustración.

-¿Que hay del "Hombre del pecado"? -

-Viejo, no tengo idea de lo que dices-

-Debes saberlo. Vamos, Alonso, ¿Que hay del "Hombre del pecado"?- lo presiono-

-No se-

-¡Debes saberlo!-

Exclamo Lucifer furioso, agarrando la silla en la que estaba Alonso sentado y arrojándola contra la pared. Tenia que intervenir, normalmente dejaría que continuara, y en mi caso le daría algunos golpes pero por la cara de Lucifer, esto no iba a terminar bien para nadie. Salí lo mas rápido que pude y corrí hace la sala de interrogatorio, llegue junto a tiempo, Alonso temblaba como una gelatina mientras repetía <No se nada, lo juro>, me acerque hasta quedar frente a Lucifer poniendo mis manos en su pecho.

-Es suficiente- lo mire a los ojos- El no sabe nada-

Su rostro cambio por completo a verme, parecía mas calmado.

-Le creo-

Tardo varios minutos en hablar.

-Bien, ahora vamos, salgamos-

Lo guie hasta salir de la sala. Le hice una seña a los oficiales para que se llevaran al detenido a su celda.

-Creí que ibas a golpearlo-

-No soy un animal- comento dándose la vuelta para verme-

-Pues no era lo que parecía- lo cuestione-

Su mirada seguía fija en mis ojos.

-¿Que?, ¿Que tengo?- le pregunte tocándome la cara-

El solo negó y se dio la vuelta para irse, dejándome sola. Sola y confundida.

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-Estaba diciendo la verdad. Es decir, puede ser que el hombre del pecado manipulara a Alonso sin que el se diera cuenta-

Linda observo a Lucifer, siguiendo cada movimiento que hacia.

-O quizás es un lunático que pensó que empalar a un amante rival era el modo de recuperar el corazón de su chica-

La mujer seguía observando, apretando sus manos.

-Eso esta un poco pasado de moda- finalizo con sus manos en los bolsillos de su pantalón-

Linda tarde varios minutos en encontrar las palabras justas para expresar de lo que en realidad quería hablar con Lucifer.

-Lucifer, quiero hablar de tus alas-

-Diablos, ¿Volvieron a salir...?- comento mirándose la espalda-

-Así que te volvieron a crecer-

-Si, esta mañana-

Hablo mientras caminaba hacia el sofa.

-Son muy escurridizas- se sentó-

-No puedes seguir haciéndote esto-

-Estoy de acuerdo-

Se sirvió un poco de agua.

-¿En serio?-

-Si, es agotador. Y muy sucio-

Linda respiro profundo.

-Necesito otra solución. Tal vez contrate a alguien que lo haga-

-O tal vez tu solución sea aceptar que, por ahora, volviste a tener alas-

-¿Que?, ¿Y dejar que gane papa?- arremetió enojado- O quien diablos sea. No lo creo-

-Es fácil dejar que los factores externos nos definan. En especial, si son traumáticos. Pero solo si dejamos que lo hagan-

Lucifer se quedo en silencio y pensando en las palabras que recién acababa de decirle la doctora.

-Todos tenemos algo que nos avergüenza-

-¿Disculpa?-

La doctora parecía confundida y algo sorprendida por el comentario del hombre.

-Es algo que me dijo una mujer hace muchos años mientras la golpearla en la cara-

Linda trato de hablar pero Lucifer se adelanto.

-No es la idea, sino la ejecución. Se trata de como uso las alas-




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