La primogénita del Diablo

Parte Veintiocho. Terminemos con esto.

Varg Wirful, con es era su nombre, sabia que lo conocía de algún lado. Varg Wirful asesino a toda su manada con acónito y debilito a su Alfa para después arrancarle el corazón, así que el moreno musculo no es mas que un cobarde traidor.
-Y pensar que el temido Duecalion ahora es un niñero- se burlo-
-¿Entonces no tendrás ningún problema al enfrentarme con mi niñero, no es así, traidor?- le pregunte sentándome en el piso-
-¿Dejaras que otro se encargue de algo que deberías hacer tu?-
-¿Quieres pelear conmigo o quieres pelear con el hombre que le dijo a tu Alfa que te matara porque eras una rata cobarde?-
-¿No intervendrás a su favor?- me cuestiono con algo de emoción en su voz-
-Mi manada no es patética como las de ustedes. Cada uno puede defenderse solo así que divierte todo lo que quieras- le dije a Duecalion- Y tomate todo el tiempo que quieras porque al parecer a mi cita le encanta el suspenso-
-¿Lo quieres vivo o muerto?-
-Haz lo que te de la gana-
Si algo era sabido es que estos últimos años a Duecalion le encantaba sentir la adrenalina de que crean que esta perdiendo, no se porque pero decía que ver la mirada del rival al ver que según el estaba ganando era algo completamente excitante porque después puedes ver como la decepción y el miedo se apoderan del rival con tal facilidad que es lo que mas levanta el ego de una persona. El verlo desmoronarse es lo mas gratificante de ver y de oler para un lobo. Y eso era exactamente lo que estaba pasando. Varg Wirful sonreía con egocentrismo y confianza mientras le daba un paliza a su oponente. Solo espero que no crea enserio que va a ganar.
Unos minutos después donde según el vociferaba era el ultimo golpe, Duecalion sujeto su puño son una sonrisa arrolladora y pude ver a lo que se refería con lo que me contó. La sonrisa de Varg decayó mas y mas al ver que su oponente estuvo jugando con el todo el tiempo.
Al final Duecalion lo dejo herido y no solo físicamente sino en su orgullo, lo había destruido y se había tomado todo el tiempo del mundo para hacerlo. El lo tomo del pelo y lo arrastro hasta mis pies con una enorme sonrisa en su cara. ¿A donde se fue el Duecalion pacifista?.
-Mi Alfa...le traigo un regalo-
-Si que te tomaste tu tiempo- sonreí-
-Necesitaba descargar un poco de energía acumulada-
-Se noto-
Gire mi cabeza un poco para ver a la manada del lobo que yacía inconsciente a mis pies.
-¿Alguien quiere defender a su Alfa antes de que reclame manada de este traidor?- pregunte de lo mas calmada-
-¡Yo!- exclamo un joven que tendría mas o menos la edad de mi hermano y el físico de Ethan-
-¿Y tu eres?-
-Ryul Calder, el beta de Varg Wirful-
-Interesante... bueno al menos alguien si tiene intenciones de defender a su Alfa-
-¿Quieres que me encargue?- me pregunto Duecalion-
-No. Scott hermano, es todo tuyo- asegure mientras me paraba-
Después de pararme gire un poco mi cabeza para mirar a mi hermano quien me veía interrogante.
-¿O quieres que mande a Derek?-
-Que poca fe que me tienes- comento pasando por mi lado con una sonrisa-
A medida que Scott se acercaba la mirada de los Alfas hacia el era intensa, lo miraban como un lobo mira a una oveja después de no haber comido en dos meses.
-Cincuenta a los veinte minutos- comento Stiles detrás de mi-
-Cien a que no dura quince- aseguro Derek observando a mi hermano-
-Dejen de apostar- los regaño Lydia-
-Quinientos a los cinco minutos- me sume a la apuesta-
-Si que le tienes fe- se burlo Stiles-
-Es mi hermano. Un Alfa Real después de todo- afirme con una sonrisa-
Y tenia razón, el beta estaba entrenado pero mi hermano mostró destreza y habilidad y al final a pelea no duro mas de cuatro minutos contados por reloj. Mi hermano soltó un rugido tan fuerte que sentí como se me irisaba cada bello del cuerpo. Me sentía orgullosa y mi admiración hacia el no tenia cabida en mi cuerpo. Al final el chico se inclino ante el y con el toda su manada. Scott caminaba hacia mi con una sonrisa tímida en su cara.
-La mitad de esa apuesta es mía- aseguro poniéndose a mi lado-
-Lo que tu digas tobogán de pulgas-
Ryul se acerco a nosotros y se inclino ante mi.
-La manada Bhaazo ahora le pertenece a la Alfa de Beacon Hills-
-Siéntete orgulloso Ryul, al menos eres el único que tuvo las pelotas bien puestas para defender a su Alfa. Aunque careces de entrenamiento eres fuerte y ágil, son buenas cualidades. Te enseñare a desarrollar ese potencial, tenlo por seguro-
-Gracias. Mi Alfa-
Ryul se inclino ante mi para luego tomar a su ex Alfa y llevarlo al final de la enorme cantidad de personas que se encontraban detrás de mi manada.
-¿Alguien mas quiere una paliza antes de que comience mi cita?- les pregunte alzando la voz-
Ni una sola voz se escucho en el aire. Nadie se atrevió a contestar. Respire hondo y con una sonrisa camine hasta el centro del campo para luego darle la espalda a los ancianos y mirar a donde e querido mirar todo la noche.
Un enorme grupo de diría que casi ochentas personas quizás mas o menos se encontraban detrás de una silla de madera en la cual se encontraba sentado un hombre corpulento, de pelo rubio claro y ojos azules. Su mirada se sentía mas fría que el hielo mismo pero el no era a quien estaba esperando ver.
¿Estaban tratando de engañarme?. Aunque ciertamente nunca había visto su cara de una manera convencional sabia bien como era su cara, no iba a dejar que me engañaran tan fácil.
-¿Donde esta el hombre que prometió matarme esta noche?- pregunte impaciente- ¿Donde estas, donde estas, sabandija cobarde?- cante-
-¿Tan desesperada estas por morir?- me pregunto el rubio con ligero tono de burla-
Su voz no era la misma, se parecía pero no lo era.
-Es que estoy tan...aburrida y decepcionada. ¿Haz visto lo patéticos que son todos?-
-Supongo que tendré que encargarme de eso, ¿No te parece?-
El tipo se paro y se quito su saco, porque si la mayoría de los hombres vestía de traje. Y yo que creí que Lucifer era el único rarito que usaba traje. Unos segundos después se encamino hacia donde yo me centraba y media que avanzaba su cara cambiaba mas y mas pareciéndose a Duecalion hace años, después de matar a Ennis.
-Mas te vale que cumplas con lo que prometes, no vallas a ser otra decepción-
El tipo no contesto, solo me rugió a medida que se acercaba y sus ojos se tornaban rojos.
Mi corazón latía con fuerza mientras esquivaba sus ataques, al menos la gran mayoría mientras que los demás ataques se los desvolvía en contra ataque. El tipo si sabia pelear y era bueno, pero al ser tan grande su cuerpo no tenia la agilidad suficiente para esquivar a tiempo mis ataques. Y no era como que me estaba esforzando mucho en atacarlo. Solo algún que otro golpe para hacerlo enojar. Porque bien sabia que cuando uno esta enojado o es estúpido todo tiende a fallar y en es fallo podrías matarte o hacer que maten a alguien que amas. Y en este caso el enojo te vuelve estúpido.
Me estaba cansando un poco de este jueguito estúpido y algo en mi interior seguía gritando que lo deje salir. Y realmente quería hacerlo pero no contra esta inmundicia. Después de esquivar su ultimo golpe sujete su muñeca con fuerza con mi mano izquierda y con mi puño derecho le pegue con tal fuerza que pude escuchar como rompí su mandíbula antes de soltarlo y que cayera al piso inconsciente. Pero no contenta con esto comencé a darle de patadas en el abdomen hasta que una fue tan fuerte que le arroje lo suficientemente lejos estrellándolo contra un árbol.
-¿Ahora que me tienes tan cerca te acobardas y envías a mas de tus subordinados a hacer lo que Tu prometiste?. No eres mas que una maldita rata cobarde y sin palabra. Ven a cumplir con lo que prometiste, vamos, no tengas miedo. Quieres a mi hermano, quieres su poder, entonces ven, mátame y tómalo de una vez-
Debo admitir que mi voz sonó mas psicópata de que lo que esperaba. Me gire para mirar hacia su manada.
-¡Terminemos con esto de una sabandija bastarda!. ¡Yo Brenda McCall Morningstar desafío a muerte a Draven Branwen por el poder del Alfa Real!- grite con una sonrisa en mi cara-




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