La primogénita del Diablo

Parte veintinueve. Brenda Aysel McCall Morningstar.

Las miradas de sorpresa de su manada no se hicieron esperar y con ellas el murmullo a mi alrededor.
"¿Dijo Morningstar?, ¿Como el Diablo?, El Diablo no tiene hijos, no puede, ¿O si?. Quizás los rumores sean cierto, quizás el Rey si tenga hijos después de todo".
Los comentarios iban y venían pero mi mirada estaba fija en su manada, en sus caras y expresiones. Algunos aun mantenían la sorpresa, otros mostraban algo de pánico y otros solo me miran serios.
-¿Que pasa Branwen?. ¿No fuiste tu quien empezó esto?. ¿No fuiste tu quien mando hombres a matar a mi hermano y a mi?, ¿No fuiste tu quien me llamo hace dos noches para mostrarme como torturaban a una mujer embarazada?- me acerque un poco mas a su manada a paso lento- ¿No fuiste tu quien juro matarme en esta estúpida reunión?. Vamos Branwen, ven y muéstrame de lo cruel que dicen que eres. O el "Lobo negro" tiene miedo de la hermana del Alfa Real. ¿Mhmm?-
Mi sonrisa no se borraba de mi cara y se ensancho aun mas cuando lo vi por fin. La multitud a su alrededor se aparto sin siquiera querer estar en su camino, el olor a miedo era realmente fuerte, en verdad le temían. Ahí estaba, el imponente "Lobo negro" vestido de traje completamente negro, con su barba perfectamente recortada, su pelo negro corto, su piel bronceada, se veía igual a mi visión solo que un poco mas grande en edad.
-Deja el dramatismo Draven, ya te dije que es aburrido- sugerí sin moverme de mi lugar-
-¿Estas tan ansiosa de morir?-
Su voz era un mas dura que por teléfono y tenia un ligero acento italiano.
-Puede ser pero me prometiste un pelea y hasta ahora solo eh pasado pena con esas burlas de Alfas-
Su cara permaneció seria pero una chispa podía verse en sus ojos. Solo que no podía saber si era de emoción, miedo o si solo era una ilusión mía.
-Espero que dures mas que esas mierdas y no me decepciones- murmure quitándome la campera-
-¿Como sabias mi nombre?- pregunto sin apartar sus ojos de los míos-
-Tu me investigaste. Yo hice lo mismo-
-Supongo que deben ser personas de confianza si conoces mi cara-
-Cuando las personas correctas te deben favores, hacen lo que sea para pagarte-
Respire hondo mirando la luna que estaba completamente cubierta por el eclipse, se sentía tan bien y poderosa. Volví a observarlo pero estaba vez mi mirada viajo hacia detrás de el buscando a sus hijos.
-Dime que trajiste a mis nuevos sirvientes y a mi nueva mucama. Hasta les voy a comprar trajes a juego- comente antes de morder mi lengua-
Unos minutos después tres chicos completamente golpeados aparecieron adelante de todos y se quedaron parados con la mirada hacia abajo. Y unos segundos después una mujer con varios moretones en su cara y en sus brazos se puso al lado de los tres jóvenes.
-¿Porque arruinas mis nuevos juguetes de esa manera?- cuestione asqueada-
Pero el asco fue reemplazado poco a poco por el odio y el enojo, y una ira incontrolable crecía en mi interior.
-Te lo dije cachorrita te vas a convertir en mi perra y después desmembrare a tu hermano delante de ti para que veas quien es tu Alfa-
-Demasiada charla y poca acción. Por eso siempre digo si tienes que matar a alguien hazlo de una vez y no le des tantas vueltas al asunto-
Se quito el saco y supe que iba a transformarse así que di unos cuantos pasos hacia atrás.
Sus ojos cambiaron de color a un rojo intenso y su cara comenzó a deformarse, poco a poco a medida que con sus uñas se arrancaba la camisa. Su cuerpo crecía en tamaño transformándose en pelaje en pelaje, su ropa se rompía cada vez mas y sus zapatos se comenzaban a agrietar. Cayo de rodillas mientras se retorcía pero aun así no soltaba ningún gemido o muestra de dolor. Su transformación me recordó a Peter, la primera vez que lo vi transformándose. Podía escuchar sus huesos romperse poco a poco a medida que se hacia mas grande, lo vi arrancarse pedazos de piel entera mientras sus uñas eran reemplazadas por afiladas garras . Su osico se extendió casi igual a los lobos de la manada de Sam Uley, sus orejas habían comenzado a volverse puntiagudas, sus ojos se agrandaron un poco, y al final quedo completamente desnudo mientras se seguía transformando. Para cuando termino se veía enorme como de dos metros y su complexión física era musculosa, tenia un pelaje negro, con enormes colmillos afilados arriba y abajo, unas garras enormes y sus ojos rojos brillantes se veían mas grandes. Me soltó un enorme gruñido que le heladería la sangre a cualquiera, porque ferocidad en si no le faltaba pero yo solo lo miraba seriamente sin emitir palabra alguna.
-Si crees que eso me asusta, nunca peleaste con la Bestia de Gévaudan, esa mierda si dio miedo. Tu solo eres una imitación barata- comente sin importancia-
Todo en mi interior ardía y una voz en mi cabeza pedía a gritos que la dejara salir. ¿Que dejara salir que cosa?. Ahora mismo lo único que quiero dejar salir son unas buenas patadas en su asqueroso y apestoso osico. Paso su lengua por sus colmillos y supe que estaba listo para empezar a pelear, igual de listo que yo.
A paso lento pero firme se acercaba a mi. Yo por mi parte permanecía en mi lugar esperando, no iba a retroceder ni un paso, todavía no. Al alcanzarme finalmente lanzo su primer ataque, el estiro su brazo para arañarme con sus muy afiladas garras y lo esquive. Volvió a repetir esto una y otra vez sin poder darme ni un solo golpe, por mi parte aun no lo atacaba, solo lo miraba con burla.
-¿Solo me arañaras como un maldito gato?. Y yo que creí que eras mas letal- me burle pasando por debajo de su brazo quedando a su espalda-
Rápidamente le solté una patada en su costado tirándolo varios metros lejos de mi.
-Vamos Branwen creí que me lo pondrías mas difícil. Hasta tu compañera me lo haría mas difícil-
Seguí burlándome de el una y otra vez hasta ver la mirada que quería, y ahí estaba la misma mirada que tenia el día que reclamo a mi madre biológica como suya y me pidió en sacrificio, era exactamente la misma.
-Ahí estas pedazo de mierda, esa es la mirada que quería ver- murmure caminando hacia el-
Esta vez era yo quien lo atacaba, yo no poseía garras, ni dientes, pero tenia fuerza, mucha fuerza, habilidad en combate y Deucalion se había encargado de entrenarme durante meses en como dominar a un lobo tenga el tamaño que tenga.
Golpe tras golpe domine la pelea sin problemas hasta que mi don de la visión se activo cuando lo toque dándole la oportunidad de enterrar sus dientes en mi pierna izquierda para zarandearme de un lado al otro para luego soltarme con fuerza haciendo que mi cuerpo impacte contra un enorme árbol.
La visión que tuve me dejo temblando y mis ojos comenzaban a llenarse de lagrimas mientras lo veía ponerse de pie y venir hacia mi con determinación.
En la visión se podía ver a Ada completamente devastada golpeando su pecho reclamándole porque no la dejo conservar a su pequeña hija. Su llanto era incontenible y el podía sentir su dolor y aun así parecía no importarle. Podía escuchar la burla en su mientras le decía que de seguro su cuerpo había sido despedazado por algún animal salvaje. Lo vi golpearla, abusar de ella infinidad de veces incluso vi la muerte de la pequeña bebe unas horas después de nacida. Mientras Ada gritaba y suplicaba por su bebe el solo se burlaba, se reía y se vanagloriaba porque estaba haciéndole a la pobre bebe.
Me dolía el pecho al ver a mi madre biológica sufrir de la manera en la que lo hizo. Sentía odio, ira, enojo, frustración y mucha sed de sangre, quería verlo retorcerse en el piso pidiendo piedad, suplicando de la misma manera en la que Ada lo hizo por mi y por su hija asesinada. Y la voz en mi cabeza seguía pidiéndome salir, era intensa y el calor en mi cuerpo no dejaba de aumentar al verlo acercarse.
Sin importar mi pierna me pare sin problemas aunque mi muslo no dejaba de sangrar. Me soltó un arañazo pero le detuve la mano sin dejar de verlo a los ojos.
-¿Quieres saber que no pudiste investigar sobre mi?- susurre entre dientes-
Con su mano libre me sujeto del tobillo jalándome fuertemente haciendo que mi cuerpo impacte contra el piso de manera brusca para luego tírarme en el aire para que cayera duramente contra el piso rodando con fuerza en el proceso. A pesar del dolor me levante con una sonrisa.
-¿Que sentirías...si supieras que ya...que ya nos conocemos desde antes?- le pregunte un suspiro- Se que sabes quien soy, se que muy en el fondo de toda esa mierda que llevas dentro sabes quien soy y eso es lo que mas te asusta, ¿No es verdad?-
Su cuerpo comenzó a volver a la normalidad pero aun mantenía sus garras y colmillos.
-¿Te pones habladora ahora que estas por morir?- gruño mientras se acercaba-
-¿Que?, ¿Esto?- señale mi pierna- Las he tenido mucho peores-
Comencé a caminar hacia el de manera rápida y el también acelero su caminata. Le solté un puñetazo que esquivo con facilidad pero no contaba con mi otro brazo, el puñetazo le dio directo en la nariz, pude escuchar el hueso romperse y sonreí de satisfacción y aun así no me detuve. Ninguno de los dos planeaba parar, ninguno de los dos planeaba dejar vivo al otro. En un movimiento rápido tome su muñeca atrayéndolo hacia mi mientras mi cuerpo pasaba por debajo de su brazo para apoyar mi rodilla en su espalda y así quebrarle el brazo haciendo que soltara un muy fuerte gemido de dolor. Draven se giro y trato de arañarme con su brazo libre a lo que lo tome de la muñeca con mi mano libre y se la quebré sin vacilar ni un instante. Le solté los brazos lanzándolos hacia atrás para luego tomarlo del pelo e inclinarlo hacia adelante para soltarlo un rodillazo en la cara haciendo que cayera hacia atrás. El comenzó a reírse mientras escupía sangre sin parar.
-Eso se sintió tan bien- comente poniéndome a su costado para soltarle varias patadas en el abdomen- Pero...esto...-otra patada-...esto...-otra patada-...esto es la maldita puta gloria-
Le solté una ultima patada lanzándolo mas al centro del campo.
-Y...ahora creo que es un buen momento para aclarar algunas cosas. ¿No te parece?- comente arrancándome la remera que estaba completamente deshecha-
Acerque el anillo que Helena me dio a mi boca y dije :
-Ya puedes venir-
Unos segundos después a mis espaldas dos portales se abrieron. De uno de ellos apareció Helena con todas las mujeres y niños que habían llegado hacia dos noches y del otro una cantidad de delgados hombres de diferentes edades se asomaba con temor. Cerré mis ojos concentrándome en un lugar en especifico y al abrirlos un portal se había abierto cerca de la manada de Draven, mostrando a los hombres que le pedí a Philip que encerrara hasta que ordenara lo contrario.
-Como veras no mate a tus hombres, no me sirven de nada muertos-
-Maldita bruja arrastrada...debería haberlas quemado a todas hace años- vocifero viendo a Helena-
-¿Y perderme de ver como mi nieta te destroza parte por parte?. Imposible- hablo con orgullo-
La mirada de Branwen se desencajo por completo y su mirada se fijo en mi.
-Ohh, querido. Esa es la mirada que quería ver desde que Caín me mostró quien era mi madre biológica. Justo esa mirada- le señale poniéndome en cuclillas- Yo no solo soy la hermana del Alfa Real, Branwen, soy esa bebe que no pudiste matar hace veinticuatro años, soy la misma bebe que pediste en sacrificio. Yo soy la razón de tu compañera se enfrentara ti delante de todos tus subordinados y te hiciera esa marca que tienes en tu pecho, yo soy la razón por la que escapo de ti. Porque si, desde un inicio me eligió a mi por sobre ti. Yo...yo soy la hija primogénita de tu compañera y del Diablo. Yo Brenda Aysel McCall Morningstar soy la bebe que dejaste escapar hace tantos años maldito bastardo infeliz- 




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