La Princesa De Todo Y El SeÑor De Nada

Capítulo 15 — No hay caminos. El poder de Shun.

Alejándose de todos tanto de los maestros inmortales, como de los espíritus sobrenaturales Shun llego hasta una pequeña aldea de por lo menos unas quince casas. Descendió a la vista de todos, que no dijeron nada ya estaban acostumbrados a tener visitas de inmortales o soldados usuarios de la energía patrullando por la zona, controlando la situación de seguridad de las aldeas y pueblos alejados de las gobernaciones. Su estómago le rugió de hambre, pese a su entrenamiento para suprimir sus emociones para lograr su poder aun poseía las debilidades de cualquier ser vivo.

Su objetivo, su meta era la perfección y esta forma en que lo estaba haciendo era la indicada, para lograr ese propósito. Formar parte de la perfección. Su pensamiento hace tres años era la de buscar una forma de lograr la perfección para todo el mundo y la respuesta que obtenía era extrema y no se veía capaz de hacer semejante acción, entonces se le ocurrió algo. El mundo siempre será desigual, nunca habrá paz, nuca se alcanzará ese objetivo de paz, equidad e igualdad, pero si había algo en lo que podía cambiar al mundo. Solo debía torcerlo un poco, para cambiar las cosas. Ahí afuera hay cientos, miles de personas como él. Personas sin el poder de la energía y las que sí tienen se burlan de ellas, los menosprecian. Ese aspecto Shun quería cambiarlo. Entonces decidió buscar a esas personas para enseñarles su poder, que sepan que había otra forma de ganar poder y esa forma era con el suyo. Con el poder de la nada.

Shun tomo asiento bajo un árbol observando a las personas, mientras saco una manzana que tomo de un árbol de camino aquí y espero a que algo ocurriera, pero nada pasaba, al parecer todo era muy tranquilo por estos sectores. En eso miro a una joven cargar un cesto pesado de granos secos y se acercó a ella. 

—Buenos días. Permítame ayudarla —dijo amable.

La joven lo miro —eh… gracias —dijo cohibida.

—Guíeme. Por dónde vamos.

—Sígame.

La joven avanzo por el camino hasta llegar una casa de madera muy vieja y el techo de paja. Abrió la puerta dejando ver el interior todavía más desgastado, había un pasillo pequeño donde se a cada lado se encontraba dos habitaciones y al fondo otra puerta que debía ser del baño. A su derecha estaba la cocina y ahí mismo el comedor.

—¡Ah…! Puedes dejarlo ahí —dijo la joven.

Derek bajo con cuidado el cesto —hay algo más en lo que puedo ayudar. Tengo algo de hambre, puedo ayudarte con algo más a cambio de un plato de comida.

—Hija con quien hablas —una voz de mujer madura se escuchó venir de una las puertas. La puerta de la izquierda la primera se abrió. Era una señora de mediana edad, tenía el cabello largo y vestía un vestido maltratado y junto a ella apareció un pequeño niño de unos seis o siete años a lo mucho —¿Quién es usted? —se dirigió a Shun.

—Buenos días señora. Soy Shun.

—Ah… me ayudo a traer el cesto de semillas para sembrar —dijo la joven.

—Si van a sembrar yo puedo hacer, a cambio de un plato de comida —dijo Shun.

La señora lo quedo mirando —es un viajero, parece que ha viajado mucho y está pidiendo ayuda.

La señora se levantó y se acercó a ellos con una sonrisa —no es necesario. ¡por favor! Pase déjeme le caliento la comida —dijo señora yendo a la cocina. Empezando a encender el fuego colocando las ollas con la comida preparada.

—Señora puedo trabajar por ese plato de comida —dijo Shun.

—Usted hizo una buena acción ayudando a mi hija. Se ganó este plato de comida —hablo la señora —tome asiento y sírvase.

Shun se quedó desconcertado, esta familia era muy generosa y de todas las casas de la aldea esta era la más deteriorada. Las otras tenían adornos en las entradas, pintura que resaltaba su fachada. Solo esta era la más cutre.

—Se lo agradezco señora. —dijo tomando asiento.

—No hay problema. Esa comida era para mi hijo el mayor.

Shun detuvo su comida antes —si es para su hijo…

—Descuide. Él se fue a la capital de la gobernación, para intentar ingresar como soldado —dijo la señora.

—Ya veo. Espero que tenga suerte —respondió Shun.

—Con esta será la quinta vez —dijo el pequeño niño.

—Aidan —llamo la atención su madre.

—Tiene problemas su hijo —dijo Shun.

—No ha podido ingresar debido a que no es usuario de la energía. Ninguno de nosotros somos usuarios —dijo la joven con tristeza.

—Pero, las gobernaciones tienen una sección para postulantes sin energía —dijo Shun.

La familia bajo la mirada —algunas gobernaciones han comenzado a suprimir esa sección. Según dicen ellos para protegerlos —explico la joven. —pero creo que es una ridiculez. Porque se siente intimidados.

—¿Por qué dicen eso? —pregunto Shun.

—Hace tres años, se esparció un rumor de un joven que lucho contra los espíritus sobrenaturales y sobrevivió. Así que muchos jóvenes, empezaron asistir a los centros de reclutamiento. Fueron aceptados de inmediato, pero… —hablo la señora. Su voz cambio y guardo silencio.




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