La Princesa De Todo Y El SeÑor De Nada

Capítulo 22 — Contraparte. Estudiante y maestro.

—Espere maestro —dijo Lin observando a su maestro irse, en lo que sería su última batalla.

—Maestro —dijeron sus estudiantes al verlo partir.

Se detuvo un instante volviendo hacia ellos solo, para agitar su mano en señal de despedida junto a una cálida sonrisa en su rostro. Lin no comprendía lo que quiso decir con esas últimas palabras.

Los maestros inmortales y todos los responsables de lo que acontecía en este momento, se reunieron llegando a una conclusión. La batalla. Debían matar a Shun. Esa era su responsabilidad. La responsabilidad de proteger a todo el mundo, pese que ellos mismo causaron que estuviera en peligro. A la reunión solo asistieron once debido que el maestro Hiroki partió en dirección de Shun, encontrándolo en lo alto del valle. Donde su doncella Sofía le mostro la luz de la vida.

Llevaba consigo muchas rosas blancas en brazos acomodándolas debidamente sobre un gran montículo de tierra cubierta de flores de toda clase de colores. Shun seguía adornando la tumba donde reposaban los restos mortales de su familia, las rosas blancas las coloco en un adorno floral hermoso, tomo unos girasoles y los coloco en el centro representando el sol. Lo que ellas significaban para él.

El maestro Hiroki aterrizo a unos metros detrás de él y a paso suave se acercó —ellas eran la luz de tu vida ¿cierto? Eran los soles de tu oscuridad —llego a la altura de Shun.

Mantuvo el silencio y coloco más flores —¿Qué hace aquí? debería estar despidiéndose de los que aprecia. —respondió Shun.

Su maestro se arrodillo ante la tumba de la familia de su discípulo hizo una inclinación en respeto —gracias —dijo su maestro, pero no esas palabras no eran para Shun —les agradezco de todo corazón que ustedes le hayan mostrado el verdadero valor de la vida y guiarlo por el camino que no pude hacerlo. —inclino la cabeza tres veces más.

Shun lo miro —se lo que intentas. Sera en vano —murmuro Shun.

Su maestro se levantó —me eh despedido de mis seres queridos, pero solo me falta uno. Del cual despedirme —el viento soplo agitando sus vestiduras y cabello. Shun tenía la mirada vacía, sin que nada lo perturbe —tus ojos…no son los de antes.

—Mis ojos, muestran la realidad del mundo. Me he liberado de todo, lo que una vez me hizo ser humano.

—Parece que no del todo ¿cierto? Tu poder…es un misterio, pero creo que no has llegado a dominarlo por completo y la prueba está aquí mismo —extendió la mano señalando la tumba —aún queda humanidad en ti. Shun.

—Pronto desaparecerá. Pronto, solo seremos dos, en una batalla por toda la eternidad.

—¿Estás dispuesto a llegar tan lejos? —pregunto su maestro.

—La era de la creación y destrucción. Se acabó. Volverán al origen.

—Entiendo —dijo su maestro con la voz trémula, mirando al suelo. Todo lo que sucedió fue culpa suya, si hubiera sido más fuerte. Si hubiera podido ayudarlo contralar su poder. Si no hubiera permitido que los demás lo persiguieran. No hubieran llegado a esto. 

Empezó a volar liberando su gran poder. Incrementándose a cada instante. Shun no se mostró sorprendido por eso seguía con esa misma expresión. En la distancia los maestros, individuos que podían usar la energía sintieron ese enorme poder. Tanto que los había superado a todos ellos.

—Este poder… —maestro David.

—el maestro Hiroki —maestra Alanna.

—no puede ser. ¡que increíble poder! Y no se detiene —maestro Xen.

En el santuario.

—Maestro —dijo Lin.

—este es el verdadero poder del maestro. Es impresionante —dijo Samuel.

—Lin. ¿Acaso…? —dijo Mei.

Los demás discípulos la miraron, aunque ella no dijera nada. todos lo sabían. Su maestro estaba a punto de luchar contra Shun. Desde el fondo de su corazón deseo que su maestro logre hacerlo recapacitar o por lo menos derrotarlo. El valle se tornó oscuro. Fuertes vientos soplando. Shun se elevó frente a frente con su antiguo maestro.

—Hace mucho tiempo te falle Shun. Quise enviarte por un camino diferente a los caminos de los inmortales y fracasé. Quería evitar este momento, pero fue débil. Permití que todo esto acabara así.

—El tiempo de hablar termino maestro. En este momento. Solo el combate hablara —respondió Shun tensando cada parte de su cuerpo, un vacío alrededor de su cuerpo se produjo. Un rayo cayó impactando dentro de ese vacío desapareciendo al instante.

—si el tiempo de hablar termino. Ven y enfréntame —dijo su maestro.

Un gran estruendo se escuchó. Una fuerza propulsora de gran poder como si se tratara de la explosión de un volcán despejo las nubes negras. Destruyo el valle verde, plantas, animales, el manantial que fluía por el valle fue destruido por completo. Arrasado dejándolo seco por completo. En lo alto los antebrazos presionaban con fuerza, las miradas de dos contendientes desafiándose. Giraron 360º volviendo a presionar y un cruce de puños provoco más destrucción sus patadas giratorias provoco una tormenta de relámpagos cayendo en el valle. Shun lanzo otra patada, pero el maestro Hiroki lo esquivo y contraataco con un potente golpe que arrojo a Shun lejos.




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