Truenos de batalla. Vientos salvajes sacudiendo la tierra. La batalla más grande se desataba en este momento. Usuarios más poderosos de la energía se enfrentaban, a un solo enemigo. Que ha trascendido los conceptos de la creación. Cuerpos de valerosos soldados de ambos reinos yacían en el suelo muertos y a la vez desapareciendo por completo, en el tiempo de la batalla trascurrido sería imposible saber cuántos ya han desaparecido.
Los estudiantes de los maestros de cada santuario, soldados del reino espiritual luchaban ferozmente manteniendo la barrera para proteger a los individuos de desaparecer por completo y eso les estaba restando la vida ellos, el esfuerzo requerido era inmenso n podrían soportar por siempre. Quienes luchaban contra el señor de la nada debía apresurarse en detenerlo antes de que ellos cayeran en batalla.
Sudor. Sangre. Dolor. Eran las manifestaciones de cada uno de ellos. ¿Cuánto más resistirían?
—¡Por favor! De…de…deténgalo —primer estudiante.
—No…resisto…más —segundo estudiante.
—La vida…se me va… —tercer estudiante cayo de rodillas
—Resistan…confiemos…en que lo vencerán —cuarto estudiante.
—Si…ellos. ¡Lo vencerán! —grito un soldado espiritual.
Una fuerte corriente de aire arrojo a los que formaban la barrera y en ese instante muchas personas desaparecieron, pero todos ellos volvieron activando la barrera con más energía. En la distancia se observa la feroz batalla cada choque de espadas provocaba el rugir de los cielos. Los rayos destruían la tierra y los que caían en el vacío de Shun eran absorbidos desapareciendo en la nada.
Shun con un solo movimiento de su espada, borro de la existencia a un escuadrón completo de soldados conformados por miembros de ambos reinos.
—¡Af…! ¡Af…! Es muy poderoso. A este paso seremos derrotados —dijo el maestro Altaír. —No podemos hacer nada.
—No te rindas ahora —reprocho el maestro Owen.
—No lo hago… solo, digo una verdad incuestionable —respondió el maestro Altaír.
—Esa espada… devora todo lo que corta o lo que entra en su rango de ataque —el maestro John hablo sujetando su brazo derecho que se perdió en el vacío de la espada.
La batalla continua valerosos soldados caen a la tierra y desaparecen en la nada.
—¡Ya detente Shun! —grito la gobernadora Nazli moviendo su espada en un ataque descendente siendo bloqueado con facilidad —¿Por qué haces esto? Mira a tu alrededor. Dolor que has causado en todo el mundo. Esta destrucción…
—Por ahora es eso. Pronto será nada —movió su espada para dar un corte que la elimine.
—No lo harás —su esposo Asnee llego a tiempo para salvarla. Lazando un ataque de energía que desapareció. —¿Estas bien amor? —pregunto. Ella confirmo. Lo miro —¿Qué pretendes con esto Shun? —cuestiono.
—Lo que todos han querido. Paz absoluta, perfección, inmortalidad —respondió Shun con naturalidad.
—Eliminándonos por completo. Eso que dices solo es una farsa. No es perfección, no es inmortalidad. No es paz —respondió Asnee.
—Ese es el problema de todos ustedes. Quieren disfrutar algo que nunca podrán alcanzar. Se aferran a algo triste, sin valor como la esperanza. Por eso no ven lo que les ofrezco —murmuro Shun.
Asnee sujeto con fuerza el mango de su espada, imbuyendo tanto poder —precisamente por eso somos humanos. Por sentimientos que nos permite conocer el dolor de los demás. Aunque no podamos entendernos mutuamente y mejorar el pasado…
—Solo repites el hecho…
—¡¿Qué?! Si lo repetimos una y otra vez. Mientras avancemos hacia delante. Incluso si nosotros mismos, somos los que destruimos el mundo. Pues que sea por nuestra obra, como seres estúpidos e ignorantes y no por la tuya. Un ser que ya no es humano, ni espíritu, demonio, ángel, o un dios —se lanzó al ataque.
Cruzando espadas con la energía de Asnee siendo absorbida, por completo con cada cruce, más soldados, nobles, gobernadores incluso ambos emperadores se unían al combate y ninguno de ellos podía hacerle frente. Uno por uno iba cayendo en la batalla.
—¿Cómo podemos vencerlo? —Lin completamente herida levanto mirando la batalla. No había forma de vencerlo. Observo atenta la batalla y miro interesante. Y supo que había una oportunidad, pero necesitaría todo el poder. Se acercó hacia los maestros —escuchen hay una forma de vencerlo —dijo ella.
—Descubriste algo —hablo la maestra Alanna.
Asintió —ese vacío a su alrededor, absorbe nuestros ataques. Por eso hay que concentrar todo nuestro poder en un solo ataque. Tan poderoso que solo absorba la energía mientras la espada se acerque lo suficiente a él para derrotarlo.
—entiendo —dijo el maestro Xen. —Aun así, no será suficiente. Hay que interrumpir su ciclo.
—Espera. No está sugiriendo que… —dijo el maestro Caleb.
Asintió —Shun debe desaparecer por completo. Si quiere convertirse en nada entonces lo ayudaremos. —hablo el maestro Xen.
—¿De qué habla maestro? —pregunto Lin.
—Algo en común de todos nosotros, sin importa quienes seamos es la capacidad de reencarnar. En otras palabras, volvemos a la vida. Con un nuevo aspecto y totalmente ajenos a nuestra vida anterior —respondió la maestra Fei. —no sabemos porque es eso.
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Editado: 24.04.2024