Tres horas después...
Eran las siete de la noche mientras me preparaba para la noche de póker. Me duché y me puse un vestido negro hasta poco después del muslo junto con unos tacones dorados a juego con mi pistola. Ya sólo faltaba convencer a Nick. El paso más difícil.
Fui a la habitación y allí estaba él leyendo sin camisa. Me miró un momento. Ya tenía medio camino hecho, pense. Si él hiciera lo mismo yo también caería. Me recorrió de arriba a abajo, caminé hacia él y me senté a horcajadas encima suyo.
- Nyara... ¿que haces? - dijo posando sus manos en mi cintura y acercándome a él.
- Quiero hacer algo y no estarás de acuerdo - dije besándolo con ternura y los ojos cerrados, suspiró y me miró.
- ¿Qué quieres hacer, nena? - dijo besando mi cuello.
- Que vayamos a una noche de poker contra Alejandro y Samantha Lohan - le contesté rápidamente.
Me miro molesto. Él odiaba a Alejandro pues cuando nos conocimos nos causó más de un problema, además de ser el hermano de Tiana. Volviendo a Nick, él siguió dejando un camino de besos en mi cuello y un chupón que pude cubrir con mi cabello - Nyara, sabes que detesto a Alejandro.
- Si pero necesito el dinero que ganemos - dije besandolo mientras él acariciaba mi espalda y mis muslos.
- ¿Eres consciente de que mataría a Logan antes de dejar que te ponga un dedo encima no? - asentí y lo besé intensamente a lo que él me contestó con un beso igual de intenso mientras me recostaba en la cama colocándose encima mío.
Ya sé que pensarán pero no, no llegamos a más. Sigo siendo virgen y logré que me acompañará. En este momento estaba frente al espejo acomodando mi cabello y colocándome maquillaje en el cuello ya que el idiota de mi novio me dejó tres chupones. Esperaba a que Nick terminará de arreglarse. Salió con una sonrisa arrogante, un jean azul y una camiseta blanca que marcaba sus pectorales junto con una chaqueta negra de paño. Me miró y sonrió - ¿ves algo que te guste hermosa?
Reí y me acerque a él - nada, patán - lo moleste y fruncio el ceño.
- Y así me amas - dijo molesto.
- Emmm... Si - me rei y bajamos a reunirnos con mi prima.
Eran las siete y media. Estábamos a una hora del bajo mundo y la noche de póker era a las nueve. Cogimos los autos y fuimos para alla. Ashley con un vestido azul ceñido al cuerpo y Adam con un traje largo negro, en un bonito ferrari rojo mientras Nick y yo ibamos en su lambotgini blanco.
Llegamos al lugar de encuentro. Era una casa de dos pisos. Parecía abandonada pero una vez entramos se iluminó completa y allí estaban Sam, una pelirroja de ojos verdes, esbelta, delgada y Alejandro, la típica belleza americana, ojos azules, pelo rubio y tez blanca. Más o menos el polo opuesto a Nick, la diferencia entre ellos y su hermana Tiana es que no se creen la ultima coca cola del desierto ni tampoco son tan egocéntricos. Apenas entramos. Quince minutos antes de las nueve me recorrió con la mirada mientras mi novio me agarraba de la cintura, mire a Nick, le di un pico y sonreí a Alejandro. Este último me guiño un ojo acercándose con su hermana.
- Hola guapas, ¿ni un beso de saludo? - dijo Alejandro dándonos un beso esquinero a ambas mientras Adam y Nick hablaban entre ellos fulminandolo con la mirada. Ashley y yo reímos, estos dos sino lo matan esta noche será un milagro. Tomamos su brazo y siguiendo a Sam entramos en una pequeña estancia del segundo piso con balcón.
- Bueno chicas, ya se que mi hermano es insoportable y esta que se las lleva a la cama pero esto es un partido de poker y tengo ganas de llevarme una buena pasta esta noche - nos dijo Sam y nosotras nos echamos a reír sarcásticamente. Ella era divertida pero odiaba perder y yo pues nunca perdía contra alguien que no fuera Mer.
- Sigue soñando, Sam, estoy de ánimo - le conteste y nos sentamos los cuatro en una mesa del fondo con Ashley a mi lado derecho, Alejandro al izquierdo y Sam y Adam enfrente. Nick había decidido no jugar y estaba detrás mío con sus manos en mis hombros.
- ¿Eso piensas? - sonrio - entonces que sea más interesante, cada vez que alguien se retire los otros le pondrán un reto - dijo ella entregándome dos barajas para que fuera la casa.
- Hecho - sonrei con un brillo de malicia en mis ojos - pero recuerda Sam, la casa siempre gana.
Empezamos la primera ronda, luego la segunda, la tercera, hasta que en la cuarta los retos subieron de tono. Primero se retiró Adam, por lo que lo retaron a beberse dos tequilas y pararse de cabeza. Después Ashley para dejarme ganar y la retaron a tomarse cinco vodkas en menos de dos horas saltando en un pie. Lo logró sin mucho esfuerzo y seguimos. Alejandro tras salir lo hicieron tomar tres martinis y cantar Problem de Ariana Grande, terminamos muertos de la risa tras su intento de canto y fue la final, hora de ganar. Sam sacó una escalera de diamantes y yo gane con una flor imperial de Picas. La retaron a bailar como un mono tras beber dos copas de champagne. Ella cumplió su reto de mal humor y yo gané siete mil dolares mas. Con lo de las rondas anteriores ya teníamos veinte mil dólares.