"La gente cambia, las cosas cambian, los sentimientos cambian, el amor se queda" - Juanita Hurtado
Tres años después de la boda.
Nick Castellan...
- ¿Donde esta la princesita, amante? - pregunto Letty Argent, con una sonrisa maliciosa mientras yo intentaba soltarme de esas cadenas - ¿que era tan importante, para que durante el intercambio la princesita se quedara en casa? - no respondí, Nena, Ian, espero estén bien - ¿no me vas a decir?, bien - tomo un cuchillo y me lo clavo en el brazo, aguante un grito de dolor - Jhon trae a la topo - dijo y vi como dos hombres traían a Sephora a cuestas, estaba herida - Ian - susurro, abrí los ojos como platos
No Sephora, no, por favor.
- No hables - grite, ella solo soltó una lagrima mientras le clavaban otro cuchillo - Ian, él es la razón - dijo cansada antes de caer inconsciente - ¿Quien es Ian, amante? - pregunto Letty cautelosa y clavando mas el cuchillo - ¿quien es? - grito pero no respondí, no lo pondría en peligro.
Menos aquí, no en Brasil, acá nada nos protegía y no iba a dejar que nadie le pusiera un dedo encima. Ni a Nyara, ni a Ian.
- ¡Señora! - entro el tal Jhon corriendo - Nyara tiene un hijo de tres años, Ian Moreno - dijo jadeando, ella sonrió y volteo a verme - eso protegías - dijo burlona - a tu hijo - rió - lastima que mañana ya estará muerto, debiste entregarme a Ximena cuando aun podías - acaricio mi rostro y hizo el intento de irse.
- Les pones un dedo encima y estar muerta - me miro furiosa - ¿disculpa?¿me estas amenazando? - pregunto acercándose.
- Si, nadie ha tocado a mi mujer y mucho menos a mi hijo - dije furioso - y tu no seras la excepción, le pones un dedo encima y estas muerta, mas podrida ya no puedes estar - me dio una bofetada.
- Solo por eso - dijo tomando mi barbilla y acercándose a mi rostro - veras como mato a tu mujer y a tu hijo frente a tus ojos - se alejo pavoneándose y cerrando la puerta, dejandome sumido en la oscuridad junto a una Sephora inconsciente.
- Por favor, nena, cuida a nuestro hijo - susurre a la nada.
Esta vez el enemigo era distinto, esta vez no lo conocíamos, esta vez si podía destruirnos.
(...)
No se cuanto tiempo había pasado cuando Sephora empezaba a despertar asustada - ¿donde estoy? - grito.
- Callate - le grite.
Me miro furiosa, hasta que me reconoció, sus ojos se volvieron horror puro y parecía hasta ahora recordar. Sus ojos tenían ese tono rojizo sangre que quedaba cuando te drogaban.
La habían drogado.
Nunca nos traicionó.
- Perdóname Nick - dijo entre lagrimas - yo no me controlaba... yo no... estaba drogada... nunca habría dicho nada sobre Ian.
- Esta bien, lo se - suspire - él y Nyara estarán bien, tienen que estarlo.
- Ten - me lanzó un teléfono - llámala y cálmate pronto saldremos de aquí, no hay nada peor.
- Si hay cosas peores - conteste terminando de soltar mis manos y tomando el teléfono - yo ya baje al infierno mas de una vez - me quite el cuchillo del brazo y lo cubro con una venda hecha de mi camisa.
Un timbre... dos timbres...
Llamada...
- ¿Quien? - escuche su voz fría, molesta.
- Amor...
- Nick... - su voz se quebró - espera.
- ¿Papá? - escuche la voz de mi hijo y eso sirvió para tener que respirar profundamente.
- ¿Como estas, campeón? - dije aguantando mi preocupación - ¿si has cuidado a mama?.
- Si, pa - dijo alegre - ¿cuando vendrás a casa? - se me paro el corazón.
- Pronto, campeón - dije - pero mientras vuelvo, necesito que cuides a tu madre, la abraces y le digas que todo va a estar bien ¿entendido?
- Si, pa, adiós, te voy a pasar a mama.
- Cuídate campeón - dije suspirando.
- Nick... - dijo dolida.
- Nena, no llores - eso si que dolía - estoy bien y encontré a Sephora pero Letty sabe de Ian tienes que protegerlo
- No le va a pasar nada, no tendrá ni un rasguño, te lo prometo
- Tu tampoco, ten cuidado, Nyara, eres mi mujer y le vamos a demostrar a estos idiotas que nadie toca a nuestra familia.
- Te amo - dijo llorando.
- Te amo, Nyara, Te amo, princesa, nos veremos pronto.
- Matare a Letty - sonreí esa era mi chica.
- Ya te reconozco - supe que sonreía - mi chica no deja que nadie la haga llorar, vuelve a ser ella y deshagámonos de estos desgraciados.
- Tienes tres días, amante, o juro que el que esta muerto eres tu.
- Solo eso necesito, nena, nos vemos en tres días.
- Mas te vale porque... Nick maldición estoy embarazada.
El mundo entero se detuvo, iba a ser padre de nuevo.
- Te necesito aquí, no me puedo arriesgar tanto y... tienes tras malditos días.
- Calma, amor, allá estaré, te lo juro.
- Te amo, amante, adiós.
- Adiós, princesa, te amo.
Fin llamada.
- Saldremos de aquí - dijo Sephora.
- Eso te lo prometo, mi bebe tendrá a su padre - dije frunciendo el ceño.